El Ministerio del Trabajo ofreció disculpas públicas a las 123 personas a las que la empresa japonesa Furukawa Plantaciones C.A. vulneró sus derechos. Las disculpas se dan tras la decisión de un juez que consideró que en la empresa japonesa había personas en situación de esclavitud.  La sentencia de Acción de Protección publicada el 19 de abril de 2021 establece además responsabilidades del Estado ecuatoriano por no haber actuado para prevenir los abusos. Parte de la reparación dictada en la sentencia, incluye las disculpas públicas que deben ofrecer, además del Ministerio de Trabajo, los ministerios de Inclusión Económica y Social y Salud Pública por no haber actuado oportunamente para frenar las violaciones.

En un comunicado de prensa publicado el cuatro de mayo pasado, el ministerio de Trabajo estableció que la empresa vulneró once derechos de los trabajadores, entre los que se encuentran el derecho a la igualdad y no discriminación; el derecho a una vida digna; derecho al trabajo, a la seguridad social, a la salud; a la educación; al agua contenido; a la alimentación adecuada; a la identidad previsto; la prohibición de trabajo infantil. El ministerio también consideró que se incumplió con la prohibición de esclavitud y la servidumbre en todas sus formas, como consta en el artículo 1 del acuerdo de la Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, la Trata de Esclavos y las Instituciones y Prácticas Análogas de la Esclavitud. Además de las disculpas, el ministerio le retiró una condecoración al mérito laboral, entregada por el ministerio a la empresa en 2005, durante el gobierno de Alfredo Palacio.  

El fallo del juez Carlos David Vera, ocurrido el 19 de abril de 2021, marcó un hito por ser la primera vez que una empresa es condenada por trabajo esclavo en Ecuador. Vera condenó a la empresa japonesa por trabajo en condiciones de esclavitud. Esto ocurrió después de que en enero de 2021 se pudiera constatar que en los campos agrícolas de Furukawa —una empresa japonesa ubicada en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchils  y dedicada a producir fibra de abacá, también conocida como cáñamo de manila— se llevaba a cabo una forma de esclavitud moderna conocida legalmente como «servidumbre de la gleba». Esta expresión describe la condición de la persona que está obligada por la ley, por la costumbre o por un acuerdo a vivir y a trabajar sobre una tierra que pertenece a otra persona.

La sentencia estableció que la empresa abacalera debe indemnizar a 123 de sus exempleados, que demandaron a la compañía por las terribles condiciones infrahumanas en las que trabajaban. Este caso fue conocido públicamente tras un reportaje periodístico

En el documento se señala que la responsabilidad principal por la vulneración de los derechos de las víctimas “está atribuida a Furukawa por todas las acciones que esta ha cometido”; sin embargo, el juez también señaló como responsable de todas las vulneraciones descritas al Ministerio de Trabajo. «Si el Ministerio de Trabajo hubiese cumplido con su obligación de concurrir hasta el lugar donde vivían los trabajadores, todas estas vulneraciones que cometió Furukawa se habrían evitado», resalta el documento.

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El juez Vera estableció, en la sentencia, una reparación en la  que Furukawa  debe pagar a cada uno de los demandantes —la suma deberá ser determinada por un perito acreditado por el Consejo Nacional de la Judicatura —. Además, la empresa abacalera deberá entregar a cada campesino afectado cinco hectáreas de tierra o su equivalente en dinero. La compañía también debe pedir disculpas públicas a sus  exempleados, a través de una publicación en los diarios de mayor circulación del país.

Aunque la sentencia aún no está en firme, pues el Ministerio de Trabajo presentó una apelación que debe resolverse, el ministro Andrés Isch le dijo a la BBC que la decisión de apelar se hizo porque “hay una norma que obliga a las instituciones públicas a impugnar las decisiones que son en su contra». En ese medio, Ish dijo también que no esperarán a la sentencia de segunda instancia, si no que ejecutarán lo decidido por el juez Vera. Las disculpas ya se publicaron el 4 de mayo pasado, en el sitio web del Ministerio de Trabajo.

La empresa Furukawa tiene sus plantaciones en la provincia costera de Santo Domingo de los Tsáchilas. En 1967, la empresa comenzó a producir abacá. La fibra de abacá es muy resistente y también se usa en la industria automotriz, como sustituta de la fibra de vidrio, un material ampliamente usado en la producción de automóviles. 

Muchos de los trabajadores nacieron y crecieron en las plantaciones. Según un reportaje conjunto de La Barra Espaciadora y de la revista Plan V, algunos trabajadores han perdido piernas, antebrazos o dedos por la manipulación de la fibra, machetes y cuchillos sin la protección adecuada como guantes, ropa, mascarillas. En el reportaje, el gerente de ese entonces de la empresa, dijo que los trabajadores sí recibían y reciben equipos de protección.