El 13 de junio de 2019, el Ministro del Interior del Reino Unido, Sajid Javid, dijo en un programa de radio de la BBC que firmó la extradición de Julian Assange a los Estados Unidos. “Assange está donde tiene que estar, encarcelado. Hay una petición de extradición de Estados Unidos pendiente de la decisión de los tribunales, pero ayer firmé la orden de extradición y la certifiqué, para que se presente mañana mismo ante la justicia” dijo Javid.

Este es el inicio de lo que será una larga batalla legal. Será una corte la que defina el futuro del fundador de WikiLeaks, de hecho, el tribunal encargado del caso decidió el 14 de junio que se dé paso al proceso en febrero del 2020. La magistrada Emma Arbuthnot, según un portavoz judicial, ordenó una audiencia de cinco días en febrero, probablemente a partir del día 24.

En su última audiencia, 15 días atrás, Assange estaba demasiado débil para asistir dijeron sus abogados, según la BBC. Por ello, su comparecencia se hizo vía remota, desde  la prisión de Bemarsh, en Londres, donde está detenido.

El creador de WikiLeaks podría enfrentar hasta 10 años en prisión por cada uno de los cargos de violación a la Ley de Espionaje estadounidense. Además, podría enfrentar un cargo por conspiración para cometer intrusiones informáticas en los Estados Unidos, por trabajar con Chelsea Manning para entrar a una computadora del Departamento de Defensa.

La abogada de Julian Assange, Jennifer Robinson, aseguró a ABC News, que la certificación de la orden de extradición era una parte normal del proceso y así comienza el reto contra la misma. Además, luego de la audiencia aseguró que la extradición tendría un profundo impacto en el periodismo y las editoriales en todo el mundo.