Marlon Santi, el coordinador nacional del brazo político del movimiento indígena, Pachacutik, recibió a la prensa un mes antes de las elecciones seccionales de 2019: era miércoles 27 de febrero cuando Santi se sentó en una mesa larga frente a un puñado de periodistas.

— Como movimiento no tenemos ningún vínculo con la lista 6 o con los socialcristianos o con Nebot.

El mensaje de Santi era un intento de distanciarse de Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral, luego de que  algunos columnistas de opinión criticaron un supuesto favoritismo de Atamaint por el Partido Social Cristiano.

— El movimiento Pachakutik en estas elecciones, y en sus 23 años de constitución como movimiento, no ha hecho alianza con la derecha.

Las declaraciones de Santi parecen sensatas: resulta difícil imaginarse un movimiento indígena de izquierda en alianza con un movimiento como el PSC. Sin embargo, los hechos contradicen al dirigente de Pachakutik.

O Santi no lo sabía o no quería admitirlo públicamente, pero en las seccionales de 2019 la alianza se dio. Incluía, además, al Movimiento Ecuatoriano Unido en la ciudad amazónica de Orellana, en donde presentó la candidatura de Guadalupe Llori, segunda en la competencia por la alcaldía.

§

No es la única alianza que juntó parejas disparejas.

Uno de los intentos más recordados —y más recientes— se dio en 2013. Guillermo Lasso pretendió participar en las elecciones presidenciales con Auki Tituaña como binomio del movimiento CREO. A pesar de que se hizo el anuncio, Tituaña se retiró un par de semanas después precisamente porque existía un impedimento: estaba afiliado a Pachakutik y necesitaba por ley, al menos tres meses de desafiliación.

La alianza fracasó. Pero los intentos continuaron. En las seccionales de 2019, en Santo Domingo de los Tsáchilas, Natividad Suárez y Verónica Zurita, fueron candidatas a alcalde por la alianza Acuerdo Ciudadano, de la que formaban parte Centro Democrático,  organización liderada por Jimmy Jairala y que dice ubicarse en el centro, Pachakutik, de izquierda, CREO, liderado por el exbanquero Guillermo Lasso, cercano al Opus Dei, y Concertación, liderada por César Montúfar.

La imagen de esos líderes llegando a acuerdos resulta esquiva. Aún más cuando las disputas entre algunos han sido públicas. En 2017, en una radio guayaquileña dos personas del sector rural en Guayas se quejaron de la falta de caminos vecinales. Lasso, presente en la radio para una entrevista, sugirió que iniciaran una revocatoria del mandato del entonces Prefecto del Guayas —Jairala. Éste le respondió con una carta pública en la que decía que personas como él “no nacen para ganar una elección”, y aseguraba que Lasso perdería las elecciones contra el entonces candidato Lenín Moreno, repitiendo los argumentos correístas que ponían en duda la calidad de Lasso para gobernar por haber sido banquero.

No es la única alianza disonante por las posturas ideológicas que, en teoría, representa un movimiento como CREO.

En Sucumbíos, se planteó la Alianza Democrática Cambio y Progreso para Sucumbíos, en la que se juntaron CREO, Centro Democrático, Unidad Popular (ex Movimiento Popular Democrático, MPD), Fuerza Ecuador, liderado por Abdalá Bucaram (y que acoge a varios exmilitantes del Partido Roldosista Ecuatoriano, el PRE), y Concertación.

