“El trauma de mi relación pasada afecta la actual, ¿cómo separarlas? ”

Pregunta: ¿Cómo manejar las emociones que me detona el trauma de mi relación pasada con mi pareja actual? A pesar de estar consciente de que no es la misma situación y persona, todo me genera inseguridad y me hago escenarios mentales horribles que nunca pasan.

Hace tres años salí de una relación de abuso emocional que llegó a ser físico. Hice muchas terapias y logré reconstruirme, pero ahora que abrí nuevamente el corazón y la vida a una nueva persona, cada cosa que hace (a pesar de ser completamente diferente) me genera estrés y me hace recordar las situaciones del pasado. 

Mi mente se va a escenarios fatalistas que no suceden pero no logro controlar esas emociones.

¿Cómo separar el trauma de mi relación pasada y esas emociones negativas de mi relación actual, para que no la afecten?

Respuesta: 

Hola,

Algunas personas creen que si no han sanado todas sus cicatrices del pasado, no deberían estar en una relación. En realidad eso no es cierto. A pesar de todo el trabajo que puedas hacer individualmente para sanar, hay heridas relacionales que solo pueden trabajarse en la vulnerabilidad de una relación saludable. 

Salir de una relación abusiva es muy difícil; hay pocas personas que pueden entender todas las emociones complejas que pueden surgir. En tu trabajo individual, ya has sanado algunos de los traumas relacionales y ahora, al abrirte a otra relación, te encuentras con que siguen ahí los mecanismos de defensa que aprendiste en tu relación abusiva. 

Las reacciones emocionales que describes, sintiéndote insegura y haciéndote escenarios en tu cabeza, son completamente comprensibles teniendo en cuenta lo que has vivido. No existe una fórmula mágica que te ayude a deshacerte de lo que sientes, pero con tiempo y el acompañamiento de tu pareja con quién tienes un vínculo seguro, van a ir sanando.

Carl Rogers, psicoterapeuta estadounidense y pionero de la psicología humanista, decía que la curiosa paradoja de la vida es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar. Voy a hablar de algunas teorías para explicarte lo que está pasando en tu cerebro, y con eso te puedo dar algunas sugerencias para ayudarte a reaprender a confiar. 

Aprovechar la neuroplasticidad

Tu cerebro es maravilloso, aprende rápido. Gran parte del aprendizaje es emocional y, gracias a él, desde que nacemos adquirimos muchas habilidades y conocimientos que nos ayudan a sobrevivir (aunque a veces parece que solo nos sirve para memorizarnos la letra de Rosa Pastel). 

En tu relación pasada, tu cerebro aprendió que ciertas situaciones o comportamientos eran una alarma, y eso en su momento te ayudó a sobrevivir el abuso, buscando formas de evitarlo. Aunque no sigas en la misma situación, tu cerebro no está listo para soltar esos aprendizajes. Lo que describes es un estado de hipervigilancia: tu mente busca signos, incluso los más sutiles, y los interpreta como una amenaza, y tu sistema nervioso se activa. 

Quiero que te imagines una red de neuronas en tu cerebro. Algunas de ellas se encargan de recibir el mensaje “mi novia me llama por teléfono” y generalmente lo asociamos con algo positivo o neutro. Por ejemplo, “quiere saber de mi día”, “me va a contar alguna noticia importante”, o “necesita algo”.  

Sin embargo, si estás suficiente tiempo en una relación en la que una llamada de teléfono de tu pareja solo viene cuando está enojada, las neuronas que ven la llamada de teléfono van a tener una asociación con el grupo de neuronas que te dicen “estoy en problemas”. Entonces, sin necesidad de aceptar la llamada, tu sistema nervioso se prepara para un conflicto.

Sugerencia 1

Por más que sabes que estás en una situación nueva y te sientes a salvo, tu cerebro se va a tomar un tiempo en desaprender esa asociación, y solo puede hacerlo a través de la experiencia. Es decir, tienes que volver a estar en esa situación con los disparadores que tenías antes (llamada de tu pareja actual), pero que esta vez los resultados sean diferentes (me llamó a preguntar cómo está mi día). 

