El 28 de mayo de 2019, la gente que vive en Quito sintió 6 temblores. El primero fue a las 13h28, y el último a las 22h00. El de mayor intensidad tuvo, 2,8 grados de magnitud, según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, y sucedió a 7 kilómetros de profundidad. Si bien la cercanía y recurrencia de los movimientos causó alarma, el Instituto Geofísico ha dicho que no se puede asociar estos sismos a movimientos anteriores —o que sirvan para predecir uno futuro de mayor intensidad.

Según Silvana Hidalgo, del Instituto Geofísico, los movimientos son parte de un “enjambre sísmico” y suceden a diario, aunque esta vez, al ser de mayor intensidad fueron sentidos por la población.