Ana Galarza, asambleísta ambateña recién electa por CREO, sonríe y saluda con un grupo de personas a su alrededor. Unos pocos pasos adelante está Lenín Rodríguez, su asesor de comunicación, cargando su bolso. Es la mañana del 14 de mayo de 2017. Galarza se estrena en la Asamblea. Rodríguez regresa, luego de haber sido colaborador de Diego Salgado, legislador por CREO que no tuvo los votos suficientes para reelegirse. Esa imagen se repetirá durante los meses siguientes. Él, diligente, se moverá siempre a su alrededor, manejando sus entrevistas, aconsejándola sobre cómo presentarse ante los medios, preocupado por las fotos que se le harán. Ella, tuteándolo de forma amistosa. Pero el encanto se romperá. Tras once meses, Rodríguez será despedido. Pronto, pasará al despacho de la compañera de bancada de Galarza, Jeannine Cruz. Con ella estará cerca de ocho meses. El 3 de enero de 2019, será separado de su equipo tras hacerse público un audio en el que el solícito asesor le daba consejos a una tercera asambleísta: la correísta Norma Vallejo que, al momento de la conversación, intentaba salvarse de la destitución que se negociaba en la Asamblea Nacional. Vallejo estaba acusada de supuestos cobros irregulares que habría hecho a miembros de su equipo: los diezmos.

En el audio, que dura 46 minutos, se escuchan graves acusaciones en contra de Galarza: que cobró a miembros de su equipo montos mensuales para financiar un libro, que una persona que figura como asesora nunca va a trabajar, que parte del sueldo de uno de sus asesores va a los bolsillos de Francisco Sevilla, esposo de Galarza, que ha extorsionado al exprefecto de Manabí, Mariano Zambrano.

Todo en un audio que, según Rodríguez, fue difundido sin su consentimiento y está editado. Allí se refiere, además, a otros legisladores como Fabricio Villamar, también de CREO, y a Cristina Reyes, del Partido Social Cristiano. De Reyes dice que pedía contribuciones irregulares a su asesor, Pablo Santillán. Sobre estos tres, Rodríguez se retractó y pidió disculpas en un tuit. A pesar de eso, Santillán ha anunciado acciones legales en contra de Rodríguez. Reyes ha negado las acusaciones y Villamar ha respaldado a Galarza.

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La respuesta de Ana Galarza tardó menos de un día desde que el audio empezó a circular. Fue a la Fiscalía, acompañada de su abogado, para pedir que la investiguen. O eso fue lo que les dijo a los medios pues en la práctica, la Fiscalía debería investigar de oficio y su presencia en la institución no tiene mayor efecto más allá del golpe mediático.

Afuera de la Fiscalía, Ana Galarza enfocó sus mensajes en el proceder de su exasesor. En varias entrevistas ha dicho que lo que dice Lenin Rodríguez son chismes y que sus colaboradores ya lo han desmentido.

“Yo conversé con mis colegas y les dije que iba a ir a la Fiscalía para que me investiguen. En el caso de Norma Vallejo eso no pasó. Yo estoy pidiendo que me investiguen. Yo lo estoy pidiendo”, dijo Ana Galarza en entrevista telefónica.

Además, se ha presentado en algunos medios de comunicación a dar su versión de los hechos. El sitio La Posta puso cara a cara a Galarza y Rodríguez. En un intercambio de unos 50 minutos, ella lo acusó de malagradecido, de colaborar con el correísmo y de mentiroso.

Cuando él dijo que pagó cinco cuotas mensuales de 60 dólares para que Galarza financiara un libro en el que aparecía, ella no desmintió que habría recibido el dinero. Dijo que se trataba del pago de una entrada para una cena de beneficencia que costaba 350 dólares. “Él quería ir a la cena pero a mí me parece que 350 dólares es una suma elevada y yo de buena gente digo que yo les acolito con la mitad.” dijo Galarza. “Ellos se pusieron contentos porque ellos eran los que iban a tomar, a comer, ellos se fueron a la discoteca”. Su exasesor, sentado frente a ella, entrecerró los ojos e hizo una media sonrisa, como quien duda de lo que escucha.

“Exactamente lo que ella le cuestionaba a Norma Vallejo, es lo que ella hizo”, dijo Rodríguez en entrevista telefónica. Aseguró que pagó 60 dólares durante cinco meses: tres veces vía transferencia y dos en efectivo. “Todo el tiempo habla de ética, honestidad, moralidad y no es capaz de responder a estas cosas”.

