¡Déjalos, que se marcan solos!
Los candidatos de oposición son tan patéticos que prefieren atacarse entre ellos a ganar una de las elecciones más fáciles desde que regresamos a la democracia en 1979
Los candidatos de oposición son tan patéticos que prefieren atacarse entre ellos a ganar una de las elecciones más fáciles desde que regresamos a la democracia en 1979