Usar la energía eficientemente es una forma de cuidar el planeta. En 1998, durante una conferencia internacional en Viena, la capital austriaca, decenas de científicos y líderes mundiales se reunieron y concluyeron que usar la energía de manera eficiente era vital para evitar una crisis energética y climática. 

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La energía es considerada un factor indispensable para el desarrollo. Permite que sistemas como el de la iluminación, el aire acondicionado y la calefacción sean posibles. Además gracias a la energía, los electrodomésticos pueden funcionar correctamente y las personas pueden cargar sus dispositivos electrónicos. Sin embargo, puede usarse irracionalmente y hacerlo, dice una guía del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, tiene impactos negativos que podrían agudizar la crisis climática. 

Por eso, la eficiencia energética, o el uso racional de la energía, tiene un rol muy importante en la lucha contra el cambio climático

Al usarla de mejor manera, hay menos demanda de energía, y por ende se alivia la presión sobre los recursos naturales que se usan para la generación energética. Es decir, permitirá que haya también menos presión sobre los ríos y los suelos, así como también reducirá la demanda de combustibles fósiles para el funcionamiento de las infraestructuras de producción de energía. 

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Además, a nivel global, el uso eficiente de energía ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global y el cambio climático. 

Hay varios consejos que se pueden seguir para usar la energía de manera más eficiente. 

La iluminación

Algunos consejos para el uso eficiente de energía en la iluminación de infraestructuras y habitaciones son:

  • Aprovechar la luz natural y evitar el uso innecesario de luz artificial.
  • Apagar las luces que no se están usando. 
  • En los edificios, oficinas u otras infraestructuras más grandes, se pueden instalar sensores de movimiento en áreas comunales. Así, no se desperdicia energía cuando no se necesita.
  • Usar luces LED o bombillas de bajo consumo en lugar de focos incandescentes. Las luces LED usan hasta un 30% menos de energía que los focos incandescentes. Y las bombillas de bajo consumo necesitan solo entre el 20% y 25% de la electricidad que necesitan las incandescentes. Ambos tipos de luces también duran por más tiempo. 

El uso de equipos eléctricos y electrónicos

Algunas de las cosas que más energía consumen son los equipos electrónicos y eléctricos. Algunos consejos para ahorrar energía en este aspecto son:

  • Programar los equipos electrónicos a modo de ahorro de energía. Muchos dispositivos, incluyendo los teléfonos celulares, tienen un modo que permite ahorrar energía y evita que tengan que ser conectados constantemente. 
  • Apagar los computadores, impresoras, escáneres y otros dispositivos electrónicos cuando no se estén usando.
  • Desconectar los equipos que no necesiten estar conectados todo el tiempo. Por ejemplo, cuando no se esté cargando un teléfono, es mejor desconectar el cargador porque incluso aunque no se esté cargando, consume energía.
  • No tener conectadas todo el tiempo a las laptops u otros dispositivos portátiles porque consumen más energía. Es mejor conectarlos solo cuando necesitan ser cargados. 
  • Al usar una lavadora, seleccionar el modo de lavado con agua fría. La mayoría de la energía consumida por las lavadoras se consume para calentar el agua.
  • Intentar no usar una secadora de ropa a menos que sea indispensable. En los días de sol, es mejor el secado al sol.
  • Usar sistemas de aire acondicionado o calefacción solo cuando sean necesarios. Además, si no se están usando, es mejor desconectarlos o apagarlos.
  • Optimizar el uso de electrodomésticos pequeños que no son indispensables como las secadoras de cabello y las afeitadoras eléctricas.
  • Usar electrodomésticos que tengan etiquetas energéticas como la Energy Star. Las etiquetas energéticas se colocan en ciertos productos, sobre todo electrodomésticos, para señalar que están diseñados para ahorrar energía. Algunos electrodomésticos tienen también etiquetas con una especie de semáforo que indica que tan eficiente energéticamente es o no el producto. Los consumidores, dicen los expertos, deberían escoger siempre los productos más eficientes. 

El transporte

El sector del transporte no es solo uno de los que más energía consume sino también uno de los que más contamina. La combustión en los motores de los vehículos genera una gran cantidad de emisiones de dióxido de carbono —uno de los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático— que tienen consecuencias negativas sobre las personas y el medioambiente. Algunos consejos para ahorrar energía en el transporte son:

  • Usar el transporte público con más frecuencia para movilizarse dentro de la ciudad.
  • Usar buses interprovinciales o intercantonales para movilizarse entre distancias más largas.
  • Compartir vehículo con más personas.
  • Usar bicicleta o caminar para dirigirse a distancias cortas. 
  • Conducir eficientemente, intentando ​​circular lo más posible en marchas más largas (como cuarta, quinta y sexta) y a bajas revoluciones. Las marchas más largas consumen menos gasolina, y por ende, gastan menos energía. La conducción eficiente, dice una guía del Ministerio de Ambiente, puede reducir las emisiones de CO2 en un 15%. 
  • Usar eficientemente los sistemas de aire acondicionado de los vehículos. 
  • Hacer los mantenimientos regulares de los vehículos para mantener el motor en buen estado.

Además de estos consejos, los científicos han propuesto también cambiar las fuentes de energía actuales por energías renovables como la solar y eólica porque no emiten gases de efecto invernadero, y por lo tanto causan un menor impacto ambiental en el planeta.

Sin embargo, hasta que esa transición energética se logre, cada persona puede usar la energía eficientemente y contribuir a disminuir el impacto ambiental del consumo de energía.

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Doménica Montaño
(Quito) Ex reportera de GK. Cubre medioambiente y derechos humanos.

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