En los cargos públicos que ha desempeñado, señor Muñoz, usted se ha destacado por trabajar en el mundo de las ideas, los modelos políticos y los paradigmas. Y si bien en la función pública es una ventaja tener un candidato que sea un pensador con amplia preparación académica, en su caso, esto podría ser un problema para la alcaldía de Quito.

Tanto en su paso por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) entre 2010 y 2011, como por el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito (MDMQ), entre 2009 y 2010, hizo un trabajo de planificación. Es decir, como su hoja de vida lo indica, su profesión ha consistido en darle un enfoque político-conceptual y programático a ciertas instituciones públicas para desarrollar diseños de planificación del Estado. En pocas palabras, desde su escritorio, ha sabido poner en papel planes nacionales para implementar en todo el país su visión política y la de su partido.

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En la Constitución de 2008, en artículos como el 279, el 280 y el 293 se introdujo el Plan de Gobierno y  la planificación primó por encima de la presupuestación o la factibilidad. Y el SENPLADES decidía también en temas de gasto público al seleccionar qué proyectos tenían dictámen de prioridad. Usted, como ideador, podía decidir qué se hacía y qué no se hacía. La falta de autonomía en la forma del gasto de oficinas zonales y municipios, en su momento, causó estragos. Llegó a decirse que el centralismo fue tal que, por ejemplo, en oficinas zonales de Manabí, había que pedir permiso al Gobierno Central hasta para comprar los insumos básicos de las oficinas. Y que funcionarios de instituciones como Contraloría y Fiscalía les negaban información porque solo la podía proporcionar el Gobierno Central. 

Asimismo, y a mayor escala, usted fue planificador como Subsecretario de Reforma Democrática del Estado y Gestión Programática (2007 -2009) y luego como Secretario (2013 – 2015) de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES). El modelo de esta última institución recibió críticas de ciertos sectores de la ciudadanía y de las entidades públicas por su centralismo porque todas las instancias del Estado, es decir, cualquier otro poder o incluso los gobiernos subnacionales como lo son los municipios o las juntas parroquiales, tenían que alinearse al plan de la SENPLADES, el cual se llamó Plan del Buen Vivir. 

Otro ejemplo de centralismo fue que, tanto como planificador del Municipio de Quito, así como Secretario de la SENPLADES, usted fue miembro del directorio de las empresas públicas, para asegurarse de que el modelo plasmado en el papel del plan nacional, se cumpliera al pie de la letra. 

Más allá del centralismo, hay otro problema, señor Muñoz. Y es que el idealismo y la convicción política de un teórico muchas veces se estrella contra la realidad.  

En 2017, al finalizar el Gobierno de Rafael Correa, del que usted fue parte, Ecuador estaba en el puesto 91 en materia de estabilidad macroeconómica, según el Índice de Competitividad Global que reporta cada año el Foro Económico Mundial. En el informe de 2008, estábamos en el puesto 16. 

También pensemos, por ejemplo, en lo ocurrido en su paso por el Municipio de Quito como planificador en el período de Augusto Barrera. Al inicio del período de Barrera había alrededor de seis mil funcionarios contratados en el Municipio. Cuando Barrera dejó la alcaldía, se habían contratado alrededor de dos mil más. Esto se dio, en parte, por la creación de 12 Secretarías (como la de Salud, Movilidad, Cultura y Ambiente) dentro del Municipio y de una Agencia de Control . Esto se contempló en la Resolución Municipal de agosto de 2009 y esas nuevas entidades convirtieron al Municipio en una entidad pesada y lenta.

También en el período de Barrera se eliminó un modelo implementado por su antecesor, Paco Moncayo. Según Moncayo, en una entrevista para diario El Comercio, ese era “un modelo de gestión con participación pública y privada, transparente, eficiente y económico. Con ese modelo en tres años ya se había recuperado el Centro Histórico, concesionado el aeropuerto y construido una represa.¨ En este modelo, el Municipio se valió de fundaciones y corporaciones (es decir, instituciones privadas) para lograr más eficiencia y rapidez al ejecutar iniciativas para la ciudad. De esta manera se llevaron a cabo programas como Vida para Quito —para recuperación de parques— o el proyecto Innovar —para la recuperación de áreas históricas—. 