Las discrepancias entre algunos dirigentes de estos partidos también han sido públicas. Bucaram tuvo desencuentros públicos con Jorge Escala, dirigente del MPD, cuando ambos eran asambleístas. En 2009 lo acusó de haber sido utilizado por Jaime Nebot, líder del PSC, en contra de su padre, derrocado de la Presidencia de la República en febrero de 1997, apenas seis meses después de haber sido posesionado. “Es cuestión de estudiar la historia el MPD, nunca ha sido un partido de izquierda, ha sido siempre el brazo izquierdo a la derecha”, dijo Bucaram. “Cuando (Abdalá) Bucaram (Ortiz) le ganó las elecciones a la derecha, el señor Jaime Nebot utilizó al movimiento, al movimiento de pillos y delincuentes, MPD, para dar un golpe de §

Era enero de 2016, Lenín Moreno vivía en Ginebra, hacía tres años. Había sido nombrado Enviado Especial de la Organización de Naciones Unidas para personas con discapacidades y el gobierno de Rafael Correa costeaba su acomodada vida. Ambos habían liderado el gobierno entre 2007 y 2013. Ese año Moreno terminó su último período como vicepresidente y se marchó a Suiza.  En enero, el diario creado por el gobierno correísta, El Ciudadano, le hacía una entrevista, reproducida en la página web de la Presidencia de la República. “Rafael Correa es uno de los mejores hombres que ha tenido la Patria”, decía.

Ninguno imaginaba que cuatro años después, tendría que tragarse sus palabras: Correa dejó el poder, Moreno lo reemplazó, se pelearon públicamente y Alianza País, el movimiento creado por Correa en 2006, se quebró. Moreno se quedó con el nombre, Correa con buena parte de sus militantes. Alianza País, durante una década relacionado a la imagen de Correa, participó en las elecciones seccionales de 2019 como rival de Fuerza Compromiso Social, el movimiento que el correísmo tuvo que pedir prestada para poder participar en las seccionales de 2019, y que fue creada por el exministro de Moreno, Iván Espinel, hoy enfrentado a la justicia. La diferencia en 2019 fue que el correísmo no participó en alianza con otras organizaciones políticas.

Pachakutik, uno de los más duros opositores durante la década del gobierno correísta, se alió con Alianza País —organización ahora liderada por Moreno. La alianza fue en Chimborazo en los cantones de Riobamba y Penipe (Democracia Sí, liderada por Gustavo Larrea, fue el tercer miembro de la alianza). Pachakutik y Alianza País también se aliaron con Unidad Popular y el Partido Socialista, en la llamada Alianza Juntos por el Cambio, y presentaron a Hilda Herrera como candidata a alcaldesa en Ibarra (Imbabura).

Durante el gobierno de Rafael Correa, Unidad Popular, ex MPD, fue uno de sus más fuertes críticos y varios de sus dirigentes enfrentaron procesos judiciales. Mery Zamora, una de sus representantes más visibles, fue sentenciada a prisión en junio de 2013, acusada de sabotaje y terrorismo por salir a protestar a las calles durante la revuelta policial del 30 de septiembre de 2010.

Seis años después y  ya sin el liderazgo de Correa, Alianza País parece ser otro. Alianzas que parecían improbables se concretaron en estas elecciones seccionales.

En febrero de 2014, Augusto Barrera era alcalde de Quito y Correa lo respaldaba para un segundo período. Mauricio Rodas aparecía como su rival —con una modesta participación política previa, como candidato a la Presidencia de la República un año antes. SUMA era el movimiento que creó para participar en las elecciones. SUMA y AP fueron rivales entonces.

Correa decía pocos días antes de esas elecciones que Rodas era un “improvisado”. Rodas ganó y esas elecciones representaron el primer golpe electoral para la maquinaria correísta.

Años después, en AP ya no domina Correa y quizás eso posibilitó que se crearan alianzas entre dos organizaciones que, ideológicamente, se ubican en canchas opuestas pero que en 2019 participaron en alianza en cinco cantones de Zamora Chinchipe.

§

Meses antes a las elecciones seccionales de 2019, César Montúfar escribió una carta pública a Guillermo Lasso. En ella lo acusa de faltar a su palabra y de romper un acuerdo entre Concertación y CREO que consistían, según Montúfar, en que él fuera el candidato de esa alianza para la alcaldía de Quito. Ocurrió horas antes de que Lasso anunciara que el candidato sería Juan Carlos Holguín. La alianza no llegó a concretarse a pesar de que son dos organizaciones políticas con una ideología más parecida que muchas con las que CREO finalmente se alió.

