Esta es la serie de buenas noticias de hoy:
Conciencia en el pelo (y en la cabeza)
Un peinado promueve la conciencia sobre el covid-19 en Nairobi, capital de Kenia, al este de África. Un pequeño salón de belleza —en el que trabajan tres mujeres— ha retomado un tocado que se hacían las niñas antes de que el cabello sintético se pusiera de moda: es un trenzado con apariencia de púas que guarda cierto parecido con la forma del nuevo coronavirus.
Hacérselos cuesta entre 300 a 500 chelines —unos 3,50 dólares—, un precio que una clienta del pequeño gabinete calificó de “asequible” en una época en la que no hay mucho dinero por la crisis.
Trabajar el cabello con hermosos y elaborados peinados es una tradición en Kenia, al igual que en otros países africanos, pero este tiene un mensaje muy oportuno y necesario: recordarle a los kenianos sobre la importancia de usar mascarilla en la calle para evitar el covid-19. “Muchos adultos no toman en serio la emergencia, pero los niños prefieren usar mascarillas y lavarse las manos”, dice Sharon Refa una de las trenzadoras.
Treinta años sin verte
Después de 30 años los habitantes de la aldea india de Singwahini, al norte de la India, lograron volver a ver la cordillera del Himalaya. La cadena montañosa —que pertenece al sistema homónimo y donde está el monte Everest— se pudo ver también desde Saharanpur, una ciudad cercana. El domingo 10 de mayo de 2020, sus residentes compartieron fotos en redes sociales en las que se la observa perfectamente.
La cordillera del Himalaya está a 190 kilómetros de distancia de Sitamarhi, la ciudad donde está Singwahini. Las medidas de confinamiento para prevenir la propagación del covid-19 ha hecho que la contaminación del aire baje a niveles históricos, lo que ha permitido que la imponente cordillera pueda ser admirada por los pueblos y ciudades aledañas.
En Saharanpur es la segunda vez en el aislamiento social que observan al Himalaya.
Nuestros abuelos
En Bulgaria un grupo de paleoantropólogos que estudian la evolución humana y su registro fósil, encontraron los restos más antiguos de nuestra especie que, según los expertos, tendrían unos 45 mil años— unos cuatro mil años más viejos que los hasta ahora conocidos en Europa.
Son un molar y seis pedazos de huesos muy pequeños que aún se sabe a qué parte del cuerpo corresponden. Serían, según los investigadores, de los primeros homo sapiens que llegaron a Europa. La evidencia científica sugiere que convivimos con otra especie de humanos, los neandertales, que desaparecieron hace unos 40 mil años.
Su extinción aún es una pregunta pendiente para los investigadores, pero se presume que en su desaparición final los homo sapiens podrían haber jugado un rol determinante —contagiándoles enfermedades para los que no tenían anticuerpos o a través de actos de violencia a gran escala.
Redes sociales contra la desinformación
La desinformación es pan de todos los días, horas y minutos de las redes sociales. Twitter, la red de microblogging con más de 340 millones de usuarios diarios, creó etiquetas para alertar sobre la desinformación o la información engañosa sobre el covid-19. Estas etiquetas servirán para entrar a links que tengan información fiable y se aplicarán, también, a las publicaciones hechas antes del anuncio, sin importar quién la posteó.
Facebook y Google también están trabajando para eliminar las fake news sobre el covid-19 en sus plataformas. La información que ha sido retirada hablaba sobre curas falsas para la enfermedad o teorías de conspiración sobre la aparición de la enfermedad.
La divulgación de desinformación sobre el covid-19 podría ser muy riesgosa, pues la administración de tratamientos no aprobados por las autoridades sanitarias podrían desembocar en peores cuadros de los que se buscaba prevenir.
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Esto fue El Respiro, las buenas noticias del 11 de mayo de 2020. Se publica todos los días a las 8:45 de la noche. Es una dosis de buenas noticias para contrarrestar la ansiedad y preocupación que nos causa la emergencia sanitaria generada por el covid-19 en el Ecuador y América Latina.
