El más reciente cuestionamiento a la Asamblea Nacional, liderada por la asambleísta, Guadalupe Llori, se centra en la contratación de un servicio de logística para reuniones, actos y ceremonias protocolarias de la institución, por un monto de 100.000 dólares. Los precios por desayunos varían entre 15,50 y 24,75 dólares, por almuerzos alcanzan 45 dólares y por cenas a 50 dólares.
Fue el exlegislador de Orellana, Tomás Zevallos, quien publicó un video en redes sociales, la noche del 17 de septiembre, en el que cuestionó la suscripción de ese contrato, que, según dijo, fue firmado el 10 de septiembre último. “Una empanada de verde a 6 dólares, ¿qué tiene la empanada? Seguramente debe ser así de grande como la corrupción que está atrás tuyo. No, Guadalupe Llori, 40 dólares que te gastes en un almuerzo sirve para que una familia se alimente durante una semana”, cuestionó el exasambleísta. Además, Zevallos exigió que se fiscalizara ese contrato.
El 19 de septiembre, el portal La Historia también publicó una nota periodística en la que reveló que la presidenta Llori habría gastado 846 dólares —433 por cada noche— por una “habitación VIP” en un hotel resort en la ciudad amazónica de Tena, en la provincia de Napo, durante su estadía entre el 12 y 13 de junio de este año. Llori visitó Tena como parte de sus actividades legislativas. El portal indicó que la tarifa más alta del lugar, en feriados, era 249 dólares. El hotel se comunicó con un periodista del portal, posteriormente, para aclarar que Llori no estaba sola, sino que se hospedó junto con otras ocho personas.
Un día después de que esto se hiciera público, este lunes 20 de septiembre, Fernando Villavicencio, presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, publicó una factura del hospedaje que confirmó la información de La Historia. Ahora, Villavicencio exige la renuncia de Llori a la presidencia del poder legislativo.
¿Qué dijo la Asamblea y Guadalupe Llori?
Hoy, el equipo de prensa de la Asamblea Nacional convocó a una rueda de prensa, sin embargo la presidenta de la Asamblea Nacional, Guadalupe Llori, no asistió. En su representación, estuvieron Santiago Salazar, coordinador jurídico de la Asamblea, Paulina Moreno, coordinadora de asuntos internacionales, y Paúl Abad, coordinador de protocolo.
Salazar comenzó diciendo que se trata de una información “descontextualizada” pues, según él, la cifra del contrato, es decir, los 100.000 dólares, es un valor estimado, pues son costos referenciales que pueden variar de acuerdo a los gastos. Luego, el funcionario se refirió al dato de las empanadas, mencionado por el asambleísta Zevallos, y dijo: “No se puede comparar, señores, el hecho de un alimento; de una empanada de 1 dólar, cuando hay una sumatoria de otros ítems que están dentro del rubro como sillas, mantelería, carpas. Si ustedes restan todo este tipo de ítems van a ver que la empanada de la que se habla en las redes sociales cuesta 1 dólar. ¿Dónde está el problema?”.
Por su parte, Moreno indicó que este tipo de contratos están regulados por el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) y que, además, son contratos que “deben hacerse en previsión de actividades debidamente planificadas, aprobadas y autorizadas”. Ella dijo, por otro lado, que los servicios de ese contrato “no son para la alimentación diaria de los asambleístas. Los rubros que se mencionan son para proveer la correcta atención durante reuniones y eventos establecidos en el reglamento de la Asamblea”, aseguró.
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Moreno mencionó que el monto de ese contrato debe cubrir los eventos que se realicen en el transcurso de un año en diferentes provincias. “Pero solo es un estimado, pues solo se pagará con base en la cantidad de personas que se deban atender”, afirmó.
Paúl Abad, coordinador de protocolo de la Asamblea, dijo que, en realidad, “los precios lo determina el mercado” y que el objetivo del contrato es dar servicio “protocolar, montajes de eventos y ceremonias”, fijadas en el reglamento de la institución. El funcionario se refirió a los precios de los alimentos y aclaró que también incluyen montaje, sillas, menaje, servicio y bebidas.