Todo lo que sabemos sobre el volcán Cotopaxi

El volcán Cotopaxi es uno de los volcanes más peligrosos del mundo, según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional del Ecuador. El Cotopaxi también es el segundo volcán más alto del país, solo superado por el Chimborazo.

El Geofísico, que se encarga, entre otras tareas, de vigilar la actividad de los volcanes del país, estima que el Cotopaxi ha tenido al menos cinco grandes procesos eruptivos desde el siglo XVI, cuando comenzó la conquista española. Su última gran erupción se remonta a junio de 1877. 

A finales de noviembre de 2022, se reportó una leve caída de ceniza en la provincia de Pichincha, procedente del Cotopaxi. 

¿Dónde está?

El volcán Cotopaxi está a 5.897 metros de altitud sobre el nivel del mar. Está en la Cordillera Real, entre las provincias andinas de Pichincha y Cotopaxi. El Cotopaxi está a aproximadamente 35 kilómetros de la ciudad de Latacunga y a 45 kilómetros de Quito.

Este volcán, dice el Instituto Geofísico, está rodeado por páramos que rodean los 3.000 metros de altura y por otros volcanes como el Sincholagua, el Quilindaña y el Rumiñahui. 

¿Qué tipo de volcán es el Cotopaxi?

El Cotopaxi es un estratovolcán. Esto quiere decir que es un volcán empinado, alto y de forma cónica, formado por una combinación de lava, tefra —un producto volcánico— y materiales piroclásticos —ceniza, fragmentos de roca, piedra pómez, cascajo. 

Volcán Cotopaxi. Fotografía de la cuenta de Twitter del Instituto Geofísico.

¿Por qué el Cotopaxi es considerado peligroso?

El Instituto Geofísico explica que el Cotopaxi es considerado uno de los volcanes más peligrosos debido a cinco factores. Estos son:

1. la frecuencia de sus erupciones, 
2. su estilo de erupciones, 
3. su relieve, 
4. su cobertura glaciar y 
5. la cantidad de poblaciones que están potencialmente expuestas a sus amenazas.

Según el Geofísico, todos los episodios eruptivos del Cotopaxi “han dado lugar a fenómenos volcánicos muy peligrosos” que podrían repetirse con el pasar de las décadas. El Instituto dice que en los últimos períodos de erupción de este volcán han habido importantes pérdidas tanto económicas como sociales. 

El Cotopaxi, dice el Geofísico, es peligroso porque “sus erupciones pueden dar lugar a la formación de enormes lahares —flujos de lodo y escombros—” que podrían llegar a transitar por drenajes vecinos hacia lugares bastante poblados. 

Una erupción volcánica del Cotopaxi podría llegar a afectar a un área donde habitan más de 3 millones de personas —en Cotopaxi, Pichincha, Napo y Tungurahua—. Además,  la caída de ceniza podría afectar una “parte muy significativa de la Sierra y la Costa del Ecuador”, dice el Instituto Geofísico.

Debido a su peligrosidad, el Cotopaxi es uno de los volcanes más vigilados del país. 

La actividad volcánica del Cotopaxi

El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional tiene registros de cinco grandes períodos eruptivos del Cotopaxi desde el inicio de la conquista española. Estos son:

• de 1532 a 1534, 
• de 1742 a 1744,
• de 1766 a 1768,
• de  1853-1854, 
• y de 1877 a 1880. (En este período, ocurrió la última gran erupción del volcán, en junio de 1877).  

A pesar de estar activo, el Cotopaxi no ha tenido actividades tan intensas como otros volcanes como el Sangay. Sin embargo, en 2015, el volcán expulsó ceniza, gases y vapor de agua durante varias semanas. La actividad del Cotopaxi obligó a las autoridades a hacer una declaratoria de emergencia que alertó a varias comunidades cercanas al volcán, pero la actividad no pasó a mayores.

Desde entonces, el volcán había permanecido en relativa calma hasta octubre de 2022. La noche del 21 de octubre, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG) registró la caída de ceniza y la emisión de gases desde el volcán. Con el paso de los días, hubo también caída de lahares —flujos de agua, lodo y escombros—, pero la actividad no ha causado mayores daños. 

En noviembre de 2022, el volcán sigue en proceso eruptivo, por lo que ha habido también caída de ceniza en varias poblaciones aledañas e incluso en el sur de Quito. Según el Geofísico, la actividad de 2022, ha sido “ligeramente superior” a la actividad que ha habido en el Cotopaxi desde su último proceso eruptivo en noviembre del 2015.