Poco a poco, tu red neuronal va fortaleciendo nuevas asociaciones positivas, y tu sistema nervioso deja de activarse. 

Para esto, es importante la buena comunicación con tu pareja. Que él sepa sobre tus experiencias pasadas y qué situaciones te disparan inseguridad, puede ayudar a que te dé ese espacio seguro que necesitas. La idea no es evitar o huir de las situaciones que te traen inseguridades, es volver a vivirlas en un contexto seguro. 

Amor vs. vínculo traumático 

Las personas no comenzamos relaciones abusivas sabiendo que lo van a ser. Al principio, son relaciones muy amorosas y hasta “perfectas”, hasta que se convierte en un lugar inseguro. 

A esto le siguen expresiones muy efusivas de amor, disculpas y promesas, y una etapa de calma, hasta que vuelve un disparador que renueva el ciclo. A esto le llamamos vinculación traumática, y se vuelve adictiva: las peleas también significan que mi cerebro va a recibir una gran cantidad de dopamina y oxitocina cuando nos reconciliemos, haciéndome sentir muy bien. 

Lamentablemente, eso también podría hacer que nuestros cerebros asocien estas emociones negativas con el alivio que se siente después. De ese modo, interpretamos la vinculación traumática como amor. Inconscientemente, sin esos altos y bajos no nos sentimos amados. 

Sugerencia 2

Para evitar que tu cerebro confunda amor con vinculación traumática, busca la paz que sientes en tu cuerpo cuando las cosas están bien en la relación. Aburrirte con tu pareja no es un signo de que no hay amor, es un signo de que se sienten cómodos el uno con el otro. 

Escuchar a las emociones

Cuando una situación te detona inseguridades, generalmente la primera reacción es tratar de controlarlas y callarlas, pero eso no suele funcionar. Las emociones y pensamientos no son problemáticos en sí, aunque sé que revivir esas experiencias es muy doloroso. No quiero que te resignes a sentirte así siempre, pero empezar aceptando tu experiencia es el primer paso hacia escuchar y entender tus necesidades. 

Las emociones te están dando información basándose en lo que han aprendido en el pasado. Aunque te das cuenta de que la situación es diferente, tus emociones quieren protegerte para que no vuelvas a estar en una relación abusiva. Si es que aprendes a escucharlas, y darles un espacio en tu vida, pueden ser útiles y ayudarte a sanar. 

Sugerencia 3

Sentir una emoción o tener una creencia no necesariamente van a hacer daño a tu relación, pero tu comportamiento si podría. A veces, al sentirnos inseguros, tratamos de alejar a la otra persona, o buscamos formas menos saludables de expresarnos. 

La invitación que hago es que puedas observar tus emociones sin tratar de cambiarlas. Por otro lado, recuerda que sí tienes control sobre tus comportamientos. Para gestionar tus comportamientos de formas saludables, escucha a tu cuerpo y a sus necesidades, busca apoyo y expresa lo que sientes sin responsabilizar a tu pareja por lo que sientes.

Estar en una relación abusiva hace que dejes de confiar, no solo en el resto, sino en ti mismo. Dudas de tu capacidad de identificar el abuso y de tomar decisiones con respecto a tu relación. Volver a confiar en tu intuición, en tus señales y tus emociones puede tomarte un tiempo. Ten personas alrededor tuyo en quienes confías y cuéntales lo que está pasando en tu relación. Su perspectiva te puede ser útil para identificar tus necesidades. 

Todos aprendemos de nuestras experiencias previas, eso es bueno. 

De tu relación pasada, deben haber muchos aprendizajes que te van a servir en tu vida. Puede haber cosas que quieras replicar, y otras que quieras evitar. Pero a veces aprendemos las lecciones incorrectas. Por ejemplo, de una relación abusiva podrías aprender que no puedes ser vulnerable o que confiar en tu pareja es peligroso. Si vives tu vida siguiendo estos aprendizajes, no vas a poder conectarte profundamente con alguien porque la conexión se da en la vulnerabilidad. 

No dejes de buscar esa conexión, pero usa los aprendizajes que has adquirido para construir la relación que quieres en tu vida.