El acceso público a la información en el Ecuador es un derecho, pero iniciar esas búsquedas es como pisar una trampa: uno cae en el pozo de la burocracia, de los tecnicismos, de las respuestas evasivas y, en algunos casos, en el total silencio. Hice 13 pedidos de información, apenas fueron respondidos 3. Con ellos, logré acceder a siete contratos en distintas áreas. Cinco directamente atados a préstamos de bancos chinos que siguen un modelo ya utilizado en los siglos diecinueve y veinte por Estados Unidos: sus bancos desembolsan la mayoría o totalidad del monto para el proyecto, y esos montos se pagan a las empresas contratistas chinas. El dinero prestado por China se queda en China.

La relación sino-ecuatoriana se ha consolidado en la última década al punto de que en 2007 el Ecuador le debía poco más de 7 millones de dólares a China.  En octubre de 2016, el monto se había multiplicado mil veces. La cifra exacta era de 7 mil millones 973 mil de dólares. Pero los detalles de esos préstamos no se conocen. En los contratos a los que tuve acceso no están especificadas las tasas de interés, por lo que no se puede saber más que lo que allí se estipula. Toda la información recabada sobre China en este reportaje no ha considerado los contratos relacionados a la venta anticipada de petróleo. Aquí la lupa recae sobre los contratos con empresas chinas para bienes y servicios no petroleros.

Minas-San Francisco

Proyecto Minas San Francisco

Ilustración de Paula de la Cruz

En el último día de marzo de 2012, arrancó la construcción de esta obra. Se haría en 1460 días —un poco más de cuatro años. Había sido adjudicado a Harbin Electric International tres meses antes, por un monto menor al presupuesto referencial que era de 474,6 millones de dólares. Recién un año después de iniciada la obra, el entonces Ministro Coordinador de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda, viajó a China para la firma del convenio de financiamiento por 312 millones y medio de dólares, el 95% del total del contrato.

En febrero de 2016, un mes antes de que se suponía sería entregada, Harbin pidió una ampliación del plazo de entrega. Según el Ministerio de Electricidad y Energía Renovable, en julio de 2017, aún no estaba terminado: faltaba un poco más del 3% de la obra por completarse.

Mazar-Dudas

proyecto hidroeléctrico Mazar Dudas

Ilustración de Paula de la Cruz

Esta obra ha costado 20 millones de dólares más de lo previsto. Según Paúl Urgilés, funcionario de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), en agosto de 2014 la inversión era de 57 millones de dólares. Cneec fue declarada como contratista incumplida por faltas en el proyecto hidroeléctrico Mazar-Dudas y allí también Celec dio por terminado de forma unilateral el contrato que había sido firmado el 20 de octubre de 2011 (y los dos contratos complementarios de enero y julio de 2014)

Delsitaniasagua

proyecto Delsintanisagua

Ilustración de Paula de la Cruz

El proyecto Delsitanisagua no solo ha costado millones de dólares, sino, tristemente, tres vidas. En julio de 2014, un desprendimiento de tierra provocado por las lluvias en la zona de Río Blanco, donde estaba ubicado el campamento de Hydrochina, provocó la muerte de tres trabajadores de la empresa. La fecha de entrega inicial del proyecto habría estado cerca para entonces, pero después de que el contrato se firmara en octubre de 2011 se autorizó una prórroga. La primera unidad generadora debía entregarse finales de julio de 2017, la segunda a finales de septiembre de 2017 y la tercera a finales de octubre de 2017. Hasta abril de 2017 estaba listo en poco más de un 83%.

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En Salud, los contratos chinos están también atados al financiamiento del gigante asiático. Según el Ministerio de Salud Pública en su área solo hay tres contratos firmados con empresas chinas, pero todos dependen de los fondos del Banco de Desarrollo de China.

