El 19 de noviembre de 2019, el presidente Lenín Moreno, junto con el Secretario de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Agustín Albán y la Ministra de Educación Monserrat Creamer, anunciaron que el puntaje de postulación para acceder a una carrera universitaria sería calificado de la siguiente manera: 60% del Ser Bachiller y 40% del récord académico del postulante. Así, dijo el secretario Albán, pretendían que haya mayor acceso a la educación superior de los recién graduados. “Buscamos que todos tengan una forma más equitativa para ingresar a las universidades”. 

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Después de recibir el puntaje del examen, el estudiante escoger cinco opciones de carreras en cualquier universidad. Para postular el estudiante debe tomar en cuenta el puntaje histórico, que es el máximo puntaje referencia sobre el que se asignó los cupos en el periodo anterior. Por  ejemplo, el puntaje histórico para la carrera de medicina en el año anterior fue 940, el estudiante debe tener más o igual puntaje para poder postularse. 

La Senescyt no asigna los cupos, solo se encarga de realizar el proceso. Las universidades, escuelas politécnicas, institutos técnicos o tecnológicos son las que los ofrecen y asignan, de acuerdo a las postulaciones que reciben. 

El político y asiduo aspirante a presidente del Ecuador Guillermo Lasso dijo el 20 de enero de 2020 en sus redes sociales que de ganar la presidencia eliminaría la prueba de admisión Ser Bachiller para que todos accedan a la educación superior. Sin embargo, dicha prueba no es un examen que permita que todos los aspirantes ingresen a la universidad. En Ecuador seis de cada diez bachilleres entran a la universidad. 

Rosa María Torres, pedagoga y experta en Educación, dijo que “Ningún país en el mundo tiene oferta suficiente para dar cabida a toda la población joven o adulta interesada en estudiar en la universidad”. Eliminar la prueba significaría que se inscriban los que lleguen primero, accederían unos pocos, quedarían afuera el mismo número de estudiantes que están quedando afuera ahora, dijo Torres. 

El examen Ser Bachiller sirve para filtrar a los estudiantes, en teoría. La prueba permite determinar si el estudiante está preparado o no para ir a la universidad, dijo Torres. Por ejemplo en Singapur, el 30% de las personas que dan la prueba de admisión entran a la universidad pública. Pablo Jarrín, experto en educación superior y docente de la Universidad Regional Amazónica (Ikiam), dijo que no es una estrategia adecuada que todo el mundo entre a la universidad. “El único camino no es la universidad”, dijo y agregó que debe haber otras alternativas, “como iniciar negocios”. 

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Las pruebas de admisión sirven para evitar un desperdicio de inversión estatal en caso que los estudiantes abandonen los estudios. En Ecuador, seis de cada diez personas que dan el examen acceden a la universidad pública, dijo el director de Ineval.