Durante la tarde del 6 de septiembre de 2020 el Cuerpo de Bomberos de Quito anunció que un incendio forestal estaba activo en el cerro Atacazo, en el cantón Mejía, al sur de la provincia de Pichincha. El personal y los vehículos especializados comenzaron inmediatamente las tareas de sofocación para controlar las llamas. Las causas del incendio todavía son desconocidas. 

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El capitán Jorge Almeida, director de operaciones del Cuerpo de Bomberos de Quito, confirmó que 45 efectivos de la institución están trabajando en la zona. Hasta las 5:30 de la tarde del 6 de septiembre se ha controlado una de las líneas de fuego. Sin embargo, dijo Almeida, siguen trabajando para apagar tres focos del incendio en la parte inferior del cerro, en la zona de la laguna. 

Uno de los recursos utilizados por los bomberos para sofocar las llamas del cerro Atacazo son las descargas de agua que se hacen con el sistema Bambi Bucket desde el helicóptero Argus-1 del Cuerpo de Bomberos. El sistema consiste de un balde plegable —similar a un globo— que se añade a una aeronave. Fue creado en 1983 y se usa en más de 115 países para controlar los incendios forestales. 

El Bambi Bucket recoge agua de una fuente de agua grande — como ríos, lagos y represas — y, con una válvula controlada por el piloto, descarga una columna concentrada de agua a las llamas. El Cuerpo de Bomberos de Quito tiene un Bambi Bucket desde 2017 —tiene una capacidad de 450 litros de agua, y es el único en servicios en un departamento de bomberos del país. 

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Se puede añadir al agua un retardante químico que ayuda a extinguir el incendio con más rapidez. Los Bomberos no han confirmado si en este caso se está usando este líquido en las descargas de agua que realizan sobre el cerro Atacazo. 

Además del Bambi Bucket, las labores de combate y extinción del incendio del Cuerpo de Bomberos de Quito incluyen operaciones con personal especializado y vehículos en tierra. Su objetivo es sofocar las llamas y controlar el incendio al aislarlo y detener su avance. Un incendio controlado no es aquel que ha sido extinguido por completo, sino en el que el fuego está confinado a un área determinada. Cuando las llamas no están controladas son una amenaza para los habitantes de la zona, sus propiedades y los recursos naturales 

El del cerro Atacazo es el único incendio registrado recientemente. En el mismo día, el 2 de agosto de 2020, se registraron dos incendios forestales en Mojanda, Pichincha, y en las faldas del volcán Imbabura, ambos provocados por acciones humanas. Las llamas arrasaron con cerca de 600 hectáreas de páramo en las dos provincias. Las áreas consumidas eran  una zona de páramo, que es un ecosistema frágil, diverso y con especies endémicas. Ambos fueron controlados el 4 de agosto de 2020, según información del Ministerio del Ambiente y Agua (MAAE).

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En enero de 2020, el cerro Casitagua, en el sector de Pusuquí, al norte de Quito, estuvo más de 72 horas en llamas. En este incendio forestal se usaron helicópteros del Cuerpo de Bomberos de Quito, el Ejército y la Policía para hacer descargas de agua con el sistema Bambi Bucket. 

Hasta el momento no se han confirmado muertos o heridos por el incendio en el cerro Atacazo. El capitán Almeida dijo que el personal del Cuerpo de Bomberos seguirá trabajando en el lugar hasta liquidar totalmente el incendio.