Cuando hablamos del triunfo del Partido Social Cristiano, en realidad estamos hablando de las perspectivas electorales de su líder, Jaime Nebot, para las elecciones presidenciales del 2021. El aún alcalde de Guayaquil no ha formalizado su candidatura, pero ha dicho que aceptará ser candidato cuando se haya convencido de que será un “mejor presidente que alcalde”. Lo que quizás Nebot está midiendo es qué tanto futuro tiene una candidatura suya fuera de la provincia de Guayas. Por eso, hay que poner especial atención a los detalles que hicieron posibles las victorias del PSC el 24 de marzo de 2019.
El discurso del triunfo del PSC se sostiene sobre dos ideas: que el PSC es el partido que recibió más votos, y que el PSC es el partido que ganó más elecciones locales. El líder de la bancada del PSC en la Asamblea, Henry Cucalón, capturó estas dos ideas y las expresó en una entrevista, donde afirmó que los social cristianos y sus aliados ganaron ocho prefecturas y cincuenta alcaldías en todas las regiones del Ecuador. Además, dijo: “Si usted suma todas las votaciones obtenidas, inclusive por los candidatos ganadores y perdedores, hay la mayor, es decir, la más alta, votación a favor de 6 y aliados”. Luego, concluyó ambiciosamente: “en consecuencia, en estas elecciones seccionales, es la primera fuerza política, la 6 y aliados.”
A primera vista, el PSC, con sus aliados, es efectivamente la representación electoral de mejor desempeño en estas elecciones. Pero, no se puede comparar el desempeño del PSC con el de otros partidos. La primera razón es que el 24 de marzo de 2019, 8,4 millones de ecuatorianos emitieron un voto válido —es decir, votaron por alguien; no nulo ni blanco. El 92% de esos votantes —7.7 millones de personas— tuvo como opción en su papeleta, a un candidato del Partido Social Cristiano. Eso significa que el PSC, en alianza o solo, presentó candidatos casi en todo el país. La única fuerza electoral que apareció en las papeletas de más electores fue CREO, que (solo o en alianza) apareció en la papeleta de 7.9 millones de electores. Todos los demás actores —siempre, solos o en alianza— fueron simplemente menos visibles: Democracia Sí le apareció al 83% de electores, Centro Democrático al 75%, Podemos al 70%, la Izquierda Democrática y el Partido Socialista al 68%, Alianza País al 66%.
Al ser los socialcristianos los candidatos que más votos disputaron, efectivamente fueron, como dice Cucalón, los que más votos recaudaron entre los candidatos que ganaron y los que no. En total, los candidatos del PSC recibieron 1,8 millones de votos (el 21% del total de votos válidos), ocupando, otra vez, el primer lugar, seguidos por Democracia Sí (1.2 millones, equivalente al 15%), luego por CREO (10%), Centro Democrático (10%). El resto recaudó votos en proporciones menores.
Entonces, considerando el número de cantones donde participaron —y, por lo tanto, el número de electores que potencialmente podían darles el voto, se entiende que la 6 y aliados tuvieron más votos simplemente porque fueron los que más participaron en las elecciones seccionales. Tendrían que haber sido particularmente ineficaces para que, además de participar en un gran número de cantones, no recaudaran un gran número de votos.
Otra de las afirmaciones de Cucalón, es imprecisa: aunque es correcto que la 6 y aliados fue efectivamente la representación que mayor número de alcaldías alcanzó, son 44 y no 50 como dijo Cucalón —aunque aún faltan los resultados de San Vicente y Pichincha en Manabí, y Las Lajas en El Oro, que todavía no habían terminado el conteo de votos al cierre de esta edición.
El total de votos obtenidos, así como el total de alcaldías ganadas es, sobretodo, un reflejo de la amplia participación del PSC sólo o en alianza. ¿Esos resultados en las seccionales anticipan algo con respecto a los resultados nacionales de una eventual candidatura presidencial de Jaime Nebot?
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En 2013, Rafael Correa arrasó en las elecciones presidenciales en todas partes. Sin embargo, en 98 cantones del país (casi la mitad), Correa recibió un porcentaje de votación menor al que recibió en 2009. Cuenca es quizás uno de los mejores ejemplos, pues hasta 2013 era conocida como uno de los bastiones de Alianza País.
