Estimada Justin y mujeres del país,
Escribo la respuesta a tu carta abierta en medio de una campaña compleja. Ser mujer y hacer política en Ecuador es un reto complicado, sin embargo, lo he asumido con compromiso, responsabilidad y sobre todo con el convencimiento de que las mujeres tenemos que luchar por los espacios de poder.
Quisiera empezar contándoles que aceptar esta candidatura no fue fácil por el momento político que atravesamos y, en principio, desistí de postularme, sin embargo, esa decisión me hacía sentir algo que no soy y eso es cobarde. Soy una mujer que asume los retos y no le teme a los cambios. Te cuento que a los 19 años decidí migrar de manera irregular. En Estados Unidos trabajé cosiendo en fábricas hasta que decidí aprender el idioma y pude acceder a la universidad pública. Mi carrera profesional cosechaba sus frutos cuando decidí sumarme al reto que por primera vez nos convocaba a las y los migrantes al derecho de elegir y ser elegidos. Luego de militar por años mi comunidad me designó para representarla en la Asamblea Nacional por el mismo movimiento al que hoy represento.
Al inicio de tu carta confiesas que supiste de mí cuando presidí la Comisión de Justicia, lo que lamento mucho porque asumí la presidencia de la comisión en el 2019, cuando ya llevaba mi segundo periodo en la Asamblea, es decir, más de seis años sirviendo desde mi curul a la comunidad migrante en Estados Unidos y Canadá, pero entiendo que tu línea periodística es el tema de mujeres y no has indagado en otros espacios como la realidad de la migración, trabajo del cual podría hacer una carta exclusiva, pero voy a centrarme en contestar a cada una de tus reflexiones en el tema de mujeres.
Primero aclarar que no soy parte del gobierno actual. Cierto es que el actual presidente llegó a Carondelet por nuestro movimiento, pero la realidad es que no ha gobernado con nuestra línea política ni ha respondido a nuestro plan de gobierno, cosa que es de conocimiento público.
Sobre la Proforma Presupuestaria 2019 comentarte que fue rechazada por la Asamblea Nacional, decisión con la que estuve totalmente de acuerdo, justamente por la reducción al presupuesto para la prevención a la violencia y la reducción al rubro de educación.
En cuanto al proyecto de Ley para Erradicar la Violencia Contra las Mujeres mi voto, por supuesto, fue a favor. Apoyé y aporté en esa ley que tanta falta nos hacía a las mujeres del país, sin embargo, sin recursos ni política pública, las leyes terminan en letra muerta, por ello entre mis principales propuestas está declarar en emergencia el sistema de derechos de niñas y mujeres para dar atención urgente a la creciente ola de violencia machista que nos destroza como sociedad.
Siendo Presidenta de la Comisión de Justicia lideré y fui ponente del proyecto de reformas al Código Orgánico Integral Penal, invito a ver mi intervención sobre la despenalización del aborto, lamentablemente nos faltaron cinco votos para su aprobación, así que sigue siendo una deuda de la democracia con la mujeres, deuda por la que seguiré luchando desde Carondelet o desde el lugar en el que me encuentre.
Apoyé el Código Orgánico de Salud, marco legal que fue aprobado en el pleno de la Asamblea pero lamentablemente fue vetado por el Ejecutivo, en este enlace pueden leer el comunicado de rechazo al veto presidencial.
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Como escribes en tu carta, renuncié a la Coordinación de la Bancada Alianza PAIS – Aliados, pero eso no implica renunciar a mi movimiento, mi presencia en esta contienda electoral responde justamente a lo contrario, a recuperar este movimiento que nació desde la ciudadanía, que me convocó como migrante a sumarme para cambiar el país.
Como Coordinadora del Bloque AP – Aliados pude aportar en la construcción de marcos legales desde la visión de nuestro movimiento, leyes que sean a favor de las grandes mayorías. Coordinar una bancada tan diversa me permitió gestionar, consensuar, debatir, todo lo que implica el trabajo parlamentario para lograr avances en temas de mujeres pero quedan muchos asuntos pendientes, así es el tema parlamentario y la democracia, no siempre los resultados son los que una quiere.
En estas luchas también fui parte del grupo de compañeras que apoyaron la moción de votar por separado el artículo referente al aborto por violación en el 2013. No fui la proponente pero respaldé la propuesta y expresé mi apoyo y solidaridad a las compañeras que lideraron esta iniciativa y por ello fueron tachadas de traidoras por el expresidente Correa.
