Una investigación de periodistas ecuatorianos, chinos, venezolanos, colombianos y peruanos reveló cómo Latinoamérica fue un “basurero” de pruebas rápidas de covid-19 chinas. La investigación que fue publicada en Ecuador en revista Vistazo la noche de hoy, 9 de marzo de 2021,  encontró que la empresa china Guangzhou Wondfo Biotech, comercializaba pruebas rápidas de anticuerpos covid-19 a 70 países, a pesar de producir un elevado porcentaje de resultados errados.

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Según la investigación, las pruebas de Wondfo fueron autorizadas para su uso por la Administración Nacional de Productos Médicos de China (NMPA). Sin embargo, en países como Inglaterra, España e India, dejaron de usarse debido a su alto porcentaje de error. El Instituto Catalán de la Salud (ICS) encontró que eran precisas en menos del 64% de los casos, por lo que no era seguro utilizarlas para detectar el virus. Las pruebas rápidas que sí se usaron y estaban autorizadas podían tener hasta un 20% de falsos positivos, según un estudio de la Universidad de Harvard. 

Sin embargo, la empresa china continuó vendiéndolas. El reportaje encontró que Wondfo donó o vendió pruebas en países como Ecuador, Brasil, Venezuela, Colombia, Perú y Cuba. En estos países, a pesar de su baja precisión, las pruebas de Wondfo, no fueron restringidas. Al contrario, se usaron para diagnosticar covid-19. 

En Perú y Ecuador, dice la investigación, la venta de estas pruebas no tuvo ninguna restricción, “sobre todo en el sector privado que todavía los comercializa libremente”. En Ecuador, las pruebas rápidas para detectar covid-19 deben tener un registro sanitario y una aprobación otorgada por la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa). Sin embargo, no se sabe bajo qué estándares se evaluó la precisión de estas pruebas antes de ser autorizadas para usarse en el país.

Según los hallazgos de la investigación, en Ecuador a casi un año del inicio de la pandemia, aún no hay directrices claras sobre las pruebas rápidas. Esto ha causado que las pruebas se vendan libremente en internet e incluso en locales comerciales. 

La investigación dice que las pruebas de Wondfo se han seguido aplicando en el país en los últimos meses. Los reporteros encontraron que varias pruebas rápidas provenientes de laboratorios chinos anexados a Wondfo, incluso fueron usadas con “fines proselitistas” durante la campaña electoral para la primera vuelta de las elecciones generales del 7 de febrero. Según la investigación, hay imágenes que muestran cómo candidatos por la alianza Unión por la Esperanza (UNES) y seguidores del movimiento CREO aplicaban estas pruebas. 

Sobre esta supuesta aplicación de pruebas rápidas, el 30 de enero de 2021, Luis Verdesoto, vocal del Consejo Nacional Electoral, denunció al binomio Arauz-Rabascall ante el Tribunal Contencioso Electoral (TCE). Verdesoto alegaba que se estaban entregando en las sedes de la UNES en la ciudad fronteriza de Tulcán y en Quito, a cambio de votos. La denuncia fue desestimada por el TCE

La investigación periodística también reveló que Ecuador, a pesar de ser uno de los países más pequeños de la región, fue el que más pruebas rápidas chinas  de Wondfo y otras compañías chinas compró en comparación a Perú, Colombia e incluso Brasil. El reportaje dice que desde marzo hasta octubre de 2020, el país gastó 57 millones de dólares en estas pruebas. El sector público habría adquirido 1,3 millones de pruebas y  el sector privado unos 15 millones. Según la investigación, la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa) afirma que otros 5 millones de pruebas entraron al país de forma irregular por contrabando. Sin embargo, no se especificó si estos test se decomisaron o se aplicaron de todas formas. 

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En Ecuador, en septiembre de 2020 el gobierno dejó de contabilizar los contagios positivos detectados con pruebas rápidas de covid-19 como parte del registro de la situación epidemiológica del país. Según el Ministerio de Salud, la decisión de dejar de contabilizar los casos detectados con estos tests se tomó porque las pruebas rápidas detectan solamente la presencia de anticuerpos o defensas contra el nuevo coronavirus y “no sirven para diagnosticar la enfermedad”.