La Universidad de Yachay, Yachay Tech, tiene un nuevo rector. El académico norteamericano de origen mexicano Carlos Castillo-Chávez acaba de aterrizar en el Ecuador y se encuentra en una misión: salvar la credibilidad del proyecto emblemático del gobierno. Antes de cargarle con el peso de todos los sucesos que anticiparon su llegada al proyecto, hay que reconocer que Castillo-Chávez es un hombre destacado y respetable: matemático, administrador, y activista, Castillo-Chávez ha sido alabado por el presidente estadounidense Barack Obama y la comunidad académica mundial por su contribución al conocimiento sobre cómo las enfermedades infecciosas se propagan y cómo pueden ser contenidas.
Castillo-Chávez está en un tour mediático para recuperar la fe en el proyecto. Una de sus principales estrategias es insistir en la separación de Yachay Tech —que tiene un presupuesto de cerca de $20 millones de dólares, como menciona varias veces—, de Yachay EP, la empresa pública responsable de crear la infraestructura de la “ciudad de conocimiento”. La necesidad de hacer esa diferencia viene porque Yachay Tech, una universidad nueva con presupuesto humilde, paga con su reputación por las acciones de su empresa hermana, Yachay EP, que muchos consideran un elefante blanco. Los pecados del padre son muchas veces asignados al hijo, y para tener éxito Castillo-Chávez cree que el público debe entender la diferencia.
Nuestra conversación buscó profundizar la visión del nuevo rector para crear una universidad de primera en el norte del Ecuador. ¿Puede operar con independencia cuando el gobierno se mete en la gestión de universidades que ni siquiera son de su responsabilidad? Fernando Albericio, el primer rector de Yachay, salió peleado por no compartir una visión con la Comisión Gestora, ¿puede Castillo-Chávez estar seguro de que comparte una visión con sus jefes? ¿Puede él levantar una universidad de primera cuando su junta directiva no vive en el país? ¿Estamos seguros que la universidad es el modelo de educación del futuro?
Al nuevo rector le dimos algo que es muy escaso en la discusión política ecuatoriana: el beneficio de la duda. Luego les presentamos a ustedes los resultados: ¿convence Carlos Castillo-Chávez? ¿Cumplirá Yachay Tech con su promesa?