Verdadero pero

Según el Ministro de Economía, Richard Martínez, el déficit fiscal se redujo en 1.150 millones de dólares. Lo anunció el 13 de septiembre de 2018 en su cuenta de Twitter. La reducción del déficit fiscal de 1.150 millones de dólares corresponde al periodo de enero y agosto de 2018 en comparación con el mismo periodo de enero y agosto del 2017. Según datos del Ministerio de Finanzas, su declaración es verdadera. Sin embargo, un estudio del Observatorio de la Política Fiscal muestra que esta reducción no es necesariamente sostenible.

Si bien el déficit ha disminuido en lo que va del 2018, las proyecciones del Observatorio señalan un posible incremento: para el periodo de septiembre a diciembre de 2018, se estima que el déficit será de 2 mil 449 millones de dólares —lo cual es mil 465 millones de dólares superior al periodo de enero a agosto. Esto quiere decir que, para finales del año, el déficit podría llegar a 3 mil 433 millones de dólares — equivalente al de 2017, que fue de 3 mil 480 millones de dólares, según datos provisionales del Banco Central del Ecuador. El Estado ecuatoriano podría llegar terminar el 2018 con el mismo déficit que el año anterior. Según el economista Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, esto ocurriría si es que el Estado no consigue el financiamiento necesario para cubrir con todos los gastos presupuestados: 7 mil 027 millones de dólares.

La reducción del déficit fiscal para el periodo de enero a agosto de 2018 se explica, según el economista Carrera, porque hay menos gasto de capital del Estado —los gastos destinados a la inversión real y las transferencias de capital que se efectúan con ese fin— en comparación con el periodo de enero a agosto de 2017 —una reducción del 23,6%.

De enero a agosto de 2017, el gasto de capital fue de 4 mil 862 millones de dólares, mientras que, para el mismo periodo en 2018, de 3 mil 714 millones de dólares.

La disminución se hace evidente en la categoría “otros” dentro de los gastos de capital, la cual, de acuerdo con Carrera, incluye una reducción de la obra pública y, por lo tanto, de las plazas de trabajo sobre todo, si es que no hay inversión del sector privado para sustituirlo. Según Carrera, esto hará que la economía se estanque.