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Entrevista a Pablo Fajardo, abogado del Frente de Defensa Amazónica, que litiga hace veinte años contra Chevron Texaco.

El 30 de mayo del 2012, los demandantes ecuatorianos de Chevron pidieron a la justicia canadiense el reconocimiento de la sentencia ecuatoriana. Esa que obliga a la petrolera estadounidense pagar 9,5 mil millones de dólares a los afectados por contaminación en la amazonia ecuatoriana, y que Chevron insiste en deslegitimar.

Casi un año después, el 1 de mayo del 2013, el juez de Ontario, que conoció el caso en primera instancia, resolvió dos cosas. La primera declaraba que Canadá sí tiene jurisdicción para conocer el caso ecuatoriano; la segunda, decía que suspende el proceso porque los demandantes no habían demostrado que Chevron Corporation tenía activos en ese país.

Ambas partes apelaron. Los demandantes ecuatorianos pidieron que se revierta la decisión de suspender el caso porque la compañía sí tenía activos en Canadá, y se continúe el trámite de reconocimiento de sentencia. Chevron pidió que se ordene que Canadá no tiene jurisdicción para seguir con el caso.

Este martes 17 de diciembre, la Corte de Ontario, nuevamente, emitió otro fallo que acepta la apelación de los ecuatorianos y niega la de Chevron.

Pablo Fajardo, abogado de los demandantes, explica en qué etapa están.

¿Qué representa este fallo en Ontario, Canadá?

Es una goleada para Chevron. Son cinco goles principales que se detallan en el fallo.

¿Por qué?

Primero porque la Corte de Apelaciones rechazó los argumentos de Chevron y dijo que sí tenían jurisdicción y que la corte de Ontario es competente para este caso. Segundo porque la Corte aceptó nuestro pedido y ordenó al juez de instancia que siga el trámite para conocer la sentencia. Tercero porque la Corte hace un análisis de la responsabilidad de las subsidiarias de Chevron, es decir que estas empresas sí podrían pagar la deuda que tiene Chevron con los ecuatorianos. La petrolera tiene una inversión en Canadá que supera los USD 10 mil millones y en el falle no solo reconoce que Chevron Canadá y Chevron Corporation son la misma empresa sino que los obliga a pagar una multa de 100 mil dólares a los ecuatorianos. 

¿Cuáles serían el cuarto y quinto gol?

Uno es que la corte de Canadá le da una cachetada al juez Kaplan de Nueva York porque analiza sus fallos y dice, en otras palabras, que cualquier cosa que saque ese juez no tendría ninguna incidencia en esta jurisdicción.

¿Lo nombra a Kaplan en el fallo?

No pone textualmente su nombre pero incluso dice, en una parte bastante burlesca, que Chevron ha alegado que el caso no tiene jurisdicción en Estados Unidos, luego Ecuador y ahora Canadá. Es un abuso de derecho. También menciona cuando una corte de EE.UU. ordenó que no se ejecute la sentencia en ninguna parte del mundo, como si eso fuese posible, y obvio que están hablando de él.

¿Cuál es el último gol?

Que este proceso se está dando en Canadá y este es un país importante por la influencia que tiene en otros donde Chevron tiene activos como Australia y Nueva Zelanda. Son países que tienen sistemas jurídicos parecidos. Se nos abren las puertas, este caso representa las llaves para ingresar a otras naciones donde también hay activos de Chevron.

¿Cuánto tiempo faltaría para que concluya el reconocimiento de sentencia en Canadá?

Entre seis meses y un año, pero el oponente no es el vecino del barrio y hace todo para burlar la justicia, no sabemos cuánto pueda tardar.

¿Qué puede hacer Chevron ahora?

Podría apelar nuevamente pero en realidad es casi imposible que reviertan la orden.

Así como en Canadá, tenían dos procesos de reconocimiento de sentencia en Brasil y Argentina. ¿Qué pasó en esos países?

