Patricio Alarcón, candidato a la alcaldía de Quito, habla sobre cómo respondería a la protesta social en caso de que esta se diera si él fuese alcalde de Quito. “Bloquearé ciertos sitios estratégicos donde se encuentran delincuentes”, dijo.
Aseguró también que hablaría con representantes de la Pontificia Universidad Católica de Quito (PUCE) para que no “alberguen delincuentes”. También dijo que hablaría con el gobierno para evitar que los manifestantes “se refugien en la Casa de la Cultura”.
Patricio Alarcón también habló sobre el rol que podrían asumir los agentes metropolitanos para “la delincuencia”. Afirmó que estos agentes se dedican a “pedir coimas” y que tienen que ser denunciados. “Querer poner en orden la ciudad y limpiar las instituciones”, dijo Alarcón.
A pesar de las cifras que indican que solo el 0,2% de las personas migrantes venezolanas que han llegado al país han tenido problemas con la ley y son menos del 4% de las personas presas en Ecuador, según una investigación de GK, Alarcón insistió que “la principal preocupación de los quiteños es que les asaltan los venezolanos”.
“Un migrante que viene a delinquir tiene que ser deportado y un migrante que viene a trabajar tiene que ser aceptado”, dijo e insistió que él tiene que “defender a los quiteños, no a delincuentes”.
Durante la entrevista también habló sobre la relación que tendría con los concejales —que se prevé que no sean mayoría de una sola organización política. Asimismo, dijo que tiene que dedicarse a trabajar, “no a estar pendiente de si un concejal alza o no alza la mano”, en referencia a los posibles acuerdos entre el alcalde y los concejales.
Además, explicó que, en su planteamiento, el trabajo sexual y el comercio informal deberán salir del centro histórico. También dijo que los guaguacentros deberán reactivarse y reveló su visión sobre la movilidad. Habló, además, sobre sus oponentes en las elecciones: Andrés Paéz, Pedro Freile y Luz Elena Coloma y sobre por qué no hubo una alianza en la tendencia que representa.