Sin embargo, con usted como planificador del Municipio de Quito, se abandonó este modelo de gestión, se infló la nómina y se crearon más de una decena de Secretarías, lo cual impactó en la eficacia y la prontitud al implementar proyectos.

Situaciones como esta demuestran que usted, señor Muñoz, es un político, un pensador, un planificador, un académico, pero no un gerente ni un gestor que logra resultados.

Usted ha mencionado públicamente que sus principales objetivos de ganar las elecciones como alcalde de Quito serían disminuir la inseguridad, el desempleo y la pobreza. Pero viendo algunos de estos indicadores del momento en el que usted fue Secretario de la SENPLADES (2013-2015), resulta difícil creer que esos retos que se propone, se lograrán. 

Entre diciembre de 2013 y diciembre de 2015 hubo un aumento del desempleo a nivel nacional según datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo  ENEMDU, aunque este no fue estadísticamente significativo. Lo que sí se puede afirmar es que el desempleo no bajó en ese período, sino que aumentó levemente. Pero si se analiza el desempleo en la misma fuente y en el mismo período solamente en Quito, este aumentó del 4% al 4,9%.

Según el Índice de Competitividad Global, el mercado de bienes y el mercado laboral fueron indicadores que cayeron en el Gobierno de Correa y Ecuador pasó del puesto 122 al 126 en esta categoría. En efecto, la contratación se redujo porque el costo laboral era elevado, dado al marco regulatorio que se imponía a los empresarios. De nuevo, la ideología política estuvo por encima de la viabilidad y la eficacia.

Más allá de eso, ¿es la alcaldía de Quito la entidad desde la cual se puede disminuir el desempleo en el país? Salvo iniciativas menores como hacer más ágil la iniciación de un negocio en Quito, no se comprende cómo generará más empleo. ¿Con la creación de obra pública? ¿Qué obra pública?

También tengo dudas sobre cómo se ejecutará la planificación desde el Municipio de manera eficaz y con resultados, más allá de su ideología política y de la agenda de su partido.

Insistiendo en su papel de académico y pensador: ¿tendrá en algún momento la honestidad intelectual de cuestionar a los coidearios que tienen las manos sucias por sentencias de corrupción y distanciarse de ellos? Tampoco puede usted desmarcarse de su pasado político. ¿Ese historial no será un lastre para usted como lo fue, en cierta medida, para Andrés Arauz, en las presidenciales de 2021?

Ser alcalde es gerenciar pero también es hacer política. En cuanto a lo primero, su experiencia ha sido como pensador y no como gerente. En cuanto a lo segundo, varios de los que lo rodean están contaminados y sentenciados. En la reunión de candidatos correístas que organizó su partido en octubre pasado, usted bailaba y festejaba con Paola Pabón, Rafael Correa, Ricardo Patiño, entre otros ex funcionarios del régimen de Correa que están señalados por corrupción. Esto, a nivel social y de percepción, también lo sentencia a usted.

Y usted también, junto a 3 ex funcionarios, tiene dos glosas por 34 millones de dólares emitidas por la Contraloría General del Estado por corrupción en Tame. Sin embargo, y dándole el beneficio de la duda, usted ha impugnado ambas glosas y una de ellas tiene sentencia a su favor. ¿No le preocupa que esto pueda dejar en duda la transparencia en sus manejos como funcionario público?

¿Cómo limpiará su bagaje político para ejecutar proyectos viables para la ciudad de Quito más allá de su ideología del Socialismo del Siglo XXI que parece colisionar contra la realidad en términos de eficacia?

Espero, señor Muñoz, que estas preguntas sirvan para disipar dudas que, seguramente, comparten muchos ciudadanos sobre su candidatura. 

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María Cristina Bayas
Magíster (ALM) por la Universidad de Harvard. Directora Académica de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad de las Américas (UDLA). Profesora a tiempo completo en la UDLA. Amo los gatos y la música. Mamá de Agustín.
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