Sin motivos sólidos, miles de personas en el mundo no creen en las vacunas. En Ecuador, hasta 2018, el 5% de los ecuatorianos pensaba que las vacunas no eran seguras. Es decir, más de 876.000 ecuatorianos podrían no querer recibir una vacuna contra el covid-19 porque consideran que los riesgos potenciales de estos medicamentos son mayores a sus beneficios. 

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Esas preocupaciones parecerían haberse incrementado en la pandemia del coronavirus. En Internet circulan teorías de conspiración que dicen que nos inyectarán chips para controlarnos o que algunos tipos de vacunas modificarán nuestro ADN. Los miedos podrían estar afectando el plan de inmunización. Según el presidente Lenín Moreno, el 40% de las personas registradas no van a vacunarse contra el covid-19. 

Aclarar esas dudas y desmentir esas teorías es importante porque la inmunidad contra el SARS-CoV-2​, el virus que produce la enfermedad, no se logrará a menos que la mayoría de la población reciba las dosis correspondientes. En esta entrevista, Carlos Barba Ostria, PhD en ciencias bioquímicas, explica cómo hablar con alguien que no quiere vacunarse o tiene miedo de hacerlo. 

¿Cómo se aproxima el problema de que la gente no se quiere vacunar?

Lo primero que tenemos que hacer es estar súper conscientes de escuchar al otro, empatizar y entenderlo —estemos o no de acuerdo con ellos. Me parece muy importante tanto para gente que conoce del área científica como para los que no. Hay que intentar entender qué piensan y por qué. Ser empáticos, eso es lo primero. 

Lo segundo es utilizar la experiencia previa que tenemos en el mundo y aprovecharla. Citar por qué las vacunas son importantes o dar ejemplos de cómo hemos mejorado como sociedad con ellas. Decir que la viruela es la única enfermedad que hemos podido erradicar del mundo y que eso se logró en gran parte por la vacunación. Aunque no está directamente relacionado al covid-19, hablar de vacunación en general puede contribuir a comprender su importancia. 

Otra cosa es responder a esos mitos o leyendas urbanas que hay sobre presuntos daños o componentes misteriosos de la vacuna. Por eso es importante decirle a las personas que se informen de fuentes oficiales, confiables y verificadas (como esta) que las van a sacar de las dudas que tú tal vez no puedas resolver.  

Uno de esos miedos es que se desarrolló la vacuna demasiado rápido, ¿no?

Sí, es verdad. La vacuna contra el covid.-19 se hizo a mayor velocidad, pero eso no implica que se haya hecho mal. La elaboración duró menos tiempo porque los pasos para desarrollar una vacuna se pudieron hacer al mismo tiempo porque hubo más inversión económica. No se saltó ningún paso para asegurarse que las vacunas funcionan, pero al hacerlos de forma simultánea, se acortó el proceso. 

Tampoco se partió de cero. La tecnología para desarrollar vacunas ya se había usado para otras medicinas, enfermedades o animales. Tampoco es el primer coronavirus que causa enfermedades en humanos. Hubo otros dos que también lo hicieron, así que ya había un montón de experiencia con enfermedades similares. No es que empezaron a construir la casa desde el primer ladrillo, ya tenían el esqueleto construido y partieron de ahí. 

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¿Qué se puede decir a alguien que no quiere hacerlo por motivos religiosos?

Si no está abierto a escuchar argumentos, va a ser bien difícil porque esa persona no tomó su decisión basándose en algo racional. Posiblemente la tomó con información errada o hecha con mala intención. Eso incluye esos mitos de que las vacunas tienen chips que se nos van a insertar. He escuchado gran cantidad de esas teorías que no tienen ningún sentido desde ningún punto de vista. 

Es importante recordar que hay que escuchar, responder a las inquietudes que tenga la gente —si estás en posibilidades de hacerlo— y esperar que el otro esté lo suficientemente dispuesto para escucharte. 

¿Y si tengo miedo de tener efectos secundarios graves?