Sobre la propuesta de Ley Humanitaria, contarles que entró a la Asamblea como un proyecto económico urgente, lo que implica que si no se aprueba en el parlamento en un tiempo determinado entra en vigencia con la propuesta original enviada por el Ejecutivo, proyecto con una visión empresarial que atentaba de manera brutal al derecho de los trabajadores. Para evitar eso procuramos consensos con otras bancadas, como la línea correísta, sin embargo, no logramos acuerdos, ellos prefirieron su agenda electoral y nos tocó a los demás la penosa decisión del mal menor.
Algo similar ocurrió con Ley de Fomento Productivo. Antes que nada aclarar que no se condonó ninguna deuda tributaria, lo que se condonó fueron los intereses, multas y recargos para inyectar liquides al Estado en momentos de crisis económica y no es la primera vez que surge una ley así. Durante el gobierno de Correa se aprobó una ley similar, con la gran diferencia de que en esta logramos que las pequeñas y medianas empresas sean incluidas, además de poner un candado para que las empresas que se benefician ahora no lo vuelvan hacer en los próximos 10 años y así paguen sus responsabilidades tributarias a tiempo.
Además, gracias a mi iniciativa, esta ley permitió que 300 mil ecuatorianas y ecuatorianos salgan de la central de riegos en cuanto cumplieron con sus deudas pendientes, sin esperar tres años como decía la normativa vigente, lo que permitió el acceso a créditos.
En cuanto al Código de la Democracia, proyecto que lideré, contarte que fue una lucha legislativa con largas jornadas de trabajo y a contracorriente, pero al final lo conseguimos. Gracias a las reformas la participación política de las mujeres para los siguiente comicios darán un giro de 180 grados. Hoy soy la única mujer en la papeleta a la presidencia y no es halagador, es lamentable que los 16 partidos restantes no consideren la capacidad que tenemos las mujeres. Como señalé al principio, mi participación también responde a eso, a decir presente, a dejar un precedente y por supuesto a pelear por esos espacios de poder que históricamente nos han sido negados.
Referente a mi binomio, primero dejar claro que confío en él plenamente. Te cuento que Patricio puso una condición a su participación a la vicepresidencia y esa fue que yo sea la candidata a la presidencia. Esto demuestra coherencia con su pensamiento y gestión en la función pública, en la cual desarrolló, conjuntamente con el equipo del Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación, propuestas y reglamentos relacionados con una participación protagónica de las mujeres en los medios, así como medidas afirmativas para lograr su inclusión efectiva y sin discriminación.
Pero no sólo su clara postura a favor del derecho de las mujeres me hacen confiar en él, también su coherencia, honestidad y su capacidad de trabajo. Mi binomio es uno de los militantes del movimiento más preparado para desempeñar el rol de vicepresidente.
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Justin, rechazo todo comentario machista, como mujer, independientemente de estar o no en política. Por supuesto rechazo y muestro mi posición ante actos misóginos, no me he quedado callada, ni me quedaré callada ante esas posturas sean del Presidente o de cualquier candidato, pero no puedo llamar a una rueda de prensa a decir que rechazo las declaraciones cada vez que se dan. La rechazo firmemente y concentro mi trabajo en avanzar en el arduo camino por la igualdad. Lamentablemente esas declaraciones no responden a un pensamiento aislado, responden a una estructura social, a un machismo impregnado en nuestra sociedad y para cambiar esto debemos trabajar en educación, debemos sumar para modificar patrones culturales, solo así ofreceremos un país justo para las mujeres.
Finalmente tu carta dice que hay algunos hombres que no aceptaron la candidatura y posiblemente me “usan” a mí. Justin, así como rechazo las declaraciones del actual mandatario, rechazo también tu pregunta “¿Estás siendo usada…?” tu pregunta direcciona algo que como mujer rechazo. Las mujeres tomamos decisiones, en mi caso personal nadie las toma por mí, ni permito que “me usen”. Las mujeres como yo, hemos trabajado duro para ganar espacios. He militado en mi movimiento por más de 12 años, empecé cargando banderas y fui electa por los migrantes para representarlos, nunca me sentí “usada” ni en esa ocasión ni hoy. Las mujeres luchamos por espacios, a nosotras nos cuesta tres veces más trabajo que a nuestros compañeros hombres, nunca es fácil para nosotras.
Te invito a creer en las mujeres, a quitar tu prejuicio de que las mujeres somos “usadas”. Te invito a sumar. Invito a todas las mujeres de mi patria a que crean en ellas, a que luchen, a que asuman los retos, a que nunca más alguien piense o insinúe que las están usando, porque las mujeres podemos y decimos presente.
GK publica de forma íntegra y textual la respuesta que envió Xavier Hervas a la carta abierta escrita por Justin Pincay Pazmiño.