No se puede verificar

El presidente Lenin Moreno dijo que “la suma de pasivos y contingentes es de 69 mil millones de dólares”, durante la entrevista que dio a tres periodistas locales en el programa “Ecuador nuevo rumbo” el 21 de enero de 2018.

Hasta diciembre del 2017, la deuda pública del Ecuador era de 46.536 millones de dólares, de acuerdo con el  informe publicado a finales del 2017 por Multienlace, una compañía de asesoría económica dirigida por el economista Mauricio Pozo. La diferencia entre la deuda pública y la cifra que dio Moreno es de 22,464 millones de dólares, que según el Presidente corresponderían a los contingentes.

Dentro del vocabulario económico se conoce a los pasivos como la deuda, es decir, el dinero que el Estado debe a instituciones públicas y privadas, explica Jaime Carrera, director del Observatorio de Política Fiscal. Un ejemplo de pasivos serían los intereses de los bonos del Estado en poder del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) que en 2018 el gobierno sigue pagando.

Los contingentes son cuentas que el gobierno tendría o no que pagar en un futuro. Por ejemplo, la deuda del petróleo por preventa o rubro. O dicho de otra manera, deudas no previstas. Según Paredes, por lo general, consisten en juicios que tiene el gobierno que podría perder o ganar. Por lo tanto, los contingentes no se pueden prever ni calcular. Un ejemplo cuyo de contingente es el resultado del proceso contra los hermanos Isaías, los dueños del extinto Filanbanco, que por una crisis de liquidez en 1998, fue cedido al Estado ecuatoriano, y en el 2001 quebró. Ecuador acusa al  grupo Isaías de mal manejo económico por lo que deberán devolver al Estado ecuatoriano el dinero que se puso desde 1998 hasta el 2001 para dar liquidez a sus clientes. Cuando se resuelva la sentencia definitiva de daños y perjuicios tras el cierre de Filanbanco, el Ecuador deberá asumir su pérdida o ganancia al final del juicio.

La frase de Moreno no se puede verificar porque los 69 mil millones a los que hizo referencia se basan en una cifra que no es predecible ni exacta. Jaime Carrera señala que, según el Ministerio de Finanzas, los pasivos y contingentes pueden en algún momento convertirse en obligaciones y transformarse en deuda, pero no es posible calcular la cifra.