Ecuador vive un estallido de la violencia tanto en las calles, como en las prisiones: 2022 se convirtió en el año más violento en la historia del país con, al menos, 4.603 muertes. El balance elevó la tasa de homicidios a 25,5 por cada 100 mil habitantes. 

En 2022, al menos 192 niños fueron víctimas de la violencia. Recibieron disparos que no eran dirigidos para ellos. Aquella cifra superó la de 2021, donde se registraron 92 muertes. Cada uno de los  balances son alarmantes y dan cuenta de la importancia de la prevención y el autocuidado frente a la desmesurada escalada de violencia. 

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No es paranoia o imposición de miedo. El paramédico, docente de la Universidad Central del Ecuador y gestor de Riesgos, Christian Rivera, lo repite: “las medidas de autocuidado son importantísimas ahora, porque, si algo debemos entender, es que todos podemos resultar heridos en una balacera y, por el contexto del país, mucho más”. 

Ahora, hablar de la prevención y el blindaje de nuestros cuerpos y nuestra integridad es clave. Por eso, te presentamos una breve guía —pero esencial— para saber qué hacer para protegerte de una balacera.

Mantener la calma

Sí, es fácil decirlo, pero, en la práctica, cuesta. Sin embargo, Christian Rivera dice que lo clave es comenzar a hablar sobre la posibilidad de estar en medio de una balacera en los diferentes espacios que habitamos: nuestros hogares, trabajos, escuelas o universidades. 

No como una generalización del miedo sino para discutirlo con libertad. Esto te permitirá comenzar a construir protocolos para evitar generalizar el pánico individual en una situación como una balacera. “Nunca pensamos que no nos va a pasar. En contextos de violencia, todos podemos ser vulnerables a ellos”, alerta Rivera.

Estar en medio de una balacera puede alarmarte por los altos niveles de estrés, pero respirar profundamente te ayudará.

Si escuchas una balacera

Si escuchas una balacera pero no alcanzas a ver quién está usando las armas de fuego, lo primordial y más recomendable —asegura Rivera— es “bajar la silueta”. Es decir, acostarte al suelo o esconderte detrás de paredes sólidas, columnas o motores de vehículos. O, a su vez, ponerte en cuclillas. Probablemente, tendrás solamente unos segundos, dependiendo de la situación, para poder ubicar un espacio por el que puedas salir. 

Si escuchas disparos es importante que no te acerques al lugar o mucho menos que aparezcas por una puerta o una ventana. “Los seres humanos somos curiosos. Los ecuatorianos lo somos. Si alguien escucha disparos, quiere salir a ver qué es lo que está pasando, pero no debe hacerlo. Si usted sale por una puerta de una ventana es probable que sea la próxima víctima”.

Si estás en tu casa, no subas a la terraza. Se comprende que —en muchos casos— las personas salen a sus terrazas o aparecen por la ventana incluso para poder documentar las balaceras, debido a la poca cobertura mediática de la violencia en las comunidades. Aquello ocurre constantemente en barrios de ciudades como Esmeraldas, Durán, Guayaquil y Manta. Sin embargo, dice Rivera, lo más importante es garantizar nuestra integridad. Lo mejor es no acercarse para escuchar los disparos, sino ponerse a buen recaudo tras columnas de cemento o esconderse en un armario.

No corras, no empujes, no grites

No importa el lugar en el que estés. Evitar que el pánico de una persona se convierta en un pánico colectivo implica no correr, no empujar, o gritar. 

Aunque resulte paradójico —y hasta indignante— es importante entender, dice el paramédico Christian Rivera, que una persona armada “está con niveles de estrés altísimos”. Entonces, explica Rivera, “cualquier movimiento u objeto que pueda ver en las manos de una persona, puede hacer que active su arma o la hiera”. 

Tampoco intentes persuadir a la persona armada. “No se les puede mirar de forma desafiante. Y, aunque la intención sea ayudar, puede ser perjudicial para quien lo intente”, dice Rivera.

Si estás con adultos mayores, niños o personas con discapacidad

Si estás con personas vulnerables no dudes en ayudarlos a salir de la zona de conflicto. No vayas al lugar del enfrentamiento porque podrían costarle la vida.

Si están en el lugar de la balacera, ayúdalos a acostarse en el suelo. “Bajar la silueta” es lo más efectivo, dice Christian Rivera, en contextos de balaceras.

Los niños necesitan también apoyo con actividades lúdicas —como un juego corto— para poder hacerle frente al quiebre emocional del momento por el estrés de las balas.

Si ves a una persona herida

Si ves una persona herida y si no representa un peligro para tu integridad, ayúdala a detener su hemorragia con un pañuelo o una venda e intenta apretar fuerte para que el flujo de sangre cese. 

En una balacera —dice Rivera— las personas resultan heridas, en gran parte, de la cintura para arriba. “Recordemos que una gran hemorragia que no es atendida en los primeros 30 segundos puede causar la muerte de una persona”, alerta Rivera.

Si en medio de la balacera llega la Policía


Si llegan los agentes lo más importante es que levantes las manos con los dedos separados y no tengas nada en tu mano. Los uniformados podrían pensar que tienes un arma en ella.

Si estás en un espacio cerrado


Si estás en un centro comercial u otro espacio cerrado y estás intentando salir, hazlo con las manos en tu cabeza —si tienes una mochila, mucho mejor— para poder protegerte. No mires al piso, siempre mira hacia adelante.

Si hay un guía de evacuación —como suele ser usual— haz caso a todas sus indicaciones. Si, por el contrario, estás en plena zona de conflicto, permanece en el piso, con las manos en la cabeza o protégete escondiéndose tras una estructura sólida.

Si estás en un espacio abierto

Si, en cambio, estás en un espacio abierto escóndete tras un vehículo —a la altura del motor—  o una columna de cemento. Si no tienes cerca autos ni columnas, busca un árbol, ponte a buen recaudo ubicándote detrás de él. 

Si no hay nada sólido, permanece en el piso. 

Las cifras de violencia en 2023

Aunque el 2023 aún no termina su tercer mes, enero ya superó con un 66% al número de muertes documentadas durante el mismo mes del 2022, de acuerdo con datos de la Policía Nacional. Y la tendencia continúa en aumento, en medio del incremento de la violencia por delincuencia común y organizada. 

Solo en enero de 2023 se reportaron al menos 511 muertes violentas, 204 más que las documentadas el año anterior. Y aquellas muertes, además, abarcan diferentes delitos: desde feminicidios, homicidios, asesinatos y sicariatos. Aunque, en su gran mayoría, el discurso oficial apunta a que gran parte de las muertes se producen entre “enfrentamientos” y “ajustes” entre bandas narcocriminales, lo cierto es que niños, niñas, adolescentes y mujeres han sido alcanzados por las balas.

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Karol E. Noroña
Quito, 1994. Periodista y cronista ecuatoriana. Cuenta historias sobre los derechos de las mujeres, los efectos de las redes de delincuencia organizada en el país, el sistema carcelario y la lucha de las familias que buscan sus desaparecidos en el país. Ha escrito en medios tradicionales e independientes, nacionales e internacionales. Segundo lugar del premio Periodistas por tus derechos 2021, de la Unión Europea en Ecuador. Recibió una Mención de Honor de los Premios Eugenio Espejo por su crónica Los hijos invisibles de la coca. Coautora de los libros 'Periferias: Crónicas del Ecuador invisible' y 'Muros: voces anticarcelarias del Ecuador'.
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