El lunes 15 de junio de 2020, la Corte Suprema de Brasil ordenó el arresto de seis militantes de movimientos radicales que apoyan al presidente Jair Bolsonaro. Entre los detenidos está la autoproclamada activista Sara Winter. El verdadero nombre de la mujer de 27 años es Sara Giromini. Sara Winter es un seudónimo que haría referencia a la verdadera Sara Winter, una militante nazi en Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial. Winter, la brasileña, ha dicho según la BBC, que se trata de una “infeliz coincidencia”.

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también fue candidata a diputada por el partido de derecha Demócratas, sin embargo, no consiguió los votos suficientes para obtener el cargo. 

 La orden de detención se da contra los seis individuos por liderar manifestaciones durante los últimos días. A las protestas se las ha calificado de ser antidemocráticas por su carácter extremista de ir en contra de las opiniones y actos decisivos de entidades como, por ejemplo, la Corte Suprema de Brasil. 

 El arresto de Winter fue ordenado por el magistrado Alexandre de Moraes, uno de los miembros del Supremo Tribunal Federal (STF), a petición del vicefiscal general de la República Humberto Medeiros. La detención fue hecha por la Policía Federal de Brasil. Los nombres de los otros cinco militantes arrestados junto a Winter no fueron divulgados. 

El grupo, que se hace llamar 300 de Brasil, había difundido mensajes que pueden ser considerados como antidemocráticos. Además, el sábado 13, los militantes intentaron invadir el Congreso mientras se manifestaban lanzando bengalas hacia dicha el legislativo brasileño. En los discursos del colectivo se incluían peticiones como el cierre del Congreso y de la Corte Suprema, además defendía una intervención militar.  

Winter y otros miembros del movimiento bolsonarista detenidos son investigados por un delito contra la Ley de Seguridad Nacional. La corriente que los militantes defienden y que ha tomado el nombre del presidente brasileño, se basa en acoger principios de extrema derecha como los discursos nacionalistas y ultraconservadores. Los 300 de Brasil mantuvieron un campamento durante las últimas semanas de mayo y lo que va de junio en lugares como la Plaza de los Tres Poderes, el Congreso y la Corte Suprema en Brasilia y otros sitios estratégicos en otras ciudades del país. 

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Los integrantes de este grupo, se reunieron específicamente en estos lugares porque creen que el presidente Bolsonaro está siendo acorralado por estas instituciones. En algunos de sus campamentos han usado máscaras, antorchas y hasta lanzaron bengalas para intimidar a los miembros, tanto del Congreso como de la Corte Suprema. Dichos actos, como el lanzamiento de bengalas, son considerados como delito porque al atentar contra la Ley de Seguridad Nacional se está yendo en contra del orden público y social.