El presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos, Norman Wray anunció en su cuenta de Twitter que Esperanza, un tiburón ballena que llevaba un chip rastreador, dejó de transmitir hoy después de haberlo hecho por 280 días

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Wray dijo que el tiburón ballena se encontraba entre la Zona Exclusiva Económica Insular y la Reserva Marina Galápagos, entre las cuales hay 350 millas de distancia, cerca de donde pescan, 206 buques chinos al suroeste de las islas. «Los puntos blancos y la flota china, ¿coincidencia?”, se preguntó Wray en la red social. Sin embargo, según expertos, Esperanza estaba al oeste de las islas. Lo que ha llamado la atención de los expertos, y los hace suponer que el tiburón ballena podría haber sido capturado, es que en sus últimos minutos de transmisión, Esperanza nada a 8 nudos, cuando un tiburón ballena máximo lo hace a 3.

Aún no se sabe a ciencia cierta qué pasó con el gran pez. “Hay un impacto negativo porque obviamente las especies no conocen límites ni fronteras y salen y entran de la Reserva Marina constantemente, además estos son barcos que utilizan long-line (palangre), entonces ahí la pesca no es selectiva”, dice Sofía Darquea, guía naturalista de Galápagos. 

Darquea explica que entre los animales que pueden quedar atrapados pueden estar tiburones, como Esperanza, mantarrayas, lobos y tortugas marinas, entre otras especies que no deben pescarse. El Parque Nacional Galápagos es una Reserva de Biósfera y Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco. Sus especies de flora y fauna no se pueden encontrar en ningún otro lugar del mundo. Muchas se encuentran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) de especies en peligro de extinción. 

A pesar de que se ha confirmado que la flota pesquera de 206 barcos aún no ha entrado al mar territorial ecuatoriano, el hecho de que esté al pie de las Galápagos es ya un riesgo para el archipiélago. La flota usa el palangre, un sistema de pesca altamente peligrosa para la biodiversidad de la reserva marina. Utiliza anzuelos que tienen la capacidad de sumergirse hasta a 50 metros de profundidad, capturando todo tipo de especie que se cruce en sus líneas. “Ecuador protege a las especies que están dentro de la Reserva Marina, pero ¿qué pasa cuando estas salen?”, dice Darquea. 

Darquea afirma que el problema es complejo porque Ecuador tiene tratados con países como China para que en los 188 kilómetros de Zona Económica Exclusiva Insular sus naves puedan pescar. Además, sostiene que “por temas políticos” al Ecuador no le conviene afectar su relación con estos países.

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La Zona Económica Exclusiva Insular, es un espacio designado por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), en el que los países pueden decidir si se permite o no el libre tránsito de las embarcaciones. En cambio, la Reserva Marina, en el caso de Galápagos, fue creada y delimitada específicamente para restringir la mayor cantidad de activdades humanas. Solo están permitidas la pesca artesanal y el turismo, siempre que cumplan con un protocolo para la protección de las especies nativas, endémicas y migratorias. 

“Sabemos que las especies del corredor marítimo que llega hasta Costa Rica, tiene especies únicas y protegidas, pero lastimosamente también sabemos que  la industria pesquera china, no perdona nada”, dice Alberto Andrade, representante del colectivo Frente Insular. Andrade sostiene que es precisamente por estas especies que están en la lista de animales en peligro de extinción que los turistas desean visitar Galápagos. El turismo también es un problema preocupante en las Galápagos, pues su exceso puede desequilibrar sus ecosistemas. Sin embargo, es una de las principales fuentes de trabajo de las personas que habitan el archipiélago, a mil kilómetros de las costas continentales del Ecuador.

La pesca indiscriminada ha sido desde siempre un problema en Galápagos. Por ejemplo, en el caso del pepino de mar, que es con el único producto con el que la pesca artesanal de Galápagos y la pesca industrial China tienen un acuerdo. En el 2015, después de cuatro años de estar en veda, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y el Consejo de Gobierno acordaron permitir su captura, con la condición de que se haga un monitoreo poblacional cada año, por lo que si hay menos de once individuos de esta especie por cada cien metros cuadrados, se prohíbe su pesca. El pepino de mar estuvo cerca de la extinción a finales del siglo pasado. 

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A estos problemas, se ha sumado en los años recientes la actividad de las flotas pesqueras internacionales, en especial de la China, que según varios expertos es la más grande del mundo. “El impacto es incalculable, el impacto es tremendo, no hay control de quienes están en esos barcos, hay menores de edad y hay especies protegidas ahí dentro. Se puede decir que esta es una acción tan ilícita como el narcotráfico”, dice Walter Bustos, ex director del Parque Nacional Galápagos, que fue parte del operativo que capturó a la embarcación Fu Yuan Yu Leng 999 en 2017. “Cuando nosotros abrimos el barco, en esas bodegas vimos todo el proceso y encontramos la presencia de 600 toneladas de especies protegidas en un solo barco”, cuenta Bustos, y explica que esta cantidad de especies fueron encontradas solamente en uno de los 350 barcos que llegaron en esa época. Hasta el cierre de esta nota, no había más información oficial sobre el paradero de Esperanza.