En la mañana del 10 de octubre de 2019, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) emitió un comunicado en el que confirmaba que “existen compañeros que perdieron la vida” por lo que la organización indígena llamó “la represión desmedida y brutal” de las fuerzas de seguridad estatales. 

 La Defensoría del Pueblo confirmó que hay cinco muertos. Inocencio Tucumbi, dirigente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Cotopaxi, murió por una contusión. De los otros cuatro fallecidos aún no hay información. El organismo llamó al gobierno a “erradicar la violencia y garantizar el derecho a la protesta” y a que detenga “la violencia y represión de manera inmediata”. 

El gobierno nacional no ha respondido a las acusaciones, pero una fuente que pidió no ser identificada dijo que en el hospital Eugenio Espejo de Quito hay cadáveres de manifestantes. Aún no existe una cifra concreta de cuántas personas murieron. Según la fuente, en la morgue del hospital Eugenio Espejo hay tres cuerpos que no han sido identificados. Hay, además, un paciente en estado crítico por el impacto de una bomba en el maxilar

La Conaie dijo que se comunicarán con organizaciones de derechos humanos para que estos “delitos de lesa humanidad no queden en la impunidad”. El movimiento indígena piden que se entregue los cuerpos de al menos tres fallecidos.

En la Casa de la Cultura, Jorge Vargas, presidente de la Conaie, exhortó a los policías a unirse a las protestas. Dijo “unanse al pueblo, carajo, no cumplan esas órdenes de ese señor traidor, mentiroso, ladrón que se han unido entre ladrones, con Jaime Nebot, con Lasso, carajo. Unanse al pueblo señores de la fuerza armada, señor comandante de las fuerzas armadas, quítenle apoyo a ese patojo de mierda, carajo”.