Cuenca siempre apoyó a Correa por encima de la media nacional: 34% de votos en 2006, 63% en 2009, y 62% en 2013, pero entre 2009 y 2013 el apoyo disminuyó del 63% al 62%. Aunque un punto porcentual parece poco, no lo es al ver a la provincia de Azuay en su conjunto.
A nivel provincial, entre 2009 y 2013 la disminución se registró en 7 cantones más, aparte de Cuenca, de los 15 que tiene Azuay. En Girón, perdió 8 puntos porcentuales. En Santa Isabel, 16. En Pucará, 13. En Camilo Ponce Enríquez, 3 puntos. En Oña, 13. En San Fernando, 15, y en Nabón, 12. Puesto así, el retroceso en medio de la victoria absoluta fue considerable. En todo el país, el retroceso ocurrió en 98 de los 221 cantones.
Un año más tarde, Alianza País perdió la prefectura del Azuay y ganó la alcaldía sólo en dos de los cantones en los que había perdido presencia: Girón y Pucará. Generalizando un poco, los retrocesos en las elecciones generales de 2013 coincidieron con derrotas o márgenes muy estrechos en las victorias de las elecciones seccionales de 2014.
Ese año Alianza País perdió las elecciones municipales de muchas ciudades incluyendo Quito, Guayaquil, Cuenca, Riobamba, Ibarra, Azogues, Tulcán, Loja y Ambato. En casi todas estas ciudades ocurrió lo que describimos anteriormente: el apoyo a Correa disminuyó entre 2009 y 2013.
Tres años más tarde, Lenin Moreno compitió en las elecciones presidenciales de 2017 como candidato de Alianza País contra Guillermo Lasso, el candidato de CREO, quien ya había competido contra Correa en 2013. El apoyo a Lasso aumentó de casi 23% en 2013 al 28% en 2017. El apoyo a Lasso aumentó, pero no de manera uniforme en todo el territorio. Generalizando un poco, Lasso creció más en donde el voto por AP venía cayendo y en donde los candidatos de AP en las seccionales del 2014 perdieron o ganaron con los márgenes más estrechos.
El mapa anterior muestra el crecimiento del voto por Lasso por cantones, comparando 2013 y 2017. El mapa fue construido comparando los porcentajes de votación obtenidos en el 2013 y 2017. Lo que se representa en el mapa es la simple diferencia aritmética.
Si en años anteriores los resultados seccionales dieron pistas de lo que podría pasar en las elecciones nacionales, este año hay que ver con atención en dónde y en qué condiciones se desempeñaron los candidatos del PSC. Específicamente, es necesario analizar los márgenes con los que los candidatos del PSC ganan o pierden, y el tipo de alianzas que facilitaron sus candidaturas. Lo primero queda para otro espacio. Lo segundo amerita los siguientes apuntes.
El PSC compitió en casi todo el país, pero la mayoría de las victorias se concentra en la costa. El PSC, por sí sólo, no es una maquinaria de gran rendimiento electoral: sin aliados apenas alcanzó el 11% de los votos, empatando así con CREO cuando competía solo, y superando a Democracia Sí y Alianza País, que sin sus alianzas, ambos alcanzaron un 8%. En los resultados de la 6 y aliados a la que se refería Cucalón, hay que precisar que los aliados son de lo más importante.
Para salir de la órbita de Guayas y aventurarse al resto del territorio nacional, la 6 depende fuertemente de sus alianzas. Algunas de esas son alianzas naturales con movimientos políticos y partidos de la tendencia, pero muchas otras son alianzas con el centro y la centroizquierda. Estos mapas muestran la participación del PSC en alianza con partidos o movimientos nacionales.
Para competir, el PSC se alió con la derecha en 15 cantones y con la centroizquierda en 18 cantones. Restando las alianzas con más de una tendencia, 14 de esas 15 alianzas son estrictamente con la derecha, y 17 de las 18 son estrictamente con la centroizquierda. El PSC compitió sin alianzas en 69 de los 173 cantones donde se presenta.
¿Deben, entonces, los resultados de las seccionales entenderse como un indicador de que Nebot tiene posibilidades en el 2021? Los datos muestran que no. El PSC gana más votos y cantones sencillamente porque es uno de los partidos que más participa en contiendas locales. Además, los resultados reconfirman que el PSC tiene su bastión en la órbita de Guayas, y que para aventurarse al resto del país, los social cristianos dependen de alianzas más o menos forzadas, que son también más o menos frágiles.