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Fabricio Villamar, el legislador de CREO que abanderó la denuncia por los cobros irregulares por parte de asambleístas a sus colaboradores, no ha sido igual de tajante con su compañera de partido como lo fue con legisladores de otras organizaciones políticas. “Un legislador no puede ejercer funciones de recaudador de ningún partido y menos todavía de los salarios de un funcionario de la Asamblea”, dijo Villamar ante las denuncias a Norma Vallejo, cuando anunciaba que presentaría una denuncia en su contra. Llegó incluso a exigirle a la comisión que investigó a Vallejo —y de la que Galarza fue parte— que la destituya. Ahora fue más prudente.

“Esa es una conversación que reviste posiblemente ilegalidades, en tal sentido tiene que demostrarse”, dijo, abordado por los medios, al día siguiente de la circulación del audio. “Tienen que demostrarse tanto del punto de vista del acusador como del acusado”.

Además, fue enfático en que Galarza tiene todo el apoyo de CREO, aunque dijo estar de acuerdo con que se forme una comisión para investigarla. Parece que para el caso de la asambleísta de CREO, no hay prisa por investigar. Al menos no la misma que hubo cuando se trataba de Norma Vallejo. Eso es, precisamente lo que pide Diego Salgado, exasambleísta de CREO, hoy candidato a la Prefectura de Pichincha por el Partido Social Cristiano y antiguo empleador de Lenin Rodríguez, en una entrevista en el portal Ecuador Inmediato.

“Yo solicito a la Asamblea Nacional que sea tan diligente como fue con Norma Vallejo, la diezmera, que se investigue también a la asambleísta Galarza. Yo no sé si está tratando de desviar la atención”, dijo Salgado, exasambleísta de CREO. “Así de rápido y eficiente tienen que actuar.”

Salgado respondía a las preguntas de la periodista alzando la voz. Se refirió a lo que Galarza dijo a los medios: que uno de los motivos para la salida de Rodríguez de su despacho fue que hablaba mal de Salgado, su antiguo jefe. “Lenín hablaba de temas personales del exasambleísta Diego Salgado, de temas que pudieran afectar a su matrimonio, Lenín afirmaba que Diego Salgado les cobraba 500 dólares mensuales para pagarle a un hacker”, dijo Galarza a la salida de la Fiscalía cuando fue a pedir que la investiguen.

En la entrevista radial, Salgado desmintió lo que la asambleísta de CREO dijo sobre él e insinuó que ella estaba desviando la atención de su caso. “La acusada aquí es Ana Galarza. Yo no me voy a prestar para chismes”.  

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La voz de Lenín Rodríguez se escucha con claridad en la grabación con muy cortas intervenciones de quien, se supone, es Norma Vallejo.

Él la asesora: le dice que busque declaraciones juramentadas, que pida documentación a la Contraloría, a la Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE). “Si usted consigue todo eso tiene para trapear el piso con esa comisión” le dice, en referencia a la comisión que investigaba a Vallejo, de la que era parte Galarza. “Tiene para trapear el piso con el informe y cagarse de la risa de todas esas pendejadas. El discurso tiene que ser estrictamente jurídico y legal”.

Vallejo le agradece en varios momentos. No se trataba entonces únicamente de un empleado que buscaba ayuda para denunciar irregularidades, sino alguien que daba calculados consejos políticos. La asesoría se daba cuando Rodríguez trabajaba para Jeannine Cruz de CREO.

Al hacerse público el audio, el exasesor dijo —y repite— que lo que busca es que se conozca la verdad, que a los dos días de hacerse público este tema, ha sido despedido de su trabajo, que es una pelea “de David contra Goliat”.

“Una de las cosas que cuestionamos durante el correísmo fue el espíritu de cuerpo para encubrir la corrupción” dijo en una conversación por teléfono. “Aquí se está repitiendo: a Jeannine Cruz le presionaron tan fuerte que tuvo que despedirme de su despacho. ¿Cómo iba yo a denunciar ante Fabricio Villamar? Él es de CREO. Jeannine Cruz es de CREO. Podría haber habido un conflicto de intereses”.

“Mientras él trabajaba con Jeannine Cruz, estaba a la vez asesorando a Norma Vallejo”, dijo Ana Galarza en conversación telefónica. “Eso es doble moral. La asesora para que quede en la impunidad”.

Mientras, en los pasillos del palacio legislativo se habla en voz baja del tema, Ana Galarza no evade a la prensa. Cree que es una cancha que domina.

La decisión política final, está en la Asamblea Nacional. Este es el primer caso en que el objeto de la denuncia es una mediática asambleísta de oposición.  

Si la transparencia es en verdad una causa política, la asambleísta Galarza tendrá que ser investigada a profundidad —ella lo ha pedido: ahora habrá que ver en qué queda su solicitud.

Solo una minuciosa averiguación de lo que ha sucedido podrá dejar claro que la tarea fiscalizadora se aplica para todos —no solo para el partido político impopular del momento.