En Brasil, por mandato de la ley, el caso está en la Corte Suprema. Estamos esperando un fallo para el tercer trimestre del 2014.

¿Chevron ha puesto trabas ahí?

Claro. Lo primero que hizo fue ocultarse en las subsidiarias otra vez. Se escondió para ser notificada del caso diciendo yo soy Chevron Brasil, no soy Chevron Corporation. Pasamos seis meses jugando al gato y al ratón hasta que la Corte tuvo que notificar a Chevron en su sede, en California.

¿Qué expectativas tienen de ese proceso?

Jurídicamente el caso es complejo en Brasil porque está en la Corte Suprema y no se aceptan apelaciones. Lo bueno es que el sistema judicial brasileño, a diferencia de otros países donde hay cierta influencia política, sí goza de una independencia. Para el caso en Brasil usamos una convención interamericana para el reconocimiento de sentencias extranjeras, que no tiene Canadá.

¿Y qué pasa en Argentina?

Tenemos la misma convención que en Brasil y una más, que es una convención interamericana de aplicación de medidas cautelares. En este país nosotros planteamos dos acciones jurídicas. La primera fue para activar un embargo en contra de los activos de Chevron como una medida cautelar, que permite que un juez de Ecuador pueda ordenar un embargo inmediato en Argentina. Ahí se estableció el embargo, el juez lo reconoció como tal, fue a la apelación, se ratificó el embargo en contra de Chevron, y cuando llegó hasta la Corte Suprema, se revirtió el embargo por acciones más políticas y económicas que jurídicas.

¿En qué consistía la medida?

Era preventiva, así como en Ecuador Chevron vendió todos sus activos, es posible que haga lo mismo en otros países como Argentina. Entonces el pedido era para que Chevron no pueda vender esos activos en el tiempo que dura el juicio.

¿Por qué la Corte Suprema revirtió el pedido?

Ali Moshiri, presidente para América Latina y Africa de Chevron, dijo hace pocos meses –públicamente- que la inversión de la petrolera en Argentina, en el yacimiento Vaca Muerta, estaba supeditada a que el país levante el embargo que pedía Ecuador. Eso es un chantaje al gobierno.  La evidencia más grande es que el fallo de la Corte Suprema negándonos ese recurso se produjo el 4 de junio del 2013 y el contrato de Chevron en Argentina se firmó a mediados de julio, un mes después. Todo fue programado. Como si dijeron “levantan el embargo y hacemos el contrato de inversión en ese país”.

¿Tiene más pruebas sobre eso?

Yo envié una carta al señor Miguel Galuccio, gerente de YPF en Argentina y le dije que nosotros nos comprometíamos a que nuestro caso no afecte la nueva inversión de Chevron en Vaca Muerta a cambio que él no intervenga políticamente en nuestro caso y deje que los jueces actúen de acuerdo a la ley. Galuccio me respondió la carta indicándome que no era posible eso porque nuestro caso sí afecta la inversión de la petrolera en su país, y me dijo “recomendamos que desistan de cualquier acción”.

¿Y eso afecta al otro trámite de reconocimiento de sentencia en Argentina?

No, la otra acción avanza. Viendo lo que ya pasó con la Corte Suprema en el otro caso, preferimos ir despacio.

Pablo y los demandantes prefieren ir despacio porque, de alguna manera, después de 20 años de juicio, su cualidad más grande es la paciencia. Los procesos en otros países, como los reconocimientos de sentencia en Canadá, Brasil y Argentina, generan costos que han superado la capacidad de gasto del equipo de demandantes. Por eso, esta semana, lanzaron la campaña Somos Amazonía para recaudar fondos que serán destinados para continuar con el caso. La idea, dice Pablo, es que todos contribuyan, desde los ciudadanos con un dólar, hasta celebridades que han manifestado su apoyo a la causa como Sting, Cher y Brad Pitt.