Calixto Zambrano, un periodista de 56 años, de radio Eco del cantón El Carmen, en la provincia de Manabí, caminaba por la calle Carlos Aray cuando dos hombres se aproximaron a él en una moto. Uno de ellos se bajó y sacó un arma para dispararle y le dijo: “hasta hoy vives. Cuida a tu familia”.
Eran las siete de la noche del 28 de mayo de 2020. Al verse acorralado, Calixto dijo: “¡No me mate! ¡No me mate!, exclamó El periodista empezó a correr. Los delincuentes dispararon. Calixto dice que cambiar de dirección le salvó la vida, “porque si me cogían a quemarropa, me mataban”. Sin embargo, una bala penetró su muslo y la otra quedó alojada entre su fémur y coxis. Este periodista, que ejerce la profesión hace más de tres décadas, dice que no olvidará jamás esa noche.
Lo sucedido con Calixto no es un hecho aislado en Ecuador, dice Susana Morán, presidenta de la fundación Periodistas Sin Cadenas, organización que recopila y reporta actos de violencia contra periodistas.
Mediante un informe mensual, la organización da a conocer cuál es la situación de los periodistas y de la libertad de expresión en Ecuador. En junio hubo 19 agresiones contra la prensa, de las cuales produjeron 15 víctimas: 10 hombres y cinco mujeres, siendo el de Zambrano el caso más grave.
La provincia que más hechos violentos registró fue la de Pichincha con 10. En las provincias de Guayas, Cañar, Los Ríos, Manabí y Cotopaxi se registraron un caso en cada una.
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Las agresiones contra los periodistas se generan en espacios públicos, como calles, parques o plazas. De los 19 casos reportados por la organización ocho se dieron en esas áreas, uno en un espacio privado, cuatro fueron agresiones de ciudadanos y uno se dio en espacios incautados.
Entre los tipos de agresión que son más frecuentes destacan el bloqueo informativo que contó seis casos, impedimento de cobertura (con tres casos), y dos agresiones físicas. También existen denuncias de periodistas por acoso laboral, amenazas de muerte por Whatsapp, suplantación de identidad y desprestigio.
Calixto Zambrano conduce un espacio de noticias en la radio donde recibe denuncias comunitarias y transmite información de actualidad de Manabí. Es reconocido por ser crítico en los temas con la administración municipal de su ciudad. Fruto de esta posición informativa, en otras ocasiones ha sido víctima de insultos e intimidaciones. “Déjalo trabajar. Te vamos a matar”, “Déjalo que robe, que no es para ti», son algunas frases que recuerda haber recibido.
Pero la última vez pasaron de las palabras a las balas. Calixto no sospecha de nadie. Afirma que lleva una vida de paz y que no tiene enemigos. Pero el susto fue grande y esperará un tiempo para regresar a su trabajo en la radio.
Susana Morán, de Periodistas Sin Cadenas, dice que en Ecuador hay graves vulneraciones a la prensa. “Estamos viendo momentos en los que se nota que estamos ejerciendo el oficio en un contexto de absoluta indefensión y se hace aún más evidente en contextos locales con medios que tienen impacto local o regional, donde todo es más restrictivo y complejo con la prensa”, dijo Morán.
Además dice que en estas localidades no solo se reflejan las agresiones, sino que es más notorio que los periodistas viven situaciones precarias, partiendo de relaciones laborales injustas, donde los sueldos de los periodistas son bajos o inexistentes. Según el informe de la fundación, muchos no solo deben buscar la información sino la pauta para que el medio subsista, lo que genera que no se pueda realizar un periodismo de calidad.
En el caso de Calixto, ha pasado un mes y no hay una investigación oficial sobre los hechos. Calixto siente que se encuentra totalmente desprotegido, no tiene abogado y no tiene a quién recurrir. Él trata de salir acompañado para evitar otro incidente de la misma índole, pero no hay ninguna entidad pública que se encargue de la seguridad de los periodistas o trabajando en políticas públicas que vayan en ese sentido, por lo existe una inacción del Estado, y ha sido de forma permanente.