Desde las primeras horas de la mañana del 6 de junio de 2022, antes de la reunión entre el presidente Guillermo Lasso y los 221 alcaldes del Ecuador, la tensión era evidente. Principalmente, entre Cynthya Viteri, alcaldesa de Guayaquil, y el gobierno de Guillermo Lasso. 

Los dos regímenes han chocado constantemente en el año que Lasso lleva en Carondelet. Por ejemplo, en enero de 2022, Viteri insistió en clausurar colegios que el Ministerio de Educación había ordenado que regresen a las clases presenciales. 

Cinco meses después, la polémica alcaldesa guayaquileña llegó a la capital del Ecuador con toda la fuerza que pudo. En redes sociales alguien llegó a calificarla de “diva”. Vestida con un terno café grisáceo y un buzo negro cuello de tortuga, un par de gafas negras que contrastaban con su pelo rubio, Viteri no llegó sola.

Vino acompañada de un contingente de camionetas municipales y más de dos docenas de policías metropolitanos que en dejaron las calles de la ciudad más peligrosa del país para hacerle de guardia pretoriana a la alcaldesa que ya busca su reelección. Viteri se cuidó las espaldas: aclaró que era la dotación que trabaja en el turno nocturno.

A 10 minutos del lugar de la reunión oficial con el presidente Lasso —la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, en Parcayacu, vía a la Mitad del Mundo— Viteri dio una rueda de prensa. Ahí habló sobre las acciones que, dijo, ha emprendido su administración para combatir la inseguridad y la delincuencia.

Preguntada sobre lo que podría ocurrir en la cita, Viteri descargó con su ya habitual filo.“Vamos a la reunión , pero estoy segura de que si el presidente no presenta un plan de seguridad específico, si no da recursos, las balas, los vehículos, entonces habrá citado a una especie de escuelita cómica”, dijo Viteri.

La escuelita cómica del maestro Lechuga fue un popular programa cómico  de radio y televisión de la década de 1960 en Ecuador. En ella, un grupo de alumnos asistían a las clases del peculiar profesor Lechuga. 

Cynthia Viteri dijo que la “Constitución señala que la seguridad es asunto exclusivo del gobierno central y que los municipios en materia de seguridad debemos coordinar acciones con la Policía”. La alcaldesa Viteri también dijo que en la Constitución en “ningún momento dice que debemos dar un solo centavo para herramientas para la policía para las acciones que ellos deben realizar”. Sin embargo, alegó, su municipio ha invertido 27 millones de dólares en la lucha contra la delincuencia. Creía, dijo, que esos recursos no han dado resultados.

Viteri también criticó el estado de excepción que impuso el presidente Lasso el pasado 29 de abril en las provincias costeras de Guayas, Esmeraldas y Manta. En las zonas que rige la orden, dijo, muere una persona cada seis horas.

“Pasamos de 187 muertes violentas, el año pasado, a más de 500 muertes violentas en este año. El último reporte señala 599 muertes sólo en la zona 8, es decir, Guayaquil, Samborondón y Durán”, agregó la alcaldesa guayaquileña. 

La postura de la alcaldesa generó respuestas desde el gobierno. El gobernador del Guayas, Pablo Arosemena, publicó en su cuenta de Twitter un comunicado, acompañado de la frase “buen día para estar unidos, mal día para hacer un show más”.

El titular del remitido de Arosemana era La alcaldesa en plena campaña electoral.

El primer párrafo confronta directamente a Viteri. Dice que “trabajar en equipo no consiste en disfrazarse de Top Gun y montar un show llevando decenas de camionetas de la ATM y CSCG malgastando recursos. Eso no es correcto”, dijo Arosemena.

También dijo que si la Alcaldesa “participara en al menos la mesa de seguridad, si pusiera la mitad de esfuerzo en los shows montados en el trabajo coordinado, la seguridad se fortalecería”. Una de las frases más duras del Gobernador del Guayas fue que los “221 alcaldes son importantes en esta reunión, no se trata solo de una alcaldesa”.

“Hay alcaldes que sin entregar una camioneta tienen un mejor manejo de la seguridad”, dijo en alusión a las entregas hechas por Viteri. 

Tras el tira y jala retórico y mediático de la alcaldesa y el gobernador, nada cambió en Guayaquil, que sigue sumida en el terror producto de la violencia delincuencial.