Hipster-tin, hipster-ton: la negación del racismo
Una noche, un policía me detuvo porque no le gustaron mis lentes. Volvía con unos amigos de un bar cercano a mi casa en la Floresta, en Quito, cuando dos oficiales –un hombre maduro y otro joven– me acusaron de conducir ebrio. Después de una larga discusión, el policía joven le confesó a una amiga que nos detuvieron porque al más viejo no le gustaron mis lentes. Mis lentes son negros de marco grueso: retro. Los odio profundamente, no solo porque son incómodos, pesados y me hacen sudar la frente, sino porque me delatan: son 'hipster’ y por ello el LEER MÁS