A Víctor Eras le robaron sus herramientas de carpintería el año pasado y tuvo que volver a comprarlas para abastecer su taller, poder cumplir con sus entregas y generar ingresos para su hogar. Eras dice que siempre ha preferido comprar herramientas importadas. “Son más caras, pero tienen mejor calidad que las que se producen en Ecuador”, dice el carpintero de 60 años. Esta vez compró sierras, taladros y lijadoras de una marca china porque son de “relativa buena calidad” y no tan caras como las estadounidenses, que cuestan entre 50 y 100 dólares más. Las nuevas herramientas de Víctor Eras están incluidas en la reforma vigente desde el 1 de agosto de 2021 en la que se redujo los aranceles de  667 insumos, materias primas y bienes de capital que el sector productivo importa. 

El propósito de la reforma es mejorar la competitividad de Ecuador. Es una tarea muy necesaria: ocupa el puesto 90 de entre 141 países del Índice Global de Competitividad (IGC) de 2019, el último que se ha publicado. Está muy por debajo de Chile, Colombia, México o Perú. 

Este parámetro mide qué tanto puede competir la producción ecuatoriana con la de otros países, dice la economista Mónica Rojas, decana y docente de la Escuela de Economía de la Universidad San Francisco de Quito. La calificación depende de la calidad y precio de sus productos. Diana Guerrero, abogada especializada en tributación, dice que una reforma arancelaria como esta tiene un impacto en los precios finales —los que paga el consumidor— porque se están reduciendo los costos de muchos insumos para hacerlos.

Las herramientas y la maquinaria de carpintería son algunos de los productos que ahora se importarán con el arancel del 0% —es decir, no tendrán una tarifa adicional. Esto, dice Carla Muirragui, viceministra de Producción e Industrias, beneficiará a las empresas que trabajen con madera, pero también a negocios como carpinterías medianas, pequeñas o familiares como la de Eras. Sin embargo, todavía es muy pronto para saber cuán útil será la reforma.

El objetivo del gobierno ecuatoriano es favorecer —además de a la carpintería— a otros 80 sectores productivos. Uno de los principales cambios hechos por el Comité de Comercio Exterior (Comex)un organismo del Ministerio de Producción encargado de aprobar las políticas públicas en temas comerciales— es que en 590 productos de los 667 —incluyendo las computadoras, los repuestos vehiculares, las herramientas del sector agrícola, entre otros— pagarán 0% de arancel. En los otros 77 hubo reducciones de hasta el 20%. 

En el sector agrícola, se redujeron las tarifas de las materias primas, repuestos, herramientas y otros productos importados. El ingeniero Hugo Chuquitarco, jefe de ventas de Mundo del Tractor en Ambato, dice que las diferencias de precios entre algunas marcas de repuestos que venden son abismales: en la original puede costar 2 mil dólares y en una marca alterna —en la que se adapta el repuesto para el vehículo— cuesta 800. Con la reducción de las tarifas, se podrían comprar repuestos originales que son de mejor calidad y duran más. 

Las cámaras digitales y de video son otros de los productos sobre los que la modificación de las  tarifas se aplica: del 25 al 5% de arancel. Nicolás Chamorro, productor audiovisual, dice que compró una cámara Canon al mismo precio en Ecuador que en Estados Unidos “de suerte” y un dron a plazos con su tarjeta de crédito. Según Chamorro, además de los precios, otro de los problemas es que aquí no hay variedad de productos como lentes para cámaras. “Si los encuentras, suelen tener el doble del precio que tienen en otros países”, dice. Chamorro espera que con la reducción de los aranceles, los importadores “se atrevan” a diversificar los productos traen.

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La reforma arancelaria fue ordenada en el decreto 68 firmado por el presidente Guillermo Lasso el 9 de junio. Este documento declara la facilitación del comercio internacional como una política pública prioritaria. El decreto estableció una serie de tareas que varias instituciones debían cumplir, por ejemplo dice que el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca debería presentar ante el Comex una propuesta de reforma arancelaria para “mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos” y fortalecer la competitividad del país. 

Con esta reforma se reducirá el cobro de 180,3 millones de dólares en aranceles, según el Ministerio de Producción. Esos ingresos que ya no serían percibidos por el Estado, dice la viceministra Muirragui, ya fue cubierto por el Ministerio de Finanzas, que autorizó la reforma. La reducción de las tarifas, dice un comunicado de la institución, favorecerá a más de 6 mil empresas que generan aproximadamente 560 mil empleos formales.

