Jéssica Jaramillo responde

Esta carta es publicada en su totalidad, tal como fue enviada por el equipo de Jéssica Jaramillo.

Frente a tu pregunta: ¿haber removido a Jorge Yunda es lo único que tienes para ofrecerle a Quito? Debo responder con un NO rotundo. Tengo mucho más que ofrecerle a Quito y es el liderazgo de una mujer honesta, valiente y frontal; una mujer preparada para el gobierno y que conoce profundamente de políticas públicas y administración municipal. Pero lo más importante una mujer humilde y cercana a la gente, dispuesta a hacer los cambios que la ciudad necesita. 

La remoción de Jorge Yunda es producto de mi decisión, valentía y tenacidad. Accionamos una herramienta de participación que aunque cualquier ciudadano lo podía hacer, no cualquiera se atrevió, con la solvencia que se enfrenta a la mafia de una familia, con 54 frecuencias de radio, mucho dinero, poder y empleados con micrófonos.

Y si bien la remoción no es lo único que tengo que ofrecer a Quito, si es mi deber preguntar ¿Dónde estuvieron los “valientes” candidatos que hoy se presentan cuando la ciudad estaba siendo saqueada? Ahí solo estábamos las mujeres, defendiendo nuestro futuro como lo hemos hecho siempre.

El plan que le ofrezco a la ciudad fue construido con 55 mesas territoriales y 4 foros técnicos, es decir fue elaborado con la gente, con un insumo adicional, una radiografía exacta del municipio que fue elaborada desde la veeduría ciudadana que dirigí en el 2020, en plena pandemia y en donde obtuvimos toda la información que sirvió de base para la posterior remoción. La agenda de ciudad tiene elementos esenciales como la construcción de una ciudad para los niños y niñas, inspirada en mi hija de 5 años porque pienso en su futuro.

Soy una mujer de procesos. Llegar a la Alcaldía de Quito es parte de mi firme convicción de que para incidir, se deben disputar los espacios de poder. Pero también hay que enfrentar a los corruptos y eso lo he hecho y lo seguiré haciendo.

María Paz, soy una mujer irreverente, acostumbrada al triple esfuerzo en política, porque en este espacio a las mujeres nos observan el doble y nos perdonan la mitad. He forjado mi propio camino, sin necesitar de padrino político y menos aún de padrino económico.  Mi resiliencia, honestidad, trabajo, preparación y compromiso es lo que tengo que ofrecerle a Quito, a sus ciudadanos, una ciudad a la que amo profundamente y a la que defenderé hasta el último de mis días.

Sobre mi participación en el debate la he evaluado porque me preparé toda la semana para hacer mi mejor papel, siempre habrá temas por corregir, pero, a pesar de que el formato no ayudó, considero que planteé mis propuestas, algunas de ellas resonaron en redes sociales, por ejemplo el apoyar la cantonización de Calderón, Tumbaco y Cumbayá, que son zonas descuidadas y a las que la atención municipal llega escasamente. El COOTAD lo permite y Quito debe tener una nueva organización territorial con una Alcaldía mayor y alcaldías menores, que permita mayor equidad.

Quizá mi estilo incomode a algunas personas, pero no voy a dejar la frontalidad a un lado. Las irreverentes hemos transformado el mundo en el que vivimos y llegué a la política para quedarme, cambiarla y para lograr que la gente viva mejor.