Una publicación que se atribuye al doctor estadounidense Joseph Mercola y difundida por Médicos por la verdad indica que la vacuna contra la COVID-19 “destruirá nuestro sistema inmunológico de forma permanente”. Mercola cuenta con casi 300.000 seguidores en Twitter, red en la que expande bulos como que aspirar vapor de agua hirviendo durante cinco minutos desactiva el coronavirus, o alerta de la peligrosidad del 5G, bulos ya desmentidos por el equipo de verificación de Newtral.es.

La afirmación acerca del sistema inmunológico aparece en el título del texto viral, pero después no se vuelve a nombrar en el desarrollo del texto, que se centra en un fenómeno conocido como intensificación de la respuesta de anticuerpos (ADE, por sus siglas en inglés). Sin embargo, es falso que la vacuna sea capaz de acabar con nuestras defensas para siempre. En Newtral.es hemos contactado con Ángel Hernández, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría que aclara, en primer lugar, que el título no se corresponde con el contenido del texto y está destinado a captar audiencia.

El bulo no se basa en un estudio científico

El texto viral toma como base una publicación de la revista International Journal of Clinical Practice que versa acerca del consentimiento informado que firman los participantes en los ensayos clínicos de las vacunas contra la COVID-19 y que ni siquiera menciona la supuesta destrucción del sistema inmunológico. Hernández señala que el texto “es un artículo de opinión, no una investigación como tal”. De hecho, no se trata de un estudio científico, sino de un comentario(‘perspective’), es decir, un artículo de opinión.

El profesor de la Universidad Miguel Hernández y miembro del Grupo de Difusión de la Sociedad Española de Microbiología, Manuel Sánchez, ha explicado a Newtral.es que el comentario versa sobre una situación bioética que, según sus autores, “se debía haber tenido en cuenta cuando se diseñaron los ensayos clínicos para las vacunas frente al COVID-19”. La situación a la que se refieren es que aquellos sujetos con COVID-19 a los que se inoculó la vacuna para el ensayo podrían haber visto cómo el cuadro clínico de la enfermedad empeoraba por una intensificación de la respuesta de anticuerpos (ADE).

Pero en lo que se centran los investigadores del International Journal of Clinical Practice no es en esta situación, sino en que, a su juicio, el consentimiento informado de los ensayos clínicos no está bien hecho. “Parecen decir que consiste en darle al paciente un cuadernillo de hojas con toda la ristra de síntomas y efectos secundarios posibles pero sin explicárselos convenientemente. Tan solo un ‘firme aquí abajo’”, explica el profesor de la Universidad Miguel Hernández.

La vacuna de la COVID-19 no provoca una intensificación de la respuesta de anticuerpos (ADE)

“El texto mezcla cosas de distinta naturaleza tratando de sacar la conclusión de que el fenómeno de la ADE es un peligro real, cosa con la que no estoy de acuerdo”, opina el experto en vacunas Ángel Hernández. “En el caso de las vacunas contra la COVID-19 es un riesgo más teórico que práctico. Es un fenómeno natural que ha sido observado anteriormente en otros casos. Se va a vigilar, pero no constituye un riesgo real, que sepamos, hasta el momento”.

El doctor explica que una vacuna del VRS producida durante los años 60provocó este efecto en lactantes y en personas mayores. “Tuvo un efecto trágico, varios niños murieron, porque causó precisamente ese problema: una respuesta inflamatoria exagerada en los pulmones de algunas personas que volvían a exponerse a este virus después de la vacunación”.

Hernández detalla que aquella vacuna se paralizó al poco de comenzar su distribución, y que también hubo algún caso con la vacuna del dengue. Sin embargo, aclara que “salvo en estos dos casos, todos los demás que se han podido observar en vacunas han sido en laboratorio, no en la vida real. El riesgo teórico existe, porque es un fenómeno natural conocido, pero los estudios experimentales de las vacunas que ya se han aprobado han demostrado que no existiría ese riesgo en la práctica”, explica el experto.

Por su parte, el profesor de la UMH, Manuel Sánchez invita a leer la bibliografía clínica de los ensayos de cualquier vacuna: “Siempre vamos a encontrar algún caso clínico en el que una persona ha sufrido una reacción adversa”. El experto recuerda que las vacunas son medicamentos y que, como tal, pueden provocar efectos secundarios, “igual que la aspirina, el ibuprofeno o el paracetamol”.


Este contenido se publicó originalmente en Newtral y es republicado como parte de la red Latam Chequea.