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El metro de Quito es un gran ejemplo de la actuación de una mano escondida. En campaña, sin estudios previos, el ex alcalde Augusto Barrera ofreció construirlo. Estaría listo en apenas 36 meses y costaría 1500 millones de dólares. Ahora, ya con estudios definitivos y contratos firmados, dicen que va a costar 2000 millones y que demorará medio año más. Todavía está por comprobarse si los beneficios que se han promocionado serán alcanzados. La página oficial del proyecto asegura que mejorará notablemente la calidad de vida de los quiteños: ahorrará tiempo, mejorará  la productividad de la ciudad, la integrará en apenas 34 minutos, mejorará la salud pública y reducirá la contaminación ambiental, entre otros. Lastimosamente tenemos que esperar 42 meses (quizás más) para saber si todo esto será verdad. Anunciar obras sin estudios no es algo nuevo, ni aislado: es una práctica común, perfectamente diseñada y estratégicamente aplicada. Responde a la mano escondida, una teoría desarrollada por el economista alemán Albert Hirschman, para quien lo importante era empezar la obra ya que según él, al final todo saldrá bien debido al ingenio humano. Según Hirschman, la ignorancia es buena para la planificación: si los tomadores de decisión supieran los verdaderos costos y dificultades de los proyectos, muy pocas ideas se ejecutarían. No saberlos permite que se guíen por una mano escondida que termina por lograr que todo suceda. La mano escondida presiona a que anunciemos proyectos a pesar de no conocer todos los detalles que se requieren. Si se mira con atención el proyecto de metro de Quito, se la puede ver.

Es una teoría que se volvió muy popular. Es atractiva para planificadores y funcionarios públicos, así como instituciones como las Naciones Unidas, el Banco Mundial y diferentes agencias internacionales de desarrollo. No es casualidad entonces que los políticos quieran, a cualquier costo avanzar con sus proyectos: ese es su trabajo. La mano escondida los estimula: Hirschman la explicó hace cincuenta años en El comportamiento de los proyectos en desarrollo, cuando dijo que los gobernantes no deben preocuparse sobre costos y dificultades. Al final, los beneficios, según el autor, siempre superarán cualquier problema. Un punto importante del trabajo de Hirschman es el valor que le da a la innovación y a la creatividad humana. Sin duda en un mundo donde las mejores estrategias, modelaciones y análisis costo beneficio continúan equivocándose, resolver creativamente los problemas es una herramienta indispensable para el éxito de los grandes proyectos urbanos. Sin embargo Hirschman no se enfocó en reportar la creatividad humana para resolver el día a día y  se dejó llevar por demostrar su innovadora teoría. Su libro ha sido recientemente editado. Las obras, sin estudios previos, se siguen anunciado en nuestras ciudades. 

Hoy hay dos dos obras importantes con primeras piedras en Quito: los QuitoCables y la solución vial Guayasamín. Los Quito Cables son una propuesta de solución de transporte para conectar ciertos barrios altos de Quito con el sistema de transporte existente. La solución vial Guayasamin es una propuesta de acceso vial a Quito desde los valles orientales de la ciudad.  Los estudios definitivos de estas importantes obras no han sido (al menos hasta el 9/6/2016) puestos a conocimiento público. En un debate radial reciente el Secretario de Movilidad de la ciudad de Quito, Darío Tapia, decía que los estudios de los Quito Cables estarán listos en los próximos días.  Es decir los proyectos empezaron sin estudios definitivos, nuevamente vemos que la ignorancia juega un papel importante. La mano escondida de Hirschman en acción. 

Pero la mano escondida por muy estimulante que se sienta, podría estar equivocada. Un estudio reciente lo analiza. Entre los motivos están que Hirschman utilizo muy pocos casos —apenas once— esparcidos en cuatro continentes y todos financiados por el Banco Mundial, para desarrollar su teoría. Sus observaciones estaban sesgadas: estaba más interesado en comprobar su hipótesis que en recolectar información.  Por ejemplo, aunque los planificadores consideraban algunos de los proyectos un fracaso, Hirschman insistía en reportar las áreas del proyecto que sí funcionaron. Finalmente, se comprueba que los datos son falsos, es decir la mano escondida, no crea automáticamente proyectos exitosos. Es más, los resultados son muy contundentes demostrando  que los beneficios obtenidos en los proyectos no llegan a ser mayores a los sobre costos generados. 

El estudio pone a prueba la teoría de Hirschman con abundancia. Usó más de dos mil casos, y comprobó que son pocos (casi inexistentes) los casos en los que los beneficios obtenidos fueron mayores a los costos generados.  Es un llamado a la sinceridad y a la transparencia. No podemos seguir colocando primeras piedras sin un análisis profundo de lo que se busca solucionar. Es muy difícil predecir con exactitud cuánto costará (económica, social, ambientalmente) efectivamente un proyecto de gran envergadura. Y más difícil aún definir los beneficios que se recibirán. El transporte es la industria de las externalidades por excelencia, es decir cualquier intervención de transporte genera impactos  tanto positivos (movilidad, accesibilidad) como negativos (contaminación, accidentes, exclusión social) , por lo tanto una profunda evaluación es indispensable.  Esto va más allá de ingenierías de detalle, elemento principal con el que se han defendido estas grandes obras en nuestra ciudad. Personalmente me preocupan tres temas:  Las ingenierías de detalle, importantes e indispensables, no analizan los problemas sociales que estos sistemas, con la misma facilidad que los pueden solucionar, también los pueden incrementar y perpetuar.  Adicionalmente llama la atención la ligereza con la que se anuncia los números de beneficiados de manera inflada y sin sustentos reales, y finalmente como en ninguno de estos proyectos nos han presentado cuáles son las externalidades negativas generadas y peor aún la forma y costos de mitigarlas.  Yo también hago un llamado a las autoridades locales así como a los ciudadanos, a no dejarse encandilar por majestuosas obras, en las que no se sabe quiénes mismo serán los beneficiados y peor aún los perjudicados. En un país donde los perjudicados por lo general son siempre los mismos y en un momento de crisis profunda, la creatividad humana debe prevalecer por sobre la ignorancia estratégicamente aplicada, con fines exclusivamente políticos.    

Bajada

¿Dónde y por qué pone las primeras piedras?

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Fotografía de jipe7 bajo licencia CC BY SA 2.0