Víctor Jara sólo vivió 40 años. Pero en ese tiempo se convirtió en un símbolo de la violación de los derechos humanos y de lo cruento que fue el golpe de Estado comandado por Augusto Pinochet, en Chile, en 1973. Tuvieron que pasar 50 años para que la justicia chilena, finalmente, dicte una sentencia en contra de 7 ex militares, involucrados en el asesinato de Jara.

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La resolución de la Corte Suprema de Chile se dio a conocer el 28 de agosto de 2023. Con ella los ex militares, que en la actualidad tienen entre 73 y 85 años, recibieron una condena de 25 años de prisión. Esta era la opción de última instancia judicial que tenían los sentenciados, luego de que en 2022, la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile fallara en su contra.

Uno de los sentenciados se suicidó al día siguiente, el martes 29 de agosto. Hernán Soto fue hallado sin vida cuando la policía fue a buscarlo a su domicilio, para llevarlo en prisión.

Soto, junto a otros ex militares, fue sentenciado en primera instancia por la justicia chilena en julio de 2018. Desde entonces los exmilitares presentaron varias apelaciones, la última ante la Corte Suprema, que confirmó la culpabilidad de los asesinos.

Víctor Jara, uno de los más grandes representantes de la música latinoamericana, fue apresado un día después del golpe militar en contra del gobierno de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973. Las fuerzas militares lo detuvieron y lo llevaron al Estadio Chile, donde estuvo con otros detenidos. Ahí un militar lo reconocería y sería separado del resto. Cinco días después su cuerpo apareció en las afueras de un cementerio. Su cuerpo sin vida tenía 44 balazos. 

Las víctimas de la dictadura de Pinochet —que fue de septiembre de 1973 a marzo de 1990— superan las 40.000 personas, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile . De esta cifra, más de 3000 fueron asesinadas o desaparecidas. El resto fue víctima de tortura.

El cantante que encontró su voz

Víctor Lidio Jara Martínez nació en 1932, en San Ignacio, una pueblo en el centro de Chile —al menos eso decía él, pero historiadores ponen en duda ese dato y aseguran que nació en Santiago de Chile. Fue director de teatro, escritor, líder político, pero sobre todo un cantautor que con 8 discos se convirtió en uno de los referentes de la Nueva Canción Chilena, o de lo que varias personas ya denominaban “música protesta”. 

Es un género que cruzó fronteras, produjo canciones sobre problemas sociales y políticos, cantadas en español, compuestas por quienes las cantaban. Un género al que todavía llaman “canción de autor”. Víctor Jara fue y sigue siendo una de las figuras más reconocibles de este estilo.

Comunista —era miembro del Partido Comunista de Chile—, Jara era el enemigo de los militares que enfrentaron, con sangre y balas, a quienes pensaban distinto, a quienes consideraban los causantes de los problemas de su país.

Víctor Jara era el cantautor que transmitía las ideas que los militares pensaban que eran nefastas. Fue el que habló sobre la guerra de Vietnam en El derecho de vivir en paz. Quien en La canción del soldado —que solo compuso, pero no grabó— pudo decir: “Dime si es justo, soldado / con tanta sangre, ¿quién gana? / Si tan injusto es matar, / ¿por qué matar a tu hermano?​​”, casi como anticipo a lo que sucedió con él.

El que hizo una hermosa canción de amor entre dos trabajadores que no podrán jamás estar juntos porque su condición se los impide.

Canciones sobre la reforma agraria, en contra de los grandes terratenientes, en clave de ¾, con un tono festivo, de unidad. Jara no necesariamente aleccionaba, sólo buscaba celebrar en lo que creía, o atestiguar lo que veía, como se escucha en A desalambrar.

Era otra época, la música latinoamericana buscaba encontrar otros senderos, siguiendo la estirpe que se había inaugurado con el primer Bob Dylan, en Estados Unidos. La guitarra acústica a la cabeza, la de palo, con una esperanza de que la identidad de la región tenga su propio espacio. 

Con ese ritmo que Jara tocaba y que manejaba a la perfección —si ven los videos de sus presentaciones en vivo, lo que hace con su mano derecha es impresionante, sin equivocarse nunca—, él tocaba las cuecas y las tonadas chilenas. 

Con temas más locales, más regionales, y con una visión política que se filtraba en todo, el cambio estaba ahí. Jara estaba ahí. El hijo de una cantora popular, que antes fue director de teatro, encontró en la música una forma de explorar su visión del mundo.

Una visión que lo volvió cercano a la figura de Salvador Allende, a quien apoyó durante su campaña presidencial.  Luego del triunfo del candidato de la Unidad Popular, el 4 de septiembre de 1970, Jara se convirtió en uno de los artistas estables de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado, donde se convirtió en investigador. El 11 de septiembre de 1973, el golpe lo sorprendió estando en la universidad.

Ahí fue detenido.

El cantante torturado

El golpe de Estado de Augusto Pinochet desató la locura y la violencia. En el Estadio Chile estaba Jara, junto a centenares de detenidos. Había podido pasar desapercibido, pero lo encontraron.

De acuerdo al relato de su viuda, Joan Jara, en su libro Víctor Jara, un canto truncado —basado en vario testigos con los que habló— estos momentos se habrían desarrollado de esta manera:

—Tú eres ese maldito cantante, ¿no? —le habría dicho un suboficial que lo reconoció. La ira contra el músico palpitó

  Lo patearon hasta dejarlo en el piso.

—No permitan que se mueva de aquí. Este me lo reservo —volvió a decir el suboficial a otros soldados.

Le hicieron caso. Lo llevaron a los sótanos del estadio. Ahí lo “interrogó” la segunda fiscalía militar de esa época. Jara sufrió, y mucho.

Alguien le cortó los dedos de sus manos. Alguien más le cortó la lengua.

—¡Canta ahora si puedes, hijo de puta! —le habría dicho un oficial al que llamaban Príncipe.

Padeció durante 5 días. Le dispararon 44 veces. Así nació la leyenda.

Esa de la que muchos otros artistas se han hecho eco. Porque hay un Víctor Jara sobre el que la banda irlandesa U2 cantó en el tema One three hill, en el ya clásico The Joshua Tree

Jara fue el cantante del que Joe Strummer cantó en Washington Bullets, uno de los temas del tremendo disco Sandinista!, de The Clash: “Please remember Victor Jara / In the Santiago Stadium / Es verdad – those Washington Bullets again”.

Ni hablar del hitazo noventero de Los Fabulosos Cadillacs, Matador, dedicado a Víctor Jara. Esta fue la canción que hizo que el grupo argentino consiguiera relevancia en Latinoamérica. Y el tema, que habla de resistencia, tiene en Víctor Jara como figura idolatrada por el personaje principal del que se habla en la canción.

Tanto Calle 13 como Residente en solitario han tenido a Víctor Jara como referencia en su obra. Una de las últimas está en el video de This is not America, publicado en 2022, en el que se puede ver una dramatización del asesinato de Jara.

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Eduardo Varas
Periodista y escritor. Autor de dos libros de cuentos y de dos novelas. Uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina según la FIL de Guadalajara. En 2021 ganó el premio de novela corta Miguel Donoso Pareja, que entrega la FIL de Guayaquil.
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