En las elecciones de 2019, fue evidente que las alianzas —sobre todo entre partidos y movimientos nacionales con organizaciones locales— fueron decisivas para alcanzar triunfos como el del Partido Social Cristiano.

A excepción de Pachakutik y Avanza, todos los partidos y movimientos cosechan la gran mayoría de sus victorias donde compiten en alianza con otros.

alianzas electorales2019

¿Pero quién se alió con quién? Los mayores aliados de Alianza País —cuya cabeza ya no es Correa sino Moreno, fueron Democracia Sí y Centro Democrático. El mayor aliado de FE, cuya cabeza es Dalo Bucaram, fue CREO.

Alianzas entre partidos en elecciones ecuador 2019

En la gráfica anterior, se presenta un resumen detallado sobre las alianzas conformadas entre actores nacionales —se omiten aquí los movimientos locales. Las celdas grises que conforman la diagonal indican el número de cantones donde cada partido compitió solo (Pachakutik, por ejemplo, compitió solo, es decir, no en alianza con nadie, en un total de 62 cantones).

El resto de las celdas muestra el número de cantones en donde la combinación correspondiente de dos partidos o movimientos participaron en alianza (Alianza País y el Movimiento Ecuatoriano Unido fueron parte de una alianza que presentó candidato a alcalde en 11 cantones). Finalmente, los colores acentúan y hacen visibles las alianzas más frecuentes. Democracia Sí, por ejemplo, participó en alianza con el Partido Socialista en 30 cantones.

Las estrategias electorales de los diferentes partidos y movimientos nacionales también se pueden entender con el gráfico.

El PSC y CREO son dos representantes de la derecha del espectro político, y es notable que los aliados del PSC fueron precisamente aquellos que no se aliaron con CREO, y viceversa.

Además, CREO aparece aliado con más organizaciones nacionales que el PSC, lo cual indica que el PSC participó mucho más frecuentemente en alianzas con movimientos locales (que, por tanto, no aparecen en el gráfico).

Ambos gráficos permiten concluir que las victorias del PSC se debieron fundamentalmente a las alianzas. Además, indican que esas alianzas fueron fundamentalmente pactadas con actores locales.

Democracia Sí, en cambio, adoptó la estrategia opuesta al PSC. Prácticamente todas sus alianzas incluyeron a otros actores nacionales. En términos generales, Democracia Sí, Alianza País, Podemos, el Partido Socialista, Unidad Popular y Centro Democrático fueron los que más alianzas pactaron con otros movimientos o partidos nacionales. Por otro lado, el PSC, Pachakutik, SUMA, Avanza y la Izquierda Democrática, participaron en menos alianzas junto a otros movimientos y partidos nacionales.

Aunque los discursos de los dirigentes a veces dicen lo contrario, a la hora de las elecciones los movimientos y partidos son pragmáticos —quizá demasiado pragmáticos.

¿Qué tanto futuro puede tener una alianza entre CREO y FE? ¿O entre el PSC y Pachakutik?

El horizonte presidencial al que están mirando ya varios de los actores políticos para 2021 estará marcado, precisamente, por el tipo de acuerdos que los aspirantes sean capaces de hacer.

Si se están concentrando únicamente en el pragmatismo electoral —llegar sin importar con quién— los resultados son predecibles: muchos líderes disputándose un espacio de poder, alianzas quebrándose antes de lograr acuerdos, confrontación y reproches mutuos. Una historia que los ecuatorianos ya conocemos bastante bien.

El trabajo de identificar los partidos y movimientos nacionales que integran cada una de las alianzas en las elecciones seccionales de 2019 fue realizado en colaboración con Domenique Alejandro, Sebastián Arrieta y Washington Quinchuela de la Universidad San Francisco de Quito.