Es clave resaltar la importancia de las vacunas, pero también comparar qué tan mortal es la enfermedad versus el índice de complicaciones por recibir tal o cual vacuna. Así se podrá ver claramente que es mucho más probable morirse (o tener complicaciones) por el covid-19 que sufrir efectos adversos tras vacunarse.

Además, los efectos secundarios de esta vacuna no son distintos a los de las otras vacunas que hemos usado por años. Puede ser que haya un poco de fiebre o malestar general. Es algo que normalmente ocurre y que son una manera de darte cuenta que tu cuerpo está respondiendo bien a la vacuna. No significa que podrás ir a una fiesta sin mascarilla, pero sí es una manera de evidenciar que la vacuna está generando la respuesta inmune en tu cuerpo. 

¿Me va a doler?

Es muy variable. A algunos no les ha dolido nada. No hay manera de prometerle a la gente que no le va a doler. Pero sí, muy posiblemente te va a doler. 

Una manera en la que me pareció útil entender esto fue algo que me dijo mi mamá. Ella se vacunó en México [Carlos es mexicano] hace 3 semanas. Me dijo que desde la tarde de ese día hasta el siguiente tuvo un dolor intenso en el brazo en el que le hicieron la punción. Pero me dijo que tenía un sentimiento muy particular porque por un lado le dolía, pero por otro le daba mucha alegría haberse vacunado. Ella dice que ese dolor le recordaba la alegría de sentir que estaba protegiéndose de la enfermedad y avanzando en el camino de volver al estilo de vida al que estaba acostumbrada. 

Ese dolorcito debe recordarnos que estamos un poquito más cerca de vernos con la familia, salir, hacer cosas que extrañamos. 

¿Y si alguien quiere esperar para ver qué pasa?

Entiendo el punto, pero creo que eso tenía más sentido cuando comenzaron los ensayos clínicos de las vacunas y habían entre 40 y 50 mil personas vacunadas. Hoy en día, en el mundo hay cerca de 400 millones de personas inmunizadas. Ya no hay mucho más que esperar. 

¿Hay alguna que sea mejor que la otra?

Es súper importante saber que las 6 principales vacunas que han sido aprobadas en el mundo (incluyendo la de Pfizer, AstraZeneca y Sinovac que se aplican en el país) tienen 100% de efectividad al prevenir enfermedad severa y muerte por covid-19.

No importa si una tiene una eficacia del 60 y otra del 95% al prevenir la enfermedad, porque eso depende de la manera en la que se hicieron los estudios. Lo importante es que de ese 40 o 5% restante que sí se contagió no tuvo complicaciones ni se murió. 

Aquí hay una explicación más detallada de cómo se hicieron los estudios. 

Y si tuve covid-19, ¿me debo vacunar?

Ahí van a influir varios factores, incluyendo el económico. Puede que el país no tenga tantas vacunas disponibles, entonces las personas que ya se contagiaron no están en las primeras fases del plan. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue recomendando que se vacunen. Todavía no tenemos estudios suficientes como para concluir con certeza que no se necesita vacunarse cuando ya se tuvo covid-19. 

Lo que sí se recomienda es no hacerlo con ciertas vacunas si a lo largo de tu vida has tenido respuestas alérgicas severas, como shocks anafilácticos. Sí existen restricciones para vacunarse en esos casos muy puntuales y vale la pena revisarlas si ese es tu caso. 

¿De qué síntomas tengo que estar pendiente para identificar si estoy teniendo una reacción grave?

Primero el historial, como te decía. Si has tenido esas reacciones alérgicas severas, es bueno que te informes antes sobre esas respuestas de tu cuerpo, porque serán extremadamente rápidas. Por eso te tienen 30 minutos en observación después de vacunarte. 

Si tienes esas reacciones alérgicas severas, en esos 30 minutos seguro vas a empezar a presentar síntomas y podrán atenderte ahí. Así que quédate el tiempo que te piden para que te observen.