Verdadero pero

El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, tuiteó el 7 de febrero del 2018: “Hoy entregamos el 1er tramo de nuestro proyecto #Paseo7Cruces. La peatonalización de la calle García Moreno entre Mejía y Bolívar, ha ayudado a la disminución del 30% de contaminación en el aire”. La frase también la había dicho durante la inauguración del primer tramo del Paseo de las Siete Cruces, en el centro de Quito.

Su declaración es verdadera porque sí se ha reducido la contaminación en esa zona de la ciudad pero no es posible precisar en qué porcentaje.

La construcción del plan de movilidad Paseo de las Siete Cruces  inició el viernes 5 de enero del 2018 y la primera fase del proyecto cubre el tramo de la García Moreno desde la calle Mejía hasta la Bolívar en el Centro Histórico.

“La García Moreno ha tenido una disminución del 30% de la contaminación por efecto de peatonalización. Mientras menos usemos el auto menos contaminación tenemos”, dice Verónica Arias, secretaria de Ambiente de Quito, y agrega que es posible conocer este porcentaje porque la Secretaría de Ambiente tiene una red de monitoreo ambiental: “son antenas ubicadas en los nueves puntos de la ciudad”. Las antenas capturan el monóxido de carbono que emiten los autos, transmiten los datos a un computador, y este mide si la contaminación ha aumentado o disminuido.

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Este gráfico de la Secretaría de Ambiente dibuja estos cambios: en la parte de la izquierda se visualiza una gran cantidad de monóxido de carbono (color rojo), mientras que en la derecha este color de alerta se reduce.

Alicia Vallejo es especialista en Energía y Ambiente y dice que en un sector donde haya menos autos, es posible una disminución de contaminación en el aire porque habrá menos niveles de monóxido de carbono, azufre, y otras partículas sólidas y líquidas de polvo como pm2.5 y pm10. Todos estos componentes, causados por el parque automotor, son medidos por las computadoras de la Secretaría.

El ingeniero ambiental Diego Redín cree que aunque el proyecto ayudará a reducir el impacto en la atmósfera no será significativo por el ciclo atmosférico “debido a que no es estático”. Es decir, el aire está en una constante mezcla, las emisiones de diferentes lugares terminan afectando ya que el comportamiento natural de la atmósfera está en un constante movimiento. Por eso, Redín aclara que “no se puede considerar la reducción de un 30% que es un porcentaje altísimo en comparación a la ‘zona curada’”. Además, Redín dice que la calle García Moreno y Mejía presentan otro factor que debe tomarse en cuenta: la contaminación por parte de la ciudadanía. Es decir las caminatas en estas calles por parte de ecuatorianos y turistas porque considera que la zona se expone a desechos como botellas, fundas, plásticos entre otros residuos.

La frase de Rodas es verdadera porque peatonalizar una zona sí tiene efectos en la atmósfera pero según Vallejo y Redín es difícil dar un porcentaje puntual, sobre todo si en zonas aledañas o calles vecinas sigue existiendo el mismo tráfico de automóviles y de contaminación.