La noche de ayer, 7 de febrero de 2021, Diana Atamaint, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), anunció los resultados del conteo rápido de las elecciones generales de 2021.
Atamaint dijo que Andrés Arauz, candidato que representa a la coalición Unión por la Esperanza (UNES) y que corrió bajo el auspicio del movimiento Centro Democrático, estaba en primer lugar con el 31,5% de los votos. En segundo lugar, según el conteo rápido anunciado por Atamaint, estaba Yaku Pérez, candidato presidencial por Pachakutik, con el 20,04%. Guillermo Lasso, de CREO, en tercero con el 19,97%. Sin embargo, expertos consultados dicen que el conteo rápido no es una herramienta recomendada cuando existe una diferencia tan corta como entre Pérez y Lasso.
Media hora después, Guillermo Lasso dijo “con todo el respeto que se merecen los consejeros del CNE, mal han hecho al confundir al pueblo ecuatoriano”. Según Lasso, la muestra aprobada para el conteo rápido del CNE era de 2.400 actas, pero se hizo con 2.100 actas. Así, dijo Lasso “inducen a la confusión y al error”. Lasso dijo que esperará a que el 100% de las actas sean escrutados para pronunciarse.
El conteo rápido no toma en cuenta el total de las actas existentes a nivel nacional. Se selecciona una muestra y se hace un cálculo preliminar.“Es una proyección de lo que podría ocurrir con cierto margen de error al presentarse los resultados oficiales y definitivos”, dice el abogado constitucionalista, Ismael Quintana. El conteo rápido, dice Quintana, sí es un resultado oficial, pero no permanente. El escrutinio oficial, en el que se considera el 100% de las actas, sí es definitivo.
Históricamente, el conteo rápido ha sido usado en América Latina porque los escrutinios tienden a ser “muy demorados”, según Esteban Ron, analista político y director de la facultad de Derecho de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE). Mauricio Alarcón, director ejecutivo de Fundación Ciudadanía y Desarrollo, dice que en años anteriores el conteo rápido fue hecho por colaboradores externos al CNE. Este es el primer año que lo hace el Consejo. Según Alarcón, el conteo rápido ha sido una “forma de control social entre organizaciones de la sociedad civil”.
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La muestra con la que se hace el conteo rápido es acordada por el CNE y los partidos políticos. Se hace según el número de juntas receptoras del voto, el total de papeletas y de actas. Deciden “el número de muestras que van a ser suficientes que cuando se estabilice la muestra se pueda establecer el resultado del conteo preliminar”, dice Quintana. Estabilizar la muestra, según Quintana, significa estadísticamente que se procesen las actas acordadas como muestra y que se verifique que no tengan errores. Una vez que eso sucede, se puede asignar un porcentaje de votos a cada candidato.
Para Quintana, el CNE cometió un error ayer en la noche al anunciar los resultados sin haber estabilizado la muestra acordada. Además, Esteban Ron dice que esta es una herramienta que se debe usar cuando hay diferencias grandes entre los candidatos. “No te sirve en una situación como la actual. En el conteo rápido habría un empate técnico por pocas diferencias”, según Ron.
Alarcón también critica que el CNE haya anunciado los resultados del conteo rápido con una muestra que no era la acordada. “Es de una seriedad cuestionable por parte de las autoridades electorales”, dice. Sin embargo, según Alarcón, es peor cuando hay una diferencia entre los candidatos que está en el margen de error. Dice que por eso, en las elecciones generales de 2017, la organización Participación Ciudadana, encargada del conteo rápido de ese año, se rehusó a dar los resultados preliminares. Lo hizo porque la diferencia entre los dos candidatos —Guillermo Lasso y el actual presidente Lenín Moreno— estaba en el margen de error. Alarcón dice que en esos casos “lo responsable” es no presentar la información.
En cambio, en el escrutinio oficial —el que se está transmitiendo en el sitio web del CNE— sí se toman en cuenta todas las actas electorales, no solo una muestra. El abogado Quintana dice que cuando se acaban las elecciones y se cierran las juntas receptoras —a las 5 de la tarde del día de las elecciones— comienza el proceso del conteo de votos. Se le asigna los votos que cada candidato o lista ha obtenido, y se llenan las actas con los resultados. Esos documentos deben ser digitalizados y enviados a las juntas electorales provinciales o al CNE, dependiendo de la dignidad.
Mauricio Alarcón dice que las dignidades provinciales —en este caso, los asambleístas provinciales— son tramitadas por las juntas electorales provinciales. Las autoridades nacionales —como presidente, parlamentarios andinos y asambleístas nacionales— deben ser escrutadas por el CNE, según el Código de la Democracia. Alarcón dice que en las delegaciones locales se hace un escrutinio previo “a nivel provincial”. Luego, el CNE examina las actas levantadas por las juntas provinciales, distritales y del exterior para verificar los resultados y corregir las inconsistencias que existiesen.
Una vez que las actas son escrutadas por el CNE, los votos se asignan a los candidatos o listas correspondientes. En el escrutinio oficial, según el sitio web del CNE, Guillermo Lasso y Yaku Pérez se disputan el segundo lugar y la participación en la segunda vuelta presidencial con una diferencia de casi 0,4%. Hasta las 7 de la tarde de hoy, Pérez seguía llevando la delantera.