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I.  1959

— Estás hasta el cuello con heroína, Judy…

—¡Ándate a la mierda!

—¡Perra! Si me tratas así tendré que arrestarte, con todos los beneficios para mis guardias. Lo sabemos todo. Te hemos estado siguiendo y sabemos que te gustan las jeringuillas. Pero te voy a dar una oportunidad, por una razón: no eres negra.

Judy Garland mira los ojillos de Harry Anslinger, el primer zar antidrogas de los Estados Unidos, el creador de la guerra contra los estupefacientes en el mundo como lo describe el periodista Johann Hari en su magnífico libro Tras el grito.

Pocos meses después, en el verano de este mismo 1959, una negra agoniza en la cama de un hospital público de Nueva York. Una negra de voz tan intensa como no se había visto nunca: a Billie Holliday la ha alcanzado y la está matando el poder omnímodo de Harry.

Billie Holiday, heroinómana y la más bella voz del jazz. Parecía predestinada para la tragedia. Negra —cuando el mundo era aún más hostil para el color—, pobre, violada repetidamente, y con una sensibilidad que derretía las velas de las iglesias. Difícilmente podía hacer otra cosa.

Judy, la buena Judy, ha regresado a casa después del sermón. Se sirve un Jack, tal como le enseñó Sinatra, se saca los zapatos y cierra los ojos. Canta entre dientes Strange Fruit de Billie. La canción prohibida. Los frutos prohibidos. La más bella canción antirracista que cantó Billie.

El zar Harry la odiaba por eso y por negra. Una negra arrogante que debía ser castigada por su arrogancia. El poder nunca perdona la dignidad. La compra o la derrumba.

Al final, todos los poderes abusivos terminan por parecerse.

 

II. 2015

Acabo de despertar en una cama. ¿Es mi cama? Sí,  Tranquilo. La vorágine es tanta que parece una escena del Memento de Edward Nolan.  

— ¿Papi por qué hay unos videos tan feos sobre ti en Google y otros peores en Facebook?, me pregunta mi adorada hija, Lucy, de catorce años. 

Tengo la tentación de responderle con lo primero que se me viene a la mente —cobardes, miserables— pero solo le digo que hay gente mala que cuenta muchas mentiras.

— Yo se que son mentiras, Papi, me dice, y se va riendo.

Veo el reloj. 6:15am. Suena la primera entrevista. Mientras contesto, no dejan de retumbar más llamadas. Mientras tanto me voy poniendo al tanto del parte de guerra: cinco notas en los medios del Estado, una larga cadena nacional, comunicados de la Secretaría Nacional de Comunicación (Secom) —el organismo estatal ecuatoriano que ha dispuesto la disolución de Fundamedios— y de la Cancillería. Innumerables muestras de solidaridad desde todo el mundo, incluyendo la de la organización ecologista Zor Ekologiko Batzordea, desde el País Vasco:

Queridos amigos de Fundamedios reciban nuestra solidaridad en estos momentos difíciles. Difundimos su caso e intentaremos que trascienda fuera de las fronteras ecuatorianas. Seguiremos atentos los movimientos del represor y sus denuncias a la censura y el abuso. Esperamos que todo vaya bien y no les lleguen a cerrar. Sigan fuertes

besarkada bat/un abrazo

Martin Mantxo

Pero, la que más me conmueve es la que me escribe Adriana López, hermana del venezolano Leopoldo, la misma noche de la aberrante condena de 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión:

César siento la noticia de la disolución de Fundamedios. Seguimos adelante en la lucha por la libertad y los derechos.

Imaginen estar dentro de un secador de ropa dando tumbos. En un momento estás al lado del desprendimiento, la solidaridad, la generosidad, la bondad. En el instante siguiente chocas con la estupidez, el absurdo, la falta de escrúpulos, la falsedad. Y sigues girando sin que pare un segundo. En estas circunstancias se podría pensar que el tiempo se acorta. Pero es a la inversa. El martes 08 recibimos la delirante resolución con el que inician la disolución de Fundamedios. El miércoles luego de concluir la rueda de prensa de las 11:00 me parecía que había pasado una semana entera.

Abogados, prensa y más abogados. Las llamadas que no cesan: “¿Qué podemos hacer por ustedes?”. Me preguntan y me quedo como un idiota masticando el último pedazo del sándwich que he podido comer. “Ya parecemos de Alianza PAIS con tanto sándwich”, bromean en la oficina. Son las 11:00 pm y Diego, el amigo de mil proyectos, me dice: “Lo que no puedes perder es la capacidad de reírte” Así que las carcajadas y el pacharán fluyen cuando inventamos un “Reggaetón por la Democracia”.

