Palacio por izquierda, Basanta detrás de él, Biglia pegado a Mascherano, ¡pegate a Mascherano, Lucas!, ¡pegate!, ¡ahí, ahí va, pegadito, sí! Di María allá, volviendo y defendiendo con Zabaleta, ya estamos, ya estamos, ¿cuánto falta?, ¿dos?, ¿cuánto?, ¿uno falta?, ¡vamos, eh, vamos que ya está! De arriba no nos van a entrar, ya estamos, tranquilos que ya estamos. Se lo dije a Palacio: sos un volante que ataca, no un delantero que defiende, el mundo es distinto según cómo se lo mira, presionales la salida que se van a equivocar. Hay que jugar con campo, con el rival retrocediendo, esta cosa de atacar, atacar, agachan la cabeza y gambetean, estos chicos son increíbles, hay cuatro que corren para adelante y los otros se quedan atrás, nadie se habla, nenes, son nenes, nenes jugando en el colegio son. Todos arriba quieren jugar, no vuelve nadie, mirá cómo fue el gol: Palacio presionó, se la dio a Messi, Messi a Di María, gol. Los esperamos de frente en el gol. Ahora estamos bien, estamos bien, dos volantes por afuera, cuatro en el medio, hace media hora que no nos atacan, ¡pegate a Mascherano, Lucas, querés! ¡Pegadito, ahí! ¿Cuánto falta? ¿Tres más? ¿Cómo tres más? ¿De dónde sacó tres minutos más? ¡Terminalo que ya está! Córner. Córner. Córner cobró. Córner, la puta que los parió. Hace dos años jugamos contra estos mismos suizos y ganamos sin transpirar: Campagnaro, Fernández y Garay atrás: presencia, altura; Mascherano y Braña en el medio: garra, retroceso, solidez; Maxi y Sosa en las puntas: equilibrio, colaboración, y Messi y Agüero arriba. Tres a uno les ganamos. Tres goles de Leo, todos con campo, de contraataque. Dicen que me arma el equipo y no pateó al arco hoy. Conmigo, el fútbol es predecible; el fútbol puede ser predecible, también. Va el arquero. Va a cabecear el arquero de ellos. No te puedo creer. ¡Garay! ¡Va el arquero, Garay! ¡El de amarillo flúo, boludo, cuál va a ser! ¿Dónde está Campagnaro? ¿Qué hacés, Campagnaro, acá? Ésta es la última, juro que es la última, toca Bélgica y los ordeno a todos, ahora sí. En el primer tiempo nos llegaron de contra una vez y porque Mascherano se distrajo en un córner al retar a los que habían vuelto mal, en la otra. En el fútbol hay tiempo, los nervios tienen que ser de los demás. Se lesionó Rojo, pongo a Basanta de tres, falta que se lesionen Lavezzi e Higuaín. ¿Quién patea? ¿Rodríguez? ¿Rodríguez patea los córners? ¿Lo tenés anotado vos? ¿Cómo patea Rodríguez? Uruguayo. De padres uruguayos es. ¡Al arquero marquen! Llega a entrar y perdemos por penales y en dos años no encontró el equipo, van a decir, el equipo se lo armó Messi, intentó con cinco atrás y después no tuvo autoridad para sostenerlo, llevó a Agüero e Higuaín en ese estado físico y no a un 9 más, me van a preguntar. Chilena del arquero: me quiero morir. ¡La segunda jugada, marquen la segunda jugada! Somos Argentina, no tenemos que mirar al rival: dejame de joder. ¡Romero, salí! Palo. Pegó en el palo. ¿Cuánto falta? Pegó en el palo. ¿Dzemaili? ¿Dzemaili fue? Les dije, les dije, Dzemaili abre la cancha, va por afuera, aparece por atrás. ¿¡De quién era la marca?! ¡¿Campagnaro, qué hacés acá?! Estos chicos me van a matar. El mejor Mundial de la historia. El mejor Mundial de la historia, por el amor de Dios. ¡Lo terminó! ¡Lo terminó! Me quiero morir. Ahora le voy a decir lo de Palacio a la prensa. La influencia de un cuarto volante. Atacar con el rival a contrapierna. Esperar. A la larga el segundo tiempo lo jugamos bien, tuvimos equilibrio. Eso también voy a decir: equilibrio, tuvimos equilibrio. Con todo lo que sufrimos me van a dejar cambiar. El pueblo debe aprender. Previsión, previsión. Ahora mejor si toca Bélgica, que le gusta tener la pelota. Un partido más y hago historia. Hace veinte días tenía cincuenta y nueve años. Hoy acabo de cumplir ochenta y tres.