Elizabeth Rodríguez continúa exigiendo respuestas al Estado ecuatoriano. Ella reclama que la Fiscalía cumpla con la búsqueda de Juliana Campoverde, su hija, desaparecida el 7 de julio de 2012.  Tras una reunión entre Rodríguez, su abogada y la Fiscalía y la Policía Nacional el 28 de septiembre de 2021, la Fiscalía se comprometió a integrar un equipo de investigación especial para continuar con la tarea de dar con el paradero de la joven. 

Seguir de forma indefinida con la búsqueda de Juliana Campoverde es una orden de la Corte Provincial de Pichincha en su sentencia de junio de 2020 en la que condenó al pastor evangélico Jonathan Carrillo como responsable de su desaparición y muerte, que en esa época tenía 18  años.  En aquellos años, Carrillo operaba una iglesia llamada Oasis de Esperanza. 

El 6 de septiembre pasado, además, la familia de Juliana Campoverde presentó un oficio en la Fiscalía para solicitar la reincorporación de Mayra Soria, la décimo segunda fiscal a cargo del caso y quien logró destrabar el estancamiento en que se encontraba el proceso, a las investigaciones. 

La Dirección de Derechos Humanos y Participación Ciudadana de la Fiscalía respondió que la fiscal Paola Córdova, quien lidera actualmente la búsqueda, permanecerá en el caso, pero que Soria brindará apoyo técnico, asesoría y asistencia para agilizar el proceso.

El equipo especial de investigación, además, deberá mantener reuniones de trabajo internas, constantes y en conjunto con Elizabeth Rodríguez y su equipo de patrocinio legal. 

La madre de Juliana Campoverde también solicitará al Ministerio de Gobierno y a la Comandancia General de la Policía Nacional que el agente investigador Luis Romero —quien también participó en la investigación antes de que exista una sentencia en el caso— se integre al nuevo equipo. 

Una búsqueda que no termina 

Con el cartel, que mostraba el rostro de su hija en el centro de un corazón, Elizabeth Rodríguez volvió a la quebrada junto a la calle Bosmediano y pasaje Baquero, en el norte de Quito, el 15 de abril de 2021, donde Carrillo dijo haber abandonado el cuerpo de Juliana Campoverde. La primera vez que estuvo allí fue el 11 de noviembre de 2018. Aquel día se hallaron restos óseos humanos que no correspondían a la joven y que las autoridades aún no han determinado a quién pertenecen. 

Desde ese 15 de abril, se han ejecutado varias jornadas de búsqueda ejecutadas por varios grupos especializados de la Policía Nacional. Sin embargo, hasta ahora no hay resultados .“No me queda más que venir nuevamente, porque es la única forma de seguir exigiendo y esperando que este lugar sea descartado de una vez por todas para que se analicen otros espacios donde pueda estar mi hija”, reclamó Elizabeth Rodríguez ese día. 

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En noviembre de 2020, la Corte Nacional de Justicia finalmente inadmitió el recurso de casación que interpuso contra su condena. De esa forma, el fallo quedaba en firme. Esa sentencia es histórica: por primera vez la justicia había emitido una condena sin cuerpo o testimonio directo, sino en base a los indicios recabados durante la investigación (que lideró Soria). Aún así, el caso tiene aún aristas sin resolver. Por ejemplo, Elizabeth Rodríguez afirma que la iglesia Oasis de Esperanza, de la que era pastor Carrillo, funciona desde hace dos años bajo otro nombre.