La alcaldesa de la ciudad portuaria de Guayaquil, Cynthia Viteri, dijo que está de acuerdo con que los ciudadanos porten armas. En una entrevista en el programa Contacto Directo, de la estación televisiva Ecuavisa, la alcaldesa dijo “creo que los inocentes sí deben portar armas porque ahora un delincuente se acerca a tu carro, te apunta con un revólver porque sabes que tú estás desarmado”. 

En una ceremonia por los 201 años de Independencia de Guayaquil, Viteri ratificó su posición sobre el tema y entregó al presidente Guillermo Lasso el proyecto de Ley por la Vida y Protección Ciudadana que plantea, de manera formal, el libre porte de armas.

Pero, ¿es buena idea?

Esto dicen los estudios

Los expertos dicen que donde no hay armas, no hay muertes por armas. Por lo que una forma sencilla y práctica de combatir la violencia armada es tratar de detener el flujo de armas, en lugar de aumentarlo, como pretende la alcaldesa de Guayaquil con su propuesta.

En Estados Unidos, donde es legal portar armas siempre y cuando las personas tengan permiso para hacerlo, en lo que va de 2021, ha habido más de 550 tiroteos masivos. También, según el Gun Violence Archive, en lo que va del 2021, 239 niños de hasta 11 años han muerto por manipular armas y otros 605 han resultado heridos. Además, 941 adolescentes entre los 12 y 17 años han fallecido también por usar armas, y otros 2.666 resultaron heridos. 

Se estima que hay al menos 310 millones de armas de fuego que son usadas por civiles estadounidenses. Según la organización Amnistía Internacional, más de 500 personas mueren cada día en el mundo a causa de la violencia con armas de fuego. 

Un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos encontró que un mayor acceso de los civiles a las armas de fuego —incluidas las adquiridas legalmente— aumenta los niveles de violencia e inseguridad. El informe dice también que el porte de armas legal tiene un impacto negativo en los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

Además, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) encontró que el crimen y la inseguridad no se combaten con más violencia. Al contrario, se combaten con programas sociales que atacan a las raíces de la inseguridad: la pobreza, la falta de educación y la falta de oportunidades. “Hoy sabemos y tenemos evidencia”, dice el BID, que las intervenciones enfocadas en el desarrollo de habilidades técnicas y sociocognitivas permiten proteger a los grupos vulnerables para evitar que caigan en bandas delictivas o grupos criminales. “De esto, se trata la verdadera prevención del crimen”, asegura el BID.

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Esto dicen los expertos

Héctor Chiriboga, profesor de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, dice que primero, no debería sorprender que Viteri proponga algo así. “Su partido”, dice Chriboga, ha propuesto esto antes e incluso ha tenido el apoyo de políticos como el ex alcalde Jaime Nebot y el actual presidente de la República, Guillermo Lasso —quien no se ha pronunciado sobre el proyecto ni sobre las declaraciones de Viteri. Pero, segundo, dice Chriboga, “hay que tener cuidado con estas ideas porque son peligrosas, sobre todo cuando vienen de políticos que no entienden cómo funciona la sociedad”. 

Chiriboga dice que los políticos como Viteri, no entienden que un acto concreto de, por ejemplo, un robo armado los ciudadanos siguen estando en riesgo aunque estén armados, porque son cuestiones de segundos que, a veces, “dependen del azar”. 

Además, dice Chiriboga, el porte de armas “implica una responsabilidad”. Entonces, explica el experto, si se llega a poner en práctica una ley que permita el porte de armas a los ciudadanos en las urbes, hay que poner normas. “No es cuestión de solo estar armado”, dice Chiriboga, “también implica un entrenamiento de la mecánica del acto” —es decir, de cómo se carga un arma y de cómo se usa. Pero más allá de la mecánica, dice Chiriboga, estar armado “también implica un temple” porque las personas no pueden simplemente disparar a la primera si tienen un altercado con alguien, o si hubo un choque y se quieren defender. 

También es importante, dice Chiriboga, tener políticas sobre dónde deben estar las armas y sobre quién tiene acceso a ellas porque sino “pueden pasar tragedias”. Pero la alcaldesa Viteri no ha dado mayores detalles sobre cómo planea implementar el porte de armas, ni si habrá reglamentos o regulaciones que eviten que el porte de armas solo se convierta en más tragedias.

