Andrea Flores presentó su renuncia irrevocable a la gerencia del Metro de Quito. Hoy, 24 de Mayo, Flores compartió su carta de renuncia en su cuenta de Twitter. Ahí dijo que dimitió “con el anhelo de que se tomarán decisiones técnicas, firmes y responsables” y porque no cederá a lo que llamó “presiones políticas” para cambiar el modelo de gestión del futuro sistema de transporte quiteño. 

En su carta de renuncia, Flores dice que informó de su decisión personalmente al alcalde Jorge Yunda el 21 de mayo pasado. “Le dije que tomaría un paso al costado con la finalidad de que ellos puedan tomar la mejor decisión para la ciudad” dijo Flores a GK. Ese día, le dijo a Yunda para que evaluar nuevamente el modelo de gestión del metro tendrá un impacto en los cronogramas que habían fijado la inauguración del metro para febrero de 2022. “Resulta imperioso que se definan estrategias y opciones que, alejadas de la coyuntura política, tengan presente el punto crucial del proyecto Metro y que permitan optimizar los tiempos previstos en la hoja de ruta ya trazada”, dice Flores en su carta de renuncia. 

El 2 de marzo el Directorio del Metro (conformado por el alcalde Yunda, dos concejales, y los secretarios de Movilidad y Planificación del Municipio) decidió que el proyecto tendría una gestión directa municipal y que se contrataría asistencia técnica internacional. Flores dice que con este modelo los servicios serían gestionados por la EPMMQ, pero se debía contratar a un operador internacional para que dé acompañamiento en el proceso de puesta en marcha. 

La otra opción era hacer una alianza público privada. Con ese modelo, dijo Flores, la empresa pública seguiría manejando el Metro directamente, pero contrataría servicios de operación y mantenimiento con un proveedor particular. Según Flores, el modelo de gestión directa con asistencia internacional costaba 158 millones de dólares, mientras que el de la operación propia bajo la contratación de un operador privado tenía un costo referencial de 171 millones. Por eso, dijo Flores, el Directorio escogió la opción que podía implementarse en el menor tiempo posible y con los costos más bajos, pero que igual garantizaba el cumplimiento de estándares y protocolos de seguridad, según ella.  

Días después de que el Directorio escogió unánimemente por el primer modelo de gestión, la veeduría ciudadana que vigila el proyecto del Metro de Quito denunció irregularidades en la toma de la decisión. La mayoría, dice Flores, están relacionadas con costos. Según ella, la veeduría reclama que primero se dijo que el presupuesto del proyecto era de 158 millones de dólares y que en otro documento entregado posteriormente hay un aumento de más de 40 millones. Flores dice que ese dinero corresponde a seguros de infraestructura y trenes que el Municipio debía pagar sin importar el modelo de gestión. 

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Otra de las presuntas irregularidades identificadas por la veeduría, según Flores, es que solo se habría tomado en cuenta el tiempo que tienen hasta la entrega para decidir el modelo de gestión. La ahora exgerente general del Metro aduce que se hicieron análisis técnicos, jurídicos y de costos. Admite que también se consideraron los plazos disponibles como un factor importante, pero no fue lo único que interfirió en la decisión. El Directorio del Metro autorizó la creación de una comisión que ratificará o modificará el modelo de gestión escogido en marzo. 

La fecha de su funcionamiento se ha pospuesto en varias ocasiones. En 2019 se estimó que el Metro estaría listo para octubre de 2020, pero luego se cambió la fecha a marzo del año siguiente,  otra fecha que no se cumplió. Una vez que funcione, el Metro de Quito tendrá 22 kilómetros de extensión. Irá desde Quitumbe —al sur de la ciudad— hasta El Labrador —al norte. La distancia total podrá recorrerse en 34 minutos. Tendrá 15 estaciones subterráneas en la ruta. Según el sitio web del Metro de Quito, transportará a 400 mil pasajeros al día. 

Al compartir su renuncia, Flores dijo en su cuenta de Twitter que “el Metro de Quito trascenderá toda administración municipal”. Para que sea una realidad, dijo, se necesita el compromiso y la apropiación de la sociedad civil. Por eso invitó a la ciudadanía a “mantenerse vigilante” de las decisiones que se tomen alrededor de la puesta en marcha del proyecto.  

Flores fue posesionada como Gerente General de la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito (EPMMQ) en enero de 2021.