Hay un campo extenso para hacer mejoras en Ecuador. La abogada Diana Guerrero dice que facilitar el comercio es fundamental para mejorar la competitividad. Según la viceministra Muirragui, la producción de plásticos es un ejemplo. En esa industria, la reforma redujo las tarifas de la materia prima, la maquinaria y sus repuestos. 

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Otros cambios a las tarifas han tenido un impacto en algunos sectores productivos y comerciales. En 2019, después de la victoria del ciclista Richard Carapaz en el Giro de Italia, el entonces presidente Lenín Moreno decretó que se elimine el arancel del 30% que había para las bicicletas de competencia. “Ese cambio se aplicó solo para las grandes importadoras”, dice Christian Méndez, que es dueño de Gfny Ecuador, una tienda para ciclistas. 

Sin embargo, la modificación de Moreno afectó a las empresas más pequeñas de importación —como la de Méndez— porque las obligó a que reduzcan sus ganancias para vender sus bicicletas a los mismos precios que las importadoras más grandes. Actualmente, la gran mayoría de estos bienes se venden al mismo precio que en Estados Unidos, que son de los más baratos que hay en el mercado. La reforma arancelaria de este año —que reduce el de todas las bicicletas del 20 al 10%— permitiría que las empresas que no fueron beneficiadas por la reforma de 2019 mejoren su margen de ganancia y sigan compitiendo con el mercado nacional e internacional. 

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Aunque para algunos sectores la reducción de las tarifas mejoraría su competitividad, en otros podría tener riesgos. Una fuente del sector agropecuario, que pidió no ser identificada, dice que reducir los aranceles para importar productos agrícolas como el maíz —algunos tipos y sus derivados están incluidos en la reforma— podría afectar a los agricultores ecuatorianos porque los avicultores podrían importar uno más barato para alimentar a sus pollos. “Se deben cuidar los productos ecuatorianos que no están listos para competir con el extranjero”, dijo.

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Victor Eras todavía no sabe cómo la reducción arancelaria afectará su próxima compra de instrumentos. Pero espera que con esos cambios pueda adquirir las herramientas estadounidenses porque, dice, su calidad es superior. La reforma comenzó a aplicarse hace 10 días y todavía es temprano para evaluar sus efectos, sean positivos o negativos. “Las reformas arancelarias requieren una evolución y un tiempo de desarrollo”, dice la abogada Diana Guerrero. Según ella, cuando se trata de inversiones, se necesitan al menos 5 años para ver resultados. “Por años, Ecuador ha sido víctima de muchas reformas tributarias a las que ni siquiera las han dejado reaccionar y evolucionar”, dice. Es probable que los resultados de los cambios ni siquiera se vean en el gobierno de Guillermo Lasso, que terminará en 2025. 

Además de poder acceder a herramientas de mejor calidad a menor precio, Víctor Eras espera que con la reforma la variedad de los productos aumente. Dice que en esos casos, incluso escogería pagar un poco más por productos originales que no se encuentran en Ecuador con facilidad. Los efectos de la política dependerán de que se corrijan ciertos problemas del mercado y que se den garantías para su correcto funcionamiento. 

Una de las seguridades necesarias es que la reducción se refleje en lo que paga quien compra el producto final. “Si el precio del arancel no repercute en el consumidor final, la reducción no tiene sentido”, dice Nicolás Chamorro. Esto se daría en caso de que el importador mantenga el mismo precio de las cámaras y la reforma solo ampliaría su margen de ganancia, “a mí como cliente me da exactamente igual”, dice. Hugo Chuquitarco, jefe de ventas de Mundo del Tractor en Ambato, dice que en el caso de los agricultores, aunque los costos de los repuestos bajen, otro sube constantemente: el transporte de la maquinaria —desde el puerto donde llegue hasta el lugar donde se lo va a usar. Este rubro ha aumentado por el alza del precio de los combustibles, consecuencia del incremento del precio del petróleo a nivel mundial. Según Chuquitarco, esos valores serán traspasados a sus clientes y a los consumidores para poder solventarlos.

La reforma arancelaria es el primer paso para que el Ecuador sea más competitivo, pero no debería ser el único. La economista Mónica Rojas dice que este indicador depende de varios factores como abrirse a nuevos mercados, reducir costos y mejores condiciones para el comercio. Otro avance importante, dice, es que los procesos de importación y los nuevos contratos sean eficientes en vez de que generen más gastos. Por eso, dice la abogada Diana Guerrero, es necesario que los trámites de importación sean más eficientes (el gobierno también ha incluido la simplificación de procesos y de requisitos para los importadores). Si se logra reducir los trámites, reformar los aranceles y trabajar por solucionar los otros problemas pendientes, Ecuador podrá avanzar en la mejora de su competitividad.