El año termina como un recordatorio de que nada es para siempre, que lo único permanente es el cambio. La política ecuatoriana fue, quizá, el escenario donde el quiebre fue más profundo y evidente. Después de diez años de gobierno, Rafael Correa abandonó el poder. Ese fue el primer gran cambio. Pero su sucesor, Lenín Moreno, ha impuesto un estilo totalmente opuesto al de Correa, quien lo ha acusado de traidor, mentiroso e impostor. Quienes alguna vez fueron la dupla política más efectiva del país llegan al final de 2017 como enemigos acérrimos. La corrupción destapada en América Latina por las delaciones del caso Odebrecht, la constructora brasileña que sobornó a políticos de doce países y repartió casi cuatro mil millones de dólares en coimas, cambió el paisaje político regional.

Hubo, también, otros cambios en el país y el mundo. La polarización del discurso ahoga al planeta, desde la península de Corea hasta las riberas del Támesis londinense, desde Buenos Aires hasta Washington DC. Cada vez más escuchamos la palabra posverdad y su equivalente en inglés, fake news. El estado de los derechos de las minorías sufrió por los embates de una conservadurismo demagógico resurgente, que ha sabido canalizar el descontento de las mayorías con la economía y la reducción del estado de bienestar —una posición que los liberales no han sabido descifrar (y por la cual parecen estar destinados a algunos años de reveses electorales).

El racismo, la homofobia, el sexismo y la xenofobia han sido poderosos móviles electorales en 2017. Pero han encontrado fuerte resistencia en personas y agrupaciones que, desde hace años, los combaten. El constante recordatorio de los números de violencia contra la mujer, los escalofriantes números de delitos sexuales contra niños han sido parte de este año. La fuga masiva de venezolanos de la crisis causada por el gobierno de Maduro despertó el odio pero también la compasión y la generosidad. La emergencia del movimiento #MeToo que ha denunciado los abusos sexuales de la industria del cine y la televisión terminó con el silencio y la impunidad, y vio caer a poderosos.

Todos estos temas —y muchos más— fueron nuestra reportería del 2017. GK es un medio que publica poco, porque privilegia la profundidad. Los contenidos más leídos de nuestro ejercicio reflejan los intereses dominantes de nuestros lectores: la coyuntura política, la violencia contra la mujer, los derechos de las mujeres, las minorías sexuales y los niños.

En la vorágine informativa en que vivimos, en la incesante exigencia de contenidos breves, inmediatos, superficiales, que nuestros lectores se tomen cinco o seis minutos de su día para leernos es un privilegio.

Estos son los 24 contenidos más vistos en el año que termina. Son los que más visitas han tenido y, también, los que proporcionalmente mayor permanencia tienen.

Renuncia de Eduardo Mangas

19. Claves para entender la renuncia de Eduardo Mangas