Sí, Shakira está enojada. Basta una revisión de las letras de sus últimas tres canciones, como Te felicito —con Rauw Alejandro— y Monotonía —con Ozuna— para notarlo. La tercera es la que acaba de salir el 11 de enero de 2023 como la edición número 53 de BZRP Music Sessions. Los tres temas que, de cierta manera, son la banda sonora de la ruptura entre ella y el ex futbolista Gerard Piqué. La verdadera venganza en el reino del pop.

Un hecho que tiene su correlato artístico, como muchos otros acontecimientos en la vida de las personas creadoras y que tienen en el arte su espacio para volcar sus emociones.

Shakira ha hecho algo normal y que se ha hecho varias veces. Claro, a su manera.

Si en Te felicito hay un cierto sarcasmo ligado a la separación y en Monotonía hay un lamento y conciencia de distancia en la pareja como base de la ruptura; en la nueva canción solo hay necesidad de lanzar furia, de manera directa. Si queda un Gerard Piqué de pie luego de la popularidad de esta canción, será solo para permanecer en silencio.

Pero más allá de los versos de la canción, de las referencias al ex jugador del Barcelona español, de los golpes a la nueva pareja de Piqué y de los memes, hay algo interesante en este tema. Algo que está pasando desapercibido en medio de todo lo que la canción, titulada hasta el momento Shakira: Bzrp Music Sessions, vol 53, genera. Y es la canción en sí.

Porque hay gente que dice que es muy mala o usa calificativos como “horrible” y que lo que la hace relevante son los punches de Shakira a su ex. Pero quizás no es tanto así.

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El dueño del pop

Bizarrap podría hacer lo que el personaje de Jack —el que interpreta Leonardo DiCaprio en Titanic— hace: subirse en la proa del barco y gritar “I’m the king of the world” (“soy el rey del mundo”). Y no estaría mintiendo si actuara de esa manera.

Gonzalo Julián Conde —su nombre real— nació en Ramos Mejía, Buenos Aires, en Argentina, el 28 de agosto de 1998. Con 24 años, este dj y productor entiende como pocos de qué va la música del momento y quizás, de forma natural y orgánica —para bien y para mal— está esculpiendo cómo será el sonido de los próximos años.

Esto es ser absolutamente objetivo. 

Lo que Bizarrap construye —al menos con sus sesiones— es la música de esta época y sintetiza mucho de lo que está sucediendo con ritmos y estilos actuales y los lleva a otro espacio. Se puede notar esto en las sesiones con Anuel AA, Nicky Jam, Nathy Peluso y hasta con Residente. Bizarrap sabe dónde poner y dónde no poner sonidos y beats, lo que permite crear varios pasajes en las canciones que produce y que varios artistas interpretan. 

Y si bien sus decisiones como productor la podemos ligar a cierta estética TikTok —cosas cortas que impacten—, la realidad es que Bizarrap es capaz de hacer de esta estética el método maestro para romper con la monotonía y generar nueva atención en quien escucha sus trabajos. Es decir, siempre va a sonar algo nuevo en cada una de sus canciones.

En el tema con Shakira esto sucede todo el tiempo.Quizás sea solo cuestión de ponerle mucha más atención a lo que suena para descubrirlo.

La Shakira: Bzrp Music Sessions, vol 53 está creada con una base disco y synthwave —esa música en la que manda el sintetizador—, que remite de entrada a lo que sonaba en el pop de los años 80. Pero no es un homenaje directo, es más bien una revisión de esto. En realidad es una revisión a la revisión de la música de los 80 que hicieron en su momento Daft Punk, especialmente con el Harder, better, faster, stronger. Ese es un punto de partida.

Esta referencia queda más evidente en los momentos en que Shakira y los beats se juntan para remarcar algunas sílabas. Eso sale de Daft Punk, sin duda.

Shakira canta, a veces da la impresión de que su voz ha sido grabada dos veces, o que con efectos se hizo posible esa duplicación. Con una estructura de acordes menores —estructura que no es nada revolucionaria, sino que se puede encontrar en cientos de canciones— la melodía calza y es perfecta. Es como si ambos —Bizarrap y Shakira— entendieran el secreto de todo el K-pop del mundo y tuvieran de marco referencial a lo que hace Dua Lipa.

Todo eso para llegar a un estribillo diseñado para que se grabe a fuego en las cabezas, me refiero a la parte de “tipos como tú”. En ese “tú” suenan cinco notas que funcionan a la perfección dentro del acorde de re menor. Perfección en la que no hay novedad, porque muchas canciones pop tienen esa misma melodía de cinco notas, y eso no es un problema. Es un acierto.

El pop es el terreno de probar todo aquello que funciona. Y ese “tú uh uh uh uh” funciona en muchas canciones y es usado aquí porque es preciso.

No se trata de hacer algo nuevo u original. Se trata de que la canción suene a algo que ya nos ha gustado antes, pero que se sostenga en su propia identidad. Y esta la tiene.

Lo que hace única a esta canción

La Shakira: Bzrp Music Sessions, vol 53 no es una revolución, ni uno de los mejores temas jamás compuestos. Tiene lo suyo y está bien. 

Sobre todo por lo que Bizarrap se permite hacer y el terreno que le da a Shakira para jugar con su interpretación. Por momentos todo se mantiene en un mismo nivel, en uno conocido. Un beat que no desentona y en una melodía que a veces se mete en fraseos de hip-hop. Hasta llegar al coro.

Luego llega esa maestría. Bizarrap empieza a romper la monotonía del ritmo, ya sea quitando la batería completa o uno de sus golpes. En eso que ya está construido y reconocemos, hay espacio para cierta extrañeza. Y si no es que juega con el beat, de golpe, en otros momentos de la canción, lo cambia. El dembow del reggaetón y del trap aparece cuando Shakira canta “Me dejaste de vecina a la suegra”, en un cambio que no se siente dramático, pero sí funcional.

Para luego volver a ese sentido disco que lo engloba todo.

Ese quizás sea el cambio más contundente en el tema. Pero no rompe nada, no desentona, está ahí y se percibe, mientras la colombiana canta. No, no es la mejor canción ni un clásico por su producción, pero lo que ha hecho Bizarrap es darle a Shakira un lienzo que no aburra, para que ella pinte su venganza, en sus propios términos.

Eduardo Varas 100x100
Eduardo Varas
Periodista y escritor. Autor de dos libros de cuentos y de dos novelas. Uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina según la FIL de Guadalajara. En 2021 ganó el premio de novela corta Miguel Donoso Pareja, que entrega la FIL de Guayaquil.
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