Hoy, sábado 18 de septiembre, el presidente Guillermo Lasso participó en la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en México. El evento del conglomerado supranacional recibió representantes de 33 países.

El evento tuvo su dosis de polémica por la presencia de Nicolás Maduro, presidente venezolano que no es reconocido por varios gobiernos del mundo. Mario Benítez, presidente de Paraguay, dijo que la presencia de su nación en la cumbre “en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro”. 

Venezuela está sumida en una crisis política, humanitaria, social y migratoria que ha causado el desplazamiento de más de 5 millones de personas, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

 Nicolás Maduro es el segundo presidente del país bajo el régimen socialista impuesto a finales del siglo XX por Hugo Chávez, y desde 2020 no es reconocido por la Unión Europea y 14 países de latinoamérica, que en su lugar consideran que el gobierno legítimo de Venezuela está encabezado por Juan Guiadó. La disputa solo ha servido para intensificar la quiebra institucional y social venezolana. El gobierno colombiano rechazó la participación de Maduro en la cumbre y explicó que «El gobierno de Colombia, al igual que otros países que han desconocido el poder de facto que ejerce Nicolás Maduro en Venezuela”.

Más allá de eso, la cumbre tuvo el tono acostumbrado de estos encuentros. Andrés Manuel López Obrador, presidente mexicano, fue el encargado de abrir el evento. En él, explicó, se abordarían temas relacionados a fortalecer la unión de los países, profundizar en la lucha conjunta contra la pandemia del coronavirus y debatir sobre una eventual transformación de la Organización de Estados Americanos (OEA).

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El presidente del Ecuador Guillermo Lasso dijo en su discurso que la Celac debería ser un bloque que “trascienda organismos y eventos como estos, que si bien son muy necesarios, suelen ser acontecimientos cuyos beneficios apenas son conocidos por nuestros ciudadanos”. Lasso afirmó que la Celac debería convertirse en un bloque de peso “relevante en el concierto internacional”, como el de la Unión Europea (conformada por 27 países), y que tiene una fuerte influencia fuera de sus fronteras gracias a la unidad que concentra. “Su integración fue primero económica y luego política, no trabajaron de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba, primero los ciudadanos, después los gobiernos”, dijo Lasso sobre la Unión Europea 

Al igual que en gobiernos anteriores, Lasso dijo que creía en la integración latinoamericana. Sin embargo, dijo que buscaba hacerlo mediante la apertura comercial. “En el caso de Ecuador, resulta sorprendente que el gobierno que precedió al mío, que tanto habló de integración regional, de la Patria Grande, ni siquiera haya hecho el intento de firmar un tratado de libre comercio con el país que hoy nos acoge con calidez (México), un mercado potencial de más de 120 millones de personas”, dijo.  

El reciente electo presidente peruano, Pedro Castillo,  pidió hacer “el mayor de los esfuerzos” para facilitar que sus países accedan al financiamiento internacional para contribuir a la recuperación y reactivación de sus economías golpeadas por la pandemia del covid-19. Además, dijo que los países miembros de la Celac deben “luchar por la protección de los derechos humanos, las libertades de todas las personas, la igualdad de género, el respeto a los pueblos originarios y afrodescendientes, entre otros”, dijo Castillo.

Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica, dijo que se necesita unir voces para acelerar el acceso a las vacunas y que “debemos juntos y juntas señalar que la acumulación de vacunas en los países de mayor ingreso retrasan la solución global».