Viteri solo dijo que “los justos”, que según ella son quienes cumplen la ley, deben estar armados. Además, aseguró que “la gente tiene derecho a defenderse de la delincuencia”. 

¿Qué más dijo la alcaldesa en la entrevista?

En la entrevista en Ecuavisa, la alcaldesa de Guayaquil se refirió también a los ciudadanos extranjeros que llegan al Ecuador. Cynthia Viteri dijo que a Ecuador no debería entrar  ninguna “persona sin presentar sus antecedentes penales”. Pero apenas 3 mil personas extranjeras están detenidas en las cárceles del país, eso es menos del 7% de toda la población carcelaria. 

Sobre la inseguridad en la ciudad, la alcaldesa dijo que es un tema preocupante y que si podría, le diría a la Policía lo que debe hacer o pondría a las Fuerzas Armadas en las calles, para así combatir a la delincuencia. Pero Viteri dijo que no puede porque eso no es competencia de ningún alcalde. “Guayaquil, en este momento debería tener al ejército en las calles, no solamente a la Policía”, dijo Viteri.

El experto militar Yaakov Cedeno dice que sacar a los militares a la calle no es una buena idea. Según el experto, no hay ninguna evidencia que muestre que sacar a las Fuerzas Armadas reduzca los niveles de delincuencia. Cedeno dice que los delincuentes van a ver a un militar parqueado en una esquina y entonces van a ir por otra esquina. “El delincuente es mucho más flexible táctica y operacionalmente”, asegura Cedeno. Según Cedeno, poner a militares en la calle no solo no va a funcionar, sino que además va a significar una pérdida significativa de dinero para el Estado porque “no es barato ponerlos en las calles”.

No es la primera vez que Viteri propone sacar a los militares a las calles  o enfrentar a la delincuencia con mano dura. En 2003, cuando era diputada, Viteri patrocinó la “detención en firme”, una medida que permitía mantener en la cárcel a cualquier persona que haya sido convocada a juicio. Según expertos, la medida atentaba contra los derechos humanos y no logró controlar el problema de la delincuencia. Al contrario, solo llenó las cárceles. La medida fue derogada en 2006.

Pero de nuevo en 2009, cuando Viteri era asambleísta planteó una medida similar: la “detención obligada”, una medida similar a la detención en firme. Según la entonces asambleísta, la medida era necesaria para “que los detenidos no sean beneficiados” por algunas leyes de entonces, que permitían la caducidad de la prisión preventiva. En la actualidad, por el abuso de la prisión preventiva, las cárceles del país tienen un índice de hacinamiento de más  del 29%, debería ser 0%. 

En la entrevista con Ecuavisa, Viteri también dijo que la policía debería tener “todos los recursos para movilizarse en la ciudad y no estar esperando que alguien le dé gasolina, armas, municiones, teléfonos”, como lo están haciendo. 

La alcaldesa dijo además que ningún alcalde puede tomar decisiones sobre operativos de seguridad ni tiene recursos en materia de seguridad. Sin embargo, aseguró que “Guayaquil es la única ciudad en el país entero que le ha quitado recursos a obras para dárselos a quienes les corresponde ver la seguridad en el país”. Viteri explicó que se están entregando recursos de la alcaldía a la gobernación de Guayas para que esta se lo dé al gobierno central para que lo use en seguridad. Hasta ahora, dijo Viteri, se han destinado “24 millones de dólares” para ese tema.  

Viteri también dijo que se instalarán 15 mil cámaras adicionales en toda la ciudad para ayudar con la vigilancia. Sin embargo, aseguró que no es suficiente. 

La inseguridad en Guayaquil

Según cifras del Ministerio de Gobierno, la inseguridad en Guayaquil ha crecido en el último año. En 2020, entre enero y agosto, hubo 216 homicidios. Este año, en el mismo periodo de tiempo, ha habido casi el doble de homicidios: 413. Es decir, casi 52 personas han sido asesinadas cada mes en Guayaquil. La mayoría de homicidios en la ciudad, según los mismos datos del Ministerio de Gobierno, ocurren con armas de fuego. 

Los robos a personas también han aumentado. Según las cifras del Ministerio de Gobierno, entre enero y agosto de 2020, 4.027 personas reportaron haber sido robadas. Este año, en el mismo periodo de tiempo, 5.244 personas, es decir 1.217 personas más, reportaron haber sido robadas en la ciudad.