El 10 de septiembre de cada año se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Fue instituido para conciencia sobre este problema de salud pública, que causa más de medio millón de muertes anuales.

Este día fue establecido en 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Parte de su objetivo es concientizar sobre el suicidio y promover acciones a nivel global para prevenirlo.

El suicidio en el mundo 

La IASP dice que cerca de 703 mil personas mueren por suicidio cada año en todo el mundo. Además, por  cada suicidio, es probable que al menos 20 personas más hayan intentado suicidarse. Las personas que tienen conductas suicidas y han intentado quitarse la vida, son las más propensas a volverlo a intentar, según los expertos. 

Información levantada por la OMS muestra que la tasa mundial de suicidios es más del doble en los hombres que en las mujeres. Sin embargo, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), más mujeres intentan suicidarse.

Además, el 58% de todas las personas que han muerto por suicidio tenían menos 50 años. Según la OMS, el suicidio es la segunda causa principal de muerte en los adolescentes y jóvenes entre los 15 y 29 años.

Muchos consideraban a Gold una favorita olímpica, pero no sabían que ella pensaba en el suicidio en esa misma época. Fotografía de Hilary Swift para el New York Times licenciada para GK

La OMS dice que muchos suicidios están vinculados a trastornos de salud mental, como la depresión, la ansiedad, y trastornos por consumo de alcohol o sustancias psicotrópicas. Una persona que sufre de depresión, por ejemplo, es veinte veces más propensa a morir por suicidio que una persona que no tiene ese trastorno, dice un estudio publicado en el International Journal of Law and Psychiatry.

Sin embargo, la OMS dice que las tasas de suicidio son también son altas en grupos poblacionales que sufren discriminación. Por ejemplo: los refugiados, migrantes, indígenas, personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y personas privadas de la libertad.

La OPS dice que otras razones por las que la gente se suicida son las dificultades para acceder a la atención de salud mental y recibir los cuidados necesarios, el fácil acceso a los medios para cometer el suicidio, y la estigmatización de los trastornos de salud mental. Además, dice la organización, hace falta una difusión adecuada de información sobre cómo prevenir los suicidios.

El suicidio en Ecuador y América Latina

Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, en América Latina, al menos 65 mil personas mueren por suicidio cada año. Los países del Caribe donde no se habla español como Haití, Jamaica, Granada, Belice, entre otros, son los que tienen las tasas de suicidio más altas en la región. 

Además, igual que a nivel mundial, los hombres latinoamericanos se suicidan más que las mujeres. La mayoría de suicidios se produce en personas de entre los 25 y 44 años (casi el 37%) y entre los 45 y 59 años (más del 25%). La OPS dice también que los principales métodos usados para suicidarse fueron la asfixia (ahorcamiento), el uso de armas de fuego y el envenenamiento. El suicidio es la tercera causa de muerte en personas entre los 10 y 24 años en América Latina. 

Por otro lado en Ecuador, según el reporte del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) sobre el Registro Estadístico de Defunciones, “las lesiones autoinflingidas intencionalmente”, o sea el suicidio, fueron la segunda causa de muerte en niños y adolescentes entre los 10 y 20 años en 2020. Además, en la población entre los 20 y 30 años que falleció en 2020, el suicidio fue la tercera causa de muerte.

En Quito, el Municipio ha creado un programa para intentar prevenir el suicidio. Fotografía tomada de la cuenta de Twitter de la Secretaría de Salud.

Durante la pandemia del covid-19, el acceso a la atención de salud mental fue muy difícil para los jóvenes ecuatorianos. Los casos de trastornos como la ansiedad y la depresión aumentaron por el confinamiento, las restricciones de movilidad, el cierre de escuelas y universidades, y la pérdida de familiares y amigos por el covid-19. Expertos aseguraban que de no tomarse las medidas adecuadas, el número de suicidios podría aumentar.

Según un estudio hecho en nueve países de América, Asia y Europa durante la época de aislamiento, las personas se volvieron más propensas a sufrir trastornos psicológicos como la ansiedad, estrés postraumático, y depresión. 

Una publicación de la Escuela Politécnica Nacional y la Universidad San Francisco de Quito mostró que durante la cuarentena, los jóvenes entre 18 y 36 años fueron los que más expresaron ansiedad. Otros datos de dos encuestas del  El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef),  mostraron que los sentimientos que más experimentaron los ecuatorianos de entre 13 y 30 años durante la pandemia fueron ansiedad, preocupación y depresión.

En el país, ante la avalancha de pedidos de auxilio en salud mental durante la pandemia del covid-19 y la incapacidad estatal de atender a los pacientes, cientos de estudiantes de psicología tuvieron que atender telefónicamente a quienes buscaban ayuda. La pandemia provocó, además, una escasez de medicamentos para pacientes con problemas de salud mental que hasta agosto de 2022 persistía. 

Esta carencia ha hecho que muchos pacientes sufran brotes psicóticos, o retomen sus pensamientos suicidas y conductas autolesivas. Mauricio Heredia, coordinador del área de hospitalización del Hospital Carlos Andrade Marín del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social le dijo a Liz Briceño en un reportaje publicado en GK que el área de salud mental de este hospital ha atendido por consulta externa a 7.419 pacientes en el primer semestre de 2022. A Heredia le llamaba  la atención el crecimiento de pacientes adolescentes: de 69 menores de 15 años en 2018 a 169 en lo que va de 2022. “Nuestras proyecciones nos muestran que terminaremos atendiendo hasta finales de este año alrededor de 400 y 500 jóvenes”, dijo Heredia para el reportaje.  

¿Cómo prevenir los suicidios?

La Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dicen que el suicidio es un problema de salud pública que sí se puede prevenir. Algunas de las acciones para hacerlo son:

• Identificar factores de riesgo, como signos de que la persona es víctima de bullying, discriminación por su orientación sexual, raza, nacionalidad, etc.
• Tomarse el tiempo para hablar con personas de la comunidad que pueden estar pasando por momentos difíciles. Demostrar que esa persona es importante puede devolverle la esperanza a alguien con pensamientos suicidas.
• Estar atento de las personas que parecen no estar pasándolo bien o tienen tendencias suicidas. (Prestar atención a señales como la desesperanza, la ira incontrolada, el aumento de consumo de drogas y alcohol, o el distanciamiento de amigos y familia).
• Estar. A veces las personas prefieren alejarse cuando no saben cómo ayudar a los demás, pero alejarse no es la solución. Solo el hecho de estar, ya es una forma de ayudar a prevenir el suicidio.
• No tener miedo de preguntarle a alguien si tiene tendencias o pensamientos suicidas. Hacerlo es una excelente forma de ayudar a prevenir suicidios.
• Saber sobre organizaciones o personas en las que buscar ayuda. Tener estos recursos a la mano, puede ayudar a salvar vidas.

El suicidio es un problema de salud pública que puede ser prevenido. Fotografía tomada de Pexels.

Como parte de sus estrategias para  la prevención del suicidio, la OPS creó un curso virtual interactivo llamado Prevención de la autolesión y el suicidio: empoderamiento de los profesionales de atención primaria de salud, que se puede seguir para saber cómo estar más preparados para prevenir este mal de salud pública.