En menos de dos semanas hubo brotes de tosferina y fiebre amarilla en Ecuador. Hasta el 7 de mayo de 2025, hay 320 casos confirmados y 11 fallecidos por tosferina, según el Ministerio de Salud. Y, de fiebre amarilla, cinco casos confirmados, de los cuales tres han fallecido.
El aumento de contagios de estas dos enfermedades ha provocado que los ciudadanos se pregunten si están o no vacunados, si les falta alguna dosis a ellos o a sus hijos. Y, en medio de desinformación sobre una posible escasez de vacunas, hay quienes han corrido a los centros de salud del país para ser inmunizados. Pero no todas las personas pueden recibir todas las vacunas.
Para explicarte qué está pasando con las vacunas en Ecuador, el equipo de GK conversó con expertos y visitó centros de salud en Quito. Según personal de tres centros en Quito, no hay escasez de vacunas de tosferina, aunque sí hay más demanda para esta vacuna y la de la fiebre amarilla.
Te respondemos 10 preguntas sobre lo que necesitas saber de las vacunas en Ecuador.
1. ¿Hay vacunas disponibles en Ecuador?
Sí. Esto incluye las vacunas contra la tosferina, dice Esteban Ortiz, médico investigador de la Universidad de Las Américas (UDLA). Esta vacuna está incluida en la pentavalente, que protege de cinco enfermedades infecciosas: difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo b.
2. Entonces, ¿por qué hay rumores de desabastecimiento?
Por la crisis causada por el brote de tosferina ha habido un aumento en la demanda de esta vacuna en centros de salud públicos y privados.
“Todo el mundo corre a vacunarse y seguramente en un mes el Ministerio de Salud (MSP) estará desabastecido”, advierte Ortiz. Aunque, asegura, desde el Ministerio le dijeron que ya compraron vacunas y hay otra compra en proceso de varios lotes de mil vacunas.
Hasta el 7 de mayo, el MSP no respondió nuestras preguntas sobre el posible desabastecimiento.
Este aumento en la demanda, dice Ortiz, responde a una premisa: los ecuatorianos tienen el mal hábito de creer que hay que vacunarse cuando aparecen estos brotes. Eso es incorrecto. La vacunación sirve para prevenir enfermedades del futuro, recuerda el médico.
El microbiólogo Paúl Cárdenas también dice que hay más gente yendo a vacunarse porque los padres buscan adelantar el esquema de vacunación o completarlo. Por ejemplo, dice, la que corresponde al segundo mes, se la ponen el primer mes.
Eso podría provocar una escasez en el país. “Muchos niños están yendo a vacunarse de repente”, explica Cárdenas. Y si eso sigue así, no habría las vacunas necesarias porque la compra —insiste— se hace con una proyección de cuántas se necesitan al año, y con datos obtenidos en el censo de 2022.
Antes del censo de 2022, las vacunas se compraban y distribuían basados en el censo de 2010 y su proyección poblacional. Es decir, no se calculaba con la tasa real de nacimientos por parroquias o cantones, explica Irene Torres, especialista en Promoción de Salud.
Torres, quien es parte del Observatorio de Implementación del Sistema de Información en Salud —un grupo de científicos que impulsa la transparencia de datos de salud— dice que no tener números reales provocó que hubiera más vacunas en algunas partes del país y menos en otras.
3. ¿Ecuador fabrica vacunas?
No. Antes de 2012, el Instituto Nacional de Higiene Leopoldo Izquieta Pérez era el encargado de fabricar las vacunas en Ecuador.
Ese año, la institución se dividió en dos: el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) y la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), explica el médico investigador Esteban Ortiz.
Y la producción de vacunas pasó a Enfarma, una empresa pública situada en Guayaquil. Sin embargo, no cumplían con las buenas prácticas de manufactura. La Arcsa clausuró la planta de vacunas.
El último lote de vacunas pentavalentes que se hizo para la comercialización fue en 2013.
4. Entonces, ¿cómo consigue Ecuador las vacunas?
Cada año, el gobierno de Ecuador gestiona y compra vacunas al Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Este mecanismo de cooperación solidaria vende vacunas seguras y de calidad a precios asequibles a estados miembros y territorios en la región.
El país compra la vacuna pentavalente con base en la demanda; cada año hay cerca de 260 mil nacimientos en el país.
El médico Esteban Ortiz dice que en Ecuador no ha habido desabastecimiento de vacunas desde el 2023. Ese año, más del 95% de los niños fueron vacunados. Explica que esa cobertura de vacunación no había ocurrido desde 2012.
5. ¿Las vacunas caducan?