Acabo de despertar en una cama ¿Es mi cama? Sí,  Tranquilo. La vorágine tal como en una escena de Edward Nolan. Me afeito mientras reviso Facebook y Twitter. “Se han desviado de sus fines”. “Hacen política”. “Publican a opositores al Gobierno”. Horror de horrores: el articulista Roberto Aguilar en su blog estadodepropaganda.com los ha llamado “banda de matones”, “gobierno inmoral”, “garroteros”, “inmorales”. Recuerdo que hace varios años en la librería LibriMundi del centro comercial San Marino, en Guayaquil, compré el libro de las columnas de Arturo Pérez Reverte No me cogeréis vivo. Dice: “Esta página no puede escribirse con bisturí. Carezco de talento para eso. Los ajustes de cuentas se hacen empalmando la chaira y acuchillando en corto, a lo que salga. En poco más de un folio, y con este panorama, uno pelea y apenas tiene tiempo de mirar a cuántos se la endiña. Sigue adelante, y que el diablo reconozca a los suyos. La justificación es que nadie me obliga, ni vivo de esto. Que podría firmar un libro cada dos años y observar la vida desde el escaparate de una librería. Pero ya ven. Unos domingos me divierto horrores, otros me desahogo, y otros digo en voz alta, o lo intento, lo que algunos no tienen medios para decir. Sin embargo, no es posible quedar bien con todos. Aquí no caben florituras ni sutilezas, si vas a lo que vas. Y menos en esta triste España, donde la gente sólo se da por aludida cuando le pateas los cojones. Pero mochar parejo trae daños colaterales. Víctimas inocentes. La justificación es que uno da la cara y se la juega sin red, sin Dios ni amo, en vez de llevárselo muerto por poner la foto y marear la perdiz, o por hacerle a los demagogos y mangantes que cortan el bacalao —o a quienes pretenden cortarlo— un francés con todas sus letras…” Amén, maestro. Solo que en el Ecuador de la Ley de Comunicación, de los Ochoa y los Alvarado, algo así sería una ofensa sin nombre. Por ejemplo, hablar del Gobierno sería un terrible acto de osadía que merecería periódicos rotos y profetas verde agüita desgarrándose las vestiduras.

Por llevar el registro de la implantación del Estado de Propaganda, ahora nos acusan de hacer política con 54 tuits y un par de menciones. Es para reírse varias horas. ¿Hay algo más político que defender un derecho humano como la libertad de expresión? Por supuesto que no, pero eso no es “política partidista”, como dice el abominable Decreto 16 que limita el trabajo de la sociedad civil en el Ecuador y da al Presidente una potestad omnímoda para crear o cerrar organizaciones. La misma legislación aprobada en este Régimen, Código de la Democracia, dice claramente que es lo que hacen las organizaciones partidistas:

Art. 94.- Los partidos y movimientos políticos o sus alianzas podrán presentar a militantes, simpatizantes o personas no afiliadas como candidatas de elección popular.

Art. 312.- Las organizaciones políticas tienen por funciones de obligatorio cumplimiento, las siguientes:

 1. Representar a las diferentes posiciones e intereses que se expresan en la sociedad.

2. Seleccionar y nominar candidatos para puestos electivos.

3. Movilizar y promover la participación de la ciudadanía en los asuntos públicos.

4. Ejercer legítima influencia en la conducción del Estado a través de la formulación de políticas y el ejercicio de la oposición.

5. Formar a todas y todos sus miembros para el ejercicio de funciones públicas en cualquier nivel del gobierno.

6. Contribuir en la formación ciudadana y estimular la participación del debate público.

7. Las demás permitidas por la ley.

¿Han podido nuestros acusadores demostrar que Fundamedios ha presentado una lista de candidatos para elecciones populares? ¿O que hemos dado formación a nuestros miembros para el ejercicio de funciones públicas? No. La misma respuesta sirve para la pregunta mayor:

¿Fundamedios ha ejercido acciones de política partidista?

No.

Hora de prender la secadora de ropa y para dentro.

 

III. En ningún tiempo, en ninguna parte

Henry odiaba esa canción. Era la perversión en sonido. ¿Cómo una fucking nigga se atrevía a cantar: Southern trees bear a strange fruit/ Blood on the leaves and blood at the root? Los extraños frutos de la intolerancia y la infamia.

Judy murió joven y hermosa, apenas 47 años. Billie joven y acosada, 44 años. En realidad, asesinada por las fuerzas del zar Harry Anslinger. Decenas de años después Johann Hari escribe “Harry no podía controlar la circulación de drogas, pero había empezado a comprender que sí podía controlar la circulación de ideas”.

Acabo de despertar en una cama, ¿Es mi cama? Sí,  Tranquilo. Miro el reloj y al fondo veo que la secadora de ropa ya espera por mí.

Bajada

Un testimonio del director de Fundamedios, el observatorio de medios que el gobierno del Ecuador disolverá