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Durante el noveno Informe a la Nación de su Mandato, y el que se espera sea el último, el presidente Rafael Correa, para legitimar su discurso e intervención, y justificar la crisis financiera y su nueva estructura presupuestaria que favorece —según él— al ahorro, dijo que“Lo más importante, durante 2015 y 2016 recortamos USD 6.000 millones (el 6% del PIB) en el presupuesto del Estado, haciéndolo de tal manera que afecte lo menos posible a los más pobres y a la actividad económica.  Es de largo el ajuste más fuerte de toda América Latina”. Su afirmación es verdadera.

En gran medida la intención de los gobiernos latinoamericanos en épocas de crisis ha pretendido reducir el presupuesto del Estado y disminuir el gasto público, a ello se han adherido países de gran envergadura económica como Brasil. En el caso del gigante del BRIC, el presupuesto se redujo en 1,9%, aproximadamente 14.000 millones de dólares, recayendo por primera vez en los últimos diez años en un déficit, que lo obliga a reducir el gasto público y aumentar la carga impositiva. A pesar del mantenimiento de un índice nacional de precios la inflación rodea el 6,47%

El gobierno mexicano continúa la línea de “ahorro” planteada por ecuatorianos y brasileños. En 2016 redujo su presupuesto en 1,15%, cerca de 3.000 millones de dólares, esto para reducir el déficit público un 0,5% para el próximo año, con un recorte del gasto público del 0,7%. Colombia ha sido otro de los países obligado a reducir su presupuesto. Un 3,5 por ciento fueron eliminados del mismo, un equivalente a 2.000 millones de dólares, enfocados a eliminar el gasto público y el exceso de organismos del gobierno que se denominan: empleo público.

 

Bajada

Verificación de datos dados por el presidente Rafael Correa en su informe a la nación del 24 de mayo de 2016

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