Mi Emergencia

Gráfico de Proyecto Mi Emergencia

Ilustración de Paula de la Cruz

Adjudicado en abril de 2012, el contrato para el proyecto ‘Mi emergencia’ establecía que los precios no se podrían reajustar. Es todo lo que se puede decir, porque en el documento entregado por el Ministerio de Salud Pública no se detalla qué bienes, obras o equipamiento son los que suministraría la compañía china Camc Engineering Co para “fortalecer el sistema de atención de emergencias”.  El plazo para su cumplimiento era de un año contado desde el pago del anticipo del 70%.  El detalle del programa está vacío en el sitio web del Ministerio de Salud.

Unidades  operativas de Salud

Unidades operativas de Salud financiadas con préstamos chinos

Ilustración de Paula de la Cruz

Un contrato atado parcialmente a un financiamiento específico. El China Development Bank cubriría 25 millones 435 mil dólares. El financiamiento de los restantes 34 millones no aparece en la información entregada por el Ministerio. Adjudicado en octubre de 2016, era una compraventa, adquisición e instalación de equipos, como por ejemplo, 1621 armarios por un valor de más de 1,2 millones de dólares. Otros productos en la lista eran 48 ecógrafos y 2767 camas hospitalarias.

Equipamiento biomédico y mobiliario clínico

Equipamiento biomédico financiado con préstamos chinos

Ilustración de Paula de la Cruz

Un contrato dos veces adjudicado. La ministra de Salud Carina Vance lo adjudicó el 28 de noviembre de 2014 por cerca de 62 millones de dólares a China Sinopharm International.  Diez días después, rectificó y volvió a adjudicarselo a la misma empresa pero por 11 millones de dólares menos (exactamente, 60.129.867 dólares). El Ministerio de Salud me entregó las copias de los contratos, pero no incluyó los informes técnicos: no se puede saber cuál es la justificación para la variación de la cuantía. Entre el mobiliario que incluía el contrato hay 450 cunas para recién nacidos, 2500 camas de hospital, 1460 camillas, 20 ecógrafos para ginecología, 40 ultrasonidos 3D/4D, 301 sillas de rueda, entre otros. Pero como no tuve acceso a los documentos adicionales al contrato, no es posible saber si se entregó lo que estaba estipulado y a tiempo.

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El Ministerio de Educación no entregó más que un contrato, firmado por cerca de 200 millones de dólares para la construcción de unidades educativas provisionales.

Unidades educativas construidas con fondos chinos

Ilustración de Paula de la Cruz

En las especificaciones de este contrato se explica que se entregará 30 módulos 9×6 metros para aulas, módulos para baterías sanitarias, para laboratorios, entre otras. Aunque en el contrato no se detalla una línea de crédito con el Banco de China, en la documentación de respaldo sí se define que el monto financiado por esa entidad es de 187 millones 622 mil 281 dólares, y que otros 32 millones 914 mil dólares se financiarán con recursos fiscales.

El total asignado por el Ministerio de Finanzas para este proyecto es de 210 millones 136 mil dólares: 13 millones más de la cifra estipulada en el contrato entre el Ministerio de Educación y la empresa China Railway.

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Estos contratos, conseguidos con dificultad, revelan  un poco de la cara no petrolera de la relación China-Ecuador. Sin embargo, en el negocio del crudo hay muchísimo más dinero en juego: Según un reportaje de diario El Comercio, un examen especial de la Contraloría, aprobado en diciembre de 2016, encontró irregularidades en tres contratos de preventa petrolera con una subsidiaria de Sinopec y con la tailandesa PTT. Otro reportaje de diario Expreso señala que Ecuador firmó créditos por las preventas por 14 mil 470 millones de dólares, de los cuales el país ha recibido 12 mil 858 millones de dólares, equivalente al 88.8%. Pero esa es otra investigación. Lo que está claro es que la presencia china es ya una constante, aunque sus compañías aún no se adaptan del todo a la cultura empresarial y laboral ecuatoriana, y existan cuentas y asuntos pendientes.