Sí. Y en Ecuador ha pasado. Ortiz dice que hay casos en los que los padres no completan los esquemas de vacunación ni los refuerzos de sus hijos. Estas vacunas caducan. Es decir, ya no sirven.El Ministerio debe deshacerse de ellas y eso exige un control médico y administrativo porque se debe justificar ante la Contraloría qué pasó con ellas.
El siguiente año que el MSP hace la compra de vacunas, dice Ortiz, se reduce la cantidad de vacunas adquiridas.
6. ¿Quiénes deben recibir la vacuna contra la tosferina?
Todos los ciudadanos deberían tener la vacuna contra la tosferina. Los bebés deben recibir tres dosis: a los dos, cuatro y seis meses de vida. Esta vacuna es parte de una sola vacuna llamada pentavalente —que incluye difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo B. Sólo puede ser administrada a bebés en los tiempos señalados.
En Ecuador, los centros de salud solo vacunan contra la tosferina a niños de hasta 5 años.
Luego, reciben refuerzos de la vacuna llamada DPT (difteria, tosferina o bacteria Pertussis, y tétanos) a los 18 meses y a los 5 años.
7. ¿La vacuna contra la tosferina es la misma para los niños y los adultos?
No, no es la misma.
Esta infección ataca principalmente a los niños, por eso, “el Ecuador no contaba con la idea de que adultos quisieran vacunarse”, explica Daniel Romero, ecólogo de enfermedades infecciosas.
Pero debido a que en 2025 ya hay 22 pacientes contagiados de entre 20 y 49 años, muchos han acudido a centros de salud privados para vacunarse.
La vacuna contra la tosferina no está incluida en el esquema de vacunación para adultos —como influenza, hepatitis b, para grupos prioritarios.
Cárdenas dice que los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) aseguran que los adultos que fueron vacunados de niños sí necesitan una dosis de refuerzo.
Pero la vacuna no puede ser la DPT (difteria, tosferina y tétanos) porque ésta contiene muchísimos antígenos —sustancias, generalmente proteínas, que el sistema inmunológico reconoce como ajenas o potencialmente peligrosas, y que inducen una respuesta inmunitaria.
Para diferenciarla, Cárdenas dice que la vacuna para adultos contra la tosferina se llama TDAP, que previene las mismas enfermedades, pero tienen menos antígenos. No hay en centros de salud públicos, por eso, los adultos que quieran inmunizarse deben acudir a los privados.
Torres, especialista en Promoción de la Salud, dice que las vacunas contra la tosferina para adultos también se terminaron en los centros médicos privados de Ecuador.
8. ¿Quiénes deben recibir la vacuna contra la fiebre amarilla?
Quienes viven en la Amazonía o Costa y quienes visiten regiones amazónicas y países como Brasil, Colombia, Bolivia, Perú, Panamá y Colombia. Esta vacuna se puede aplicar desde los 12 meses de vida hasta los 59 años. Una sola dosis brindará protección de por vida.
En Quito no es necesario vacunarse contra la fiebre amarilla como medida preventiva porque no es una zona tropical. Está disponible de manera gratuita en los centros de salud pública y, al recibirla, te entregarán un certificado.
9. ¿La vacuna causa alguna reacción?
Depende de cada persona, pero los síntomas comunes que pueden aparecer luego de la vacunación son fiebre, malestar general y dolor en la zona del pinchazo. Todo pasa luego de 24 horas.
Además sí tienes algún tipo de alergia a un medicamento o reacción a las vacunas, antes de vacunarte, pregunta a un médico.
10. Además del carné de vacunación, ¿hay un sistema de registro de vacunación?
No, dice Irene Torres. Explica que en Ecuador “no hay un verdadero registro nacional de vacunas”.
Por ejemplo, dice, si alguien va a un centro de salud para ponerse una vacuna y no tiene una cartilla o carné que acredite las vacunas que se ha puesto previamente —porque ha perdido o por cualquier otra razón—, quienes atienden no van a saber cuál es la situación del paciente.
El ecólogo Daniel Romero dice que en el caso de la tosferina, el Ministerio de Salud tiene una plataforma con una base de datos. Pero esa plataforma solo tiene datos hasta 2020.
Entonces, dice Romero, en este reciente brote es complicado que el Ministerio de Salud pueda tomar decisiones de prevención y vacunación con una base de datos desactualizada hace más de cuatro años.
Cárdenas encuentra un problema más grave: no hay un sistema centralizado que agrupe las vacunas que se ponen en la parte pública, en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ni en la parte privada. Y, por lo tanto, no hay un seguimiento de cumplimiento del esquema de vacunación.
Esto podría influir en el desabastecimiento porque puede haber niños o adultos que repitan las vacunas.
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