Hay días en los que suelo ser torpe en la cocina. Una vez, haciendo lasagna, derretí un pedazo de persiana con el horno caliente; hoy derramé la mitad de la mezcla de tarta en el piso. Han sido incontables las veces en las que he roto platos, partido mal huevos. En fin, un desastre-casi-total.
Son ocasiones como esas cuando quisiera tener una cocina como la de los Supersónicos, ¿se acuerdan? Totalmente automatizada, un amigable robot que me ayude en los días complicados y me eche una mano. También quisiera una máquina que con solo aplastar un botón hornee pizza al instante. Bueno, eso ya casi existe.
Hace 20 años, imaginar comida automatizada solo sucedía en dibujitos y películas de ciencia ficción, pero ahora usamos frecuentemente apps que con un click entregan a casa nuestra comida favorita. Y en 2030, varios expertos coinciden que empezará una nueva era: la de los robots.
Nos falta menos de una década para cocinar como los Supersónicos y hasta más.
Pero la comida del futuro ya existe hoy. Hace cinco años, la compañía sueca de mobiliario IKEA en colaboración con IDEO —un centro de innovación a través del diseño— presentó el prototipo Concept Kitchen 2025, una mesa inteligente que da vida a los alimentos mediante proyecciones desde una cámara de video superior. Utilizando inteligencia artificial, la mesa te guía en la preparación de recetas, sugiere platillos basados en las sobras de tu refri y hasta cocina sola si no quieres levantarte del sofá mientras terminas tu película.
En 2018, el restaurante Spyce abrió sus puertas sorprendiendo al mundo con sus chefs robots y su sistema totalmente automatizado que ofrece un menú de bowls preparados en tres minutos sin descuidar la calidad ni el sabor. La tienda de comestibles del futuro ya fue creada: se llama Wheelys Moby Mart. Es móvil, autónoma y operada por inteligencia artificial. Su prototipo rueda por Shanghai, China.
¿La cocina robótica es invasión o comfort? ¿Les gusta o les asusta? ¡Me encantaría saber su opinión! Entre paréntesis, Mi Hamaca en Marte, otro newsletter de la familia, trató el futuro de la alimentación desde una óptica distinta. Sería genial que se también lo lean.
La receta de hoy no es tan futurista, aunque es bastante supersónica: una deliciosa tarta de limón en sólo 45 minutos. Ni tú lo logras, cocina de IKEA.
¡Buen provecho!
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Tarta de limón con jengibre
Ingredientes:
Para la masa:
1 ½ tazas de harina
⅔ taza de azúcar impalpable
¾ tazas de mantequilla sin sal, derretida
½ cucharadita de sal
Para el relleno:
1 taza de jugo de limón fresco
1 ¼ taza de azúcar granulada
4 yemas de huevo
1 huevo entero
¼ taza de harina
1 cucharada de jengibre recién rallado
½ cucharadita de cúrcuma molida
¼ cucharadita de sal
½ limón, en rodajas finas, sin semillas (opcional)
8 PORCIONES / 45 MINUTOS
Precalienta el horno a 175 °C.
Mezcla la harina, el azúcar y la sal en un tazón mediano. Echa la mantequilla derretida y, usando una espátula, mezcla hasta que esté bien combinada.
Engrasa un molde para tartas redondo y presiona la masa uniformemente en el fondo y hacia los lados hasta que lo cubra totalmente.
Hornea la masa hasta que tenga un color dorado, aproximadamente de 15 a 20 minutos.
En un tazón, mezcla el jugo de limón, el azúcar, las yemas , el huevo entero, la harina, el jengibre, la cúrcuma y la sal. Bate la mezcla y luego pásala por un colador. Agrega las rodajas de limón y revuélvelas en la mezcla.
Vierte el relleno en la masa y hornéala por 15 minutos más o hasta que los bordes del relleno de limón estén firmes, no se muevan y estén dorados.
Deja enfriar